El presidente interino Michel Temer, vetó un artículo de la ley que permitía a los inversores extranjeros poseer hasta el 100 % del capital de las aerolíneas brasileñas, frente al 20 % actual.
Temer sancionó la ley aprobada este mes por el Congreso con diferentes modificaciones a la legislación sobre el sector aéreo, principalmente la reestructuración de la deuda de la estatal Empresa Brasileña de Infraestructura Aeroportuaria (Infraero), pero vetó el dispositivo que permitía a los extranjeros controlar las compañías del país.
El veto fue fruto de un acuerdo con el Senado para que la ley fuese aprobada con urgencia pero sin el cuestionado dispositivo, al que se oponían varios senadores y sobre el que algunas aerolíneas habían manifestado recelo.
La iniciativa original fue propuesta en marzo pasado por la presidenta suspendida Dilma Roussef, antes de que el Senado la apartara del cargo. Pero el proyecto original fue modificado en la Cámara de los Diputados por uno más liberal que el inicialmente propuesto.
Dilma propuso elevar desde el actual 20 % hasta el 49 % el porcentaje que las empresas extranjeras pueden tener en el capital de las aerolíneas nacionales, pero luego la Cámara baja elevó el límite hasta el 100 %.
Gran parte del Senado se opuso a la apertura total del capital y amenazó con atrasar por varios meses la votación del proyecto mientras lo sometía a un amplio debate, pero el Gobierno, apurado por reestructurar la deuda de la estatal aeroportuaria, se comprometió a que vetaría el dispositivo si los senadores lo aprobaban tal y como fue votado en la Cámara baja.
Tras el veto, continúa en rigor el límite del 20 % a la participación de los extranjeros en las aerolíneas brasileñas. El Gobierno de Temer, sin embargo, ha defendido una mayor apertura del sector a los inversores extranjeros y pretende enviar un nuevo proyecto de ley en ese sentido.
