Dilma, al borde de la cornisa

Se inicia una semana clave para la aguda crisis brasileña. En el terreno netamente político, el principal aliado del Partido de los Trabajadores decidirá mañana martes en una reunión de su dirección nacional si permanece o no el gobierno.

Su alejamiento podría resultar una estocada mortal para el ejecutivo de Dilma Rousseff y daría un impulso decisivo al juicio político con fines de destitución, ya en trámite en la comisión legislativa, según publicó el diario El País de Uruguay.

Pero la crisis económica de Brasil es tan grave como la política. La mayor economía de América Latina parece dirigirse a una de las peores recesiones de su historia, analiza el influyente The Wall Street Journal.

Y las cifras son contundentes: el vecino país se estancó en 2014, se contrajo 3,8% en 2015 y puede sufrir un repliegue similar en 2016. El desempleo subió a 9,5% y los salarios cayeron 2,4%, según las cifras más recientes, y se prevé un deterioro de ambos indicadores.

Uno de cada cinco jóvenes brasileños está sin trabajo y el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs advierte que el país corre el riesgo de caer en una depresión.

La tormenta perfecta se cierne sobre Brasil, mientras Dilma y Lula tratan de esquivar una bola de nieve con un margen de maniobra cada vez más pequeño.

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