Aécio fue la gran sorpresa y va a ballotage con Dilma Rousseff

Los brasileños deberán esperar al ballotage del próximo 26 de octubre para proclamar a su próximo presidente. La primera vuelta celebrada ayer confirmó que la pelea finalmente quedará reducida a dos nombres: el de la actual presidenta Dilma Rousseff, que sacó el 41,5% de los votos, y el del opositor Aécio Neves, del Partido Socialdemócrata Brasileño (PSDB), quien con el 33% se convirtió en la gran sorpresa de la elección.

Si desde agosto –tras la muerte de Eduardo Campos y la entrada de la ecologista Marina Silva en la carrera– hasta último minuto la campaña electoral estuvo cargada de adrenalina y sorpresas, el resultado arrojado por las urnas ayer no fue la excepción. Pese a que en los últimos días Aécio había protagonizado un ascenso espectacular en los sondeos para superar a Marina y lograr el pase a ballotage, en ninguna de las mediciones superó el 21% de la intención de voto (incluso los boca de urna le daban un máximo de 30%). Dilma, en cambio, medía en las encuestas en torno al 40%, en línea con lo que sacó. En tercer lugar quedó Marina Silva, del Partido Socialista (PSB) con 21,3%, quien anoche hizo un guiño a Neves, al señalar que «Brasil mostró que no acuerda que con lo que hay hasta ahora y quiere un cambio».

Las urnas reflejaron el descontento o desencanto de los brasileños con el PT, y en particular con la figura de Rousseff. La mandataria perdió 5 millones de votos si se compara con la primera vuelta de 2010, cuando cosechó 47,6 millones (47%).

De cara a la segunda vuelta, el resultado de ayer es beneficioso para el oficialismo. Con Aécio, ahora sí la elección vuelve a quedar polarizada en términos de izquierda/derecha, un escenario que no resultaba tan claro si la competencia era contra Marina Silva, una rival más difícil de encasillar por su discurso social progresista, militancia ambientalista, pasado petista, conservadora en cuestiones como aborto y matrimonio gay, y plan económico neoliberal.

Con algunas diferencias en los porcentajes, los últimos dos sondeos previos a las urnas coincidieron en que Dilma ganaría a cualquiera de los dos en el ballotage: a Neves por 46% a 33% y Silva por 43% a 36% (Ibope) o por 48% a 41%, indistintamente (según Datafolha). Pero, tras la sorpresa de Aécio de anoche, habrá que esperar los sondeos de los próximos días.

«La diferencia fue mucho menor a la esperada. La elección está lejos de estar decidida porque la situación de Dilma hoy es mucho peor que veinte días atrás», opina Celso Ming, columnista político del diario O Estado de San Pablo.

De aquí al 26 de octubre, es esperable que Rousseff de un «giro a la izquierda» en su campaña planteándola en términos abiertamente clasistas (ella la «candidata del pueblo», contra el «candidato de la élite»), un enfoque que tuvo que de algún modo reprimir con la entrada de Silva a la carrera.

Párrafo aparte merece la performance de Marina, cuya candidatura pareció convertirse, de la noche a la mañana, en una especie de espejismo. Si hasta hace tres semanas la candidata ‘ad hoc’ del PSB superaba por 10 puntos a Dilma en un eventual ballotage, lo que la erigió rápidamente en la candidata de los mercados, con el paso de los días su candidatura se fue «desinflando» para terminar ayer tercera, con 21,3% de los votos, dos puntos más que en 2010.

Habrá que ver ahora dónde van a parar los votos de Marina. Por lo pronto ayer, en sus primeras palabras, tanto Rousseff como Neves hicieron guiños a Marina: Dilma destacando que hay que seguir con la inclusión social y Aécio proponiendo la unidad para forjar «un nuevo Brasil». Algunos analistas sugieren la posibilidad de un pacto opositor anti-PT.

Fuente: El Cronista

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