El coaching como herramienta para desarrollar talentos

Crédito columna: Andrea Linardi, speaker, coach ejecutiva & socia en Al Grupo Humano @andrealiii

Mucho se habla en la actualidad, y más en nuestro país, sobre el coaching. Lo aplicamos a diversos campos, coaching de pareja, maternity coaching, coaching para la integración, coaching para equipos, coaching para oratoria, coaching para desarrollo de carrera y así podemos seguir la lista.

Al frente de los procesos podemos ver a personas que con las mejores intenciones que dan lo mejor de sí pero no logran generar el cambio buscado y otras que han estudiado y se han certificado después de intensos meses de aprendizaje poniendo su mente, cuerpo y emoción para incorporar una herramienta que a mi humilde entender es un arte.

El coaching es el arte a través del cual una persona acompaña a otra en su proceso de cambio y aprendizaje.  El protagonista del proceso siempre es la persona que se encamina a su transformación. El objetivo del coaching siempre es un cambio, una opción de hacer algo que antes del proceso no se podía realizar.

En los negocios de hoy, la fuga de talentos es la gran problemática. Personas capacitadas en nuestras organizaciones, con aportes importantes para nuestros negocios que definen abandonar la empresa en busca de vivir nuevas experiencias, ya no es un mejor sueldo lo que los define a encarar el cambio, sino un proyecto donde puedan desarrollar su talento y ser parte de un objetivo común.

Comprender que el cambio es un valor para las generaciones jóvenes, las que representarán en el 2020 el 50% de los colaboradores en una organización, es un desafío para los líderes de los negocios. Saber cómo motivarlos, involucrarlos y hacerlos sentir parte del proyecto es su tarea más importante.

El coaching es una herramienta clave en esta responsabilidad. Contribuirá en el camino de comprender el punto de vista de nuestros colaboradores, en su integridad como personas (algo que suena tan simple y sin embargo es tan complejo) con sus valores, con sus motivaciones, con sus inquietudes tan diferentes a la de la mayoría de líderes que están en funciones directivas. No detallaremos el gap de valores entre la generación X y la generación Y, ya que lo vivimos a diario en las organizaciones ¿Cómo acercar entonces intereses tan diferentes? Ese es el desafío: sólo desde una escucha interesada y respetuosa desde la cual podamos empatizar con el otro para poder llegar con un mensaje relevante y motivador.

El líder que tenga la humildad para reaprender habilidades desde el coaching hará la diferencia en su comunicación. Contará con herramientas para involucrar, motivar y generar el accountability en su equipo de trabajo para enfrentar los objetivos de negocio que tiene por delante.

Cuando las personas nos sentimos parte de algo mayor, damos lo mejor de nosotros.  Y los negocios de hoy exigen colaboradores que no sólo cumplan sus responsabilidades, sino que estén en la búsqueda de algo superador que haga la diferencia. La hipercompetitividad así lo requiere.

Hagámonos cargo de lo que necesitamos cambiar como líderes para que nuestros equipos de trabajo den lo que los negocios requieren. El gran peligro de los tiempos turbulentos no es la turbulencia: Es seguir actuando con la lógica de ayer, nos enseña Peter Drucker.

¡De nosotros depende!

Comentarios