Iberdrola, Repsol y FCC investigan contra el cambio climático

Las empresas se fijan en el cultivo y produccion de microalgas como fuente para fabricar biocombustibles y sustancias para la alimentación, farmacia y cosmética, y contribuir a capturar el CO2.

Las microalgas son organismos microscópicos capaces de capturar una fracción de la energía del sol. Su elevado contenido energético, su capacidad para absorber el CO2 y sus posibilidades en la producción de biocombustibles y otros compuestos y sustancias que pueden ser utilizados por la industria farmacéutica y cosmética han llevado a diversas empresas y organismos a investigar en este campo para que su producción a gran escala sea una realidad en pocos años, con el respaldo de la Unión Europea.

El proyecto Cénit Vida es una iniciativa de I+D pionera. Este consorcio, liderado por Iberdrola Ingeniería, está integrado por casi cuarenta empresas (entre ellas Algaenergy y FCC Aqualia), centros de investigación como el CSIC y el Centro Tecnológico Ainia, y varias universidades, que ha abierto varias líneas de investigación. Cuenta con el apoyo del Ministerio de Economía y Competitividad y está subvencionado por el CDTI.

Líneas

Iberdrola y Ainia, por ejemplo, han diseñado fotobiorreactores para cultivar microalgas de forma controlada, equipos pensados, sobre todo, para entornos con baja intensidad de luz, un elemento que junto al agua, el nitrógeno y el CO2 necesitan estos microorganismos para su crecimiento y bioproducción.

Las dos entidades también han desarrollado una técnica basada en la captura de dióxido de carbono (CO2 ) procedente de humos contaminantes. Este CO2 puede ser empleado en procesos industriales y, una vez purificado, puede alimentar cultivos de microalgas, consideradas muy relevantes por contener compuestos de valor como lípidos proteínas, espesantes, pigmentos, vitaminas o enzimas, potencialmente aprovechables en múltiples usos, como energía y productos de alimentación, farmacéuticos, químicos y cosmética.

Aqualia, la filial de FCC, lidera, por su parte, el proyecto All-gas, que tiene como objetivo generar diversos productos, entre ellos biodiésel, a partir del cultivo de microalgas con aguas residuales procedentes de depuradoras (gran parte del proyecto se realiza en la depuradora de El Torno de Chiclana de la Frontera, en Cádiz).

También en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera, la iniciativa CO2 Algaefix opera la primera planta de microalgas del mundo destinada a la captura y biofijación de CO2 , perteneciente a Algaenergy, que tiene entre sus socios a Iberdrola y Repsol.

Con 10.000 metros cuadrados, en mayo entró en operación la primera fase de una de las mayores instalaciones de biofijación con microalgas de Europa, que emplea la energía de la central de ciclo combinado de Iberdrola (en cuyos terrenos se sitúa). Producirá 100 toneladas de biomasa al año y otros productos que se emplearán en energía, acuicultura, cosmética y nutrición. Su trabajo eliminará más de 200 toneladas anuales de gases de efecto invernadero.

Los expertos consideran que el cultivo de microalgas y su actuación como sumideros de CO2 podría ser una solución al cambio climático, ya que una hectárea puede absorber cerca de 180 toneladas de CO2 . Esta cifra, sin embargo, parece insuficiente, ya que esa es la que producen 25 ciudadanos al año.

Patentado

El Centro de Tecnología de Repsol también desarrolla proyectos para el cultivo de microalgas. La compañía ha patentado un fotobiorreactor y ha registrado una alga altamente productiva denominada tetraselmis repsoliensis. El proyecto se encuentra ahora en fase de vigilancia tecnológica, ya que, según afirman en el grupo, son necesarios todavía algunos avances tecnológicos en ciertas fases del proceso para que sea económicamente viable. Entre las aplicaciones, además de aceite para biodiésel, estaría su utilidad como pienso para piscifactorías, cosmética y alimentación, entre otras.

El Centro de Investigación de Cepsa, con la colaboración de la Cátedra Cepsa, las Universidades de Cádiz y Huelva y la empresa Bio-oils, trabaja desde 2011 en un proyecto de investigación para evaluar la viabilidad del uso de microalgas en la obtención de ácidos grasos útiles para producir biodiésel. El proyecto cuenta con el apoyo del CDTI.

Microalgas: en agua y biorreactor

*Las microalgas pueden crecer en medio acuoso, río o mar, o aguas subterráneas, pero las empresas han diseñado fotobiorreactores que facilitan su cultivo.

*Absorben gran cantidad de CO2 para realizar su fotosíntesis y contienen compuestos (proteínas, pigmentos, vitaminas, enzimas) aprovechables para energía y productos de alimentación, químicos y farmacéuticos y cosmética.

Fuente: Expansión

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