El club de los 1.000 millones de dólares

Más de setenta compañías no cotizadas de todo el mundo han logrado superar ya ese umbral de valoración. Durante el boom de las ‘puntocom’, menos de cincuenta empresas alcanzaron esa emblemática barrera.

El año pasado, The Wall Street Journal y la empresa de investigación Dow Jones Venture Source realizaron un seguimiento activo de las empresas que no cotizan valoradas en al menos mil millones de dólares por las sociedades de capital riesgo.

Se hizo a través de un proyecto interactivo recientemente relanzado al que se ha denominado El club de las start ups de mil millones de dólares (The billion dollar start up club).

Cifra redonda

Esta cifra, redonda y arbitraria, ha sido proclamada como un logro casi mítico en Silicon Valley, lo que ha provocado que se utilice el término hiperbólico «unicornio» para referirse a una start up valorada en mil millones de dólares. La película de 2010 sobre Facebook, La red social, fijó esa meta. («Un millón de dólares no es guay. ¿Sabes lo qué es realmente guay? Mil millones de dólares.»).

Pero, hoy en día, una valoración de mil millones de dólares ya no constituye una medida. Según el análisis de The Wall Street Journal, al menos 73 empresas de todo el mundo han conseguido alcanzar una valoración de mil millones de dólares por parte de los inversores de capital riesgo. Hace años sólo un puñado de empresas lograba esta cifra emblemática, 35 de las cuales lo hicieron durante el boom de las empresas puntocom de 2000.

En 2014, un récord de 48 compañía alcanzaron esta cifra y entraron en el club, a un ritmo acelerado próximo a una a la semana, y otros 23 miembros siguieron avanzando en el ránking tras haber logrado nueva financiación. Mientras tanto, 16 empresas desaparecieron de la lista, bien porque salieron a Bolsa o fueron adquiridas.

La cifras de valoración son también extraordinariamente elevadas. El número de empresas se 10.000 millones de dólares o más se duplicaron en 2014, pasando a ser ocho. Dos de ellas, el fabricante de teléfonos móviles Xiaomi (con 46.000 millones de dólares) y la aplicación para coches Uber (41.200 millones de dólares) valen mucho más que empresas conocidas como Sony y Hertz. Solo Facebook aumentó su capital por un valor superior procedente de los inversores privados: 50.000 millones de dólares en 2011, según Venture Source.

Razones

Existen diversas razones que justifican este impresionante crecimiento. Las empresas esperan más tiempo antes de pasar a cotizar en Bolsa y la edad media de las empresas del club es de ocho años, debido a que es relativamente fácil de obtener capital privado.

Además, Xiaomi y Uber, por ejemplo, están generando cientos de millones de dólares de ingresos ya que los teléfonos inteligentes han pasado a tener una función vital en la sociedad y en las empresas.

Por otro lado, inversores como fondos de inversión, hedge funds y los grandes bancos están canalizando dinero hacia esos «ganadores» antes de que pasen a ser empresas cotizadas, acrecentando las valoraciones. Por ejemplo, tres de los mayores fondos de inversión, BlackRock, Fidelity y T. Rowe Price, participan todos en 19 empresas multimillonarias.

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Liquidez

Las sociedades de capital riesgo cuentan también con más dinero para invertir. Solo las de EEUU recaudaron 33.000 millones de dólares el año pasado en capital procedente de los fondos de pensiones, donaciones de universidades y otras fuentes, hasta alcanzar un 62% más en comparación con el año anterior. Si bien la cifra se sitúa cercana a los 85.000 millones de dólares que se alcanzaron en 2000, existe ahora una mayor concentración de empresas que están logrando megafondos valorados en 1.000 millones de dólares o más. Trece empresas de EEUU, o alrededor del 4% de las que aumentaron su capital el año pasado, recaudaron la mitad de esos 33.000 millones de dólares.

La élite

Formar parte del club sigue siendo, pese a todo, elitista. Las 73 empresas representan solo el 0,004% de las aproximadamente 16.700 empresas privadas activas y que han aumentado su capital riesgo desde 2011, y suponen incluso un porcentaje diminuto para todo el universo de start ups, incluyendo a aquellas que nunca han recaudado fondos.

Por supuesto, ninguno de los miembros del club son una apuesta segura y el pasado año se produjo un par de catástrofes. Fisker Automotive, una empresa de fabricación de vehículos híbridos de lujo cuyo valor ascendía a 1.500 millones de dólares en 2011, se vendió al grupo chino Wanxiang por 149,2 millones de dólares en una subasta de quiebra.

Y la start up de comercio electrónico Fab, con un valor cercano a los 1.200 millones de dólares en 2013, mantiene conversaciones para ser vendida al fabricante de electrónica PCH International por aproximadamente 25 millones de dólares.

En Bolsa

Algunas de las OPV tampoco han marchado bien. Cinco de las doce empresas que empezaron a cotizar el año pasado (Box , Coupons.com, Hanhua Financial Holding, Hortonworks y Wayfair) cotizan a un valor inferior al de su última valoración como empresa no cotizadas. En cambio, otras como la empresa de cámaras de video GoPro y el vendedor minorista chino JD.com han aumentado su valor.

FUENTE: Expansión

 

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