Conor McEnroy: “La supervisión se debe ampliar a todos los actores que operan en el ámbito financiero”

Banquero. Presidente Sudameris Bank.

Nacido y criado en Irlanda; Conor McEnroy fue educado por los jesuitas en el colegio Clongowes Wood de Irlanda y en el Saint Joseph de Tivoli en Burdeos, Francia. En 1986 emigró de Irlanda para trabajar en el Swiss Bank Corporation en Londres, Milán y Nueva York. También trabajó para Lehman Brothers y ABN Amro en Nueva York.

En América Latina, Conor ha asesorado sobre restructuración bancaria en Venezuela, Colombia, Ecuador, Argentina, Brasil y México. En 2003 fundó Abbeyfield Group que actualmente abarca intereses bancarios, agroindustriales e inmobiliarios en Europa y América del Sur. Conor es presidente del Sudameris Bank, Abbeyfield Financial y Hibernian Industries.

Es miembro de la junta asesora del Banco de Desarrollo Holandés (FMO), miembro del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), miembro de la Red Irlandesa Global y miembro del consejo asesor internacional del Consejo de las Américas, además de Cónsul Honorario de Irlanda en Paraguay desde 2016.

PLUS: ¿Qué resultados obtuvo el banco en el ejercicio 2017 con las modificaciones en la estructura administrativa y Jerónimo Nasser como nuevo gerente general?

Conor McEnroy: Desde la compra del banco en 2004, hemos manejado la intermediaria bajo el mismo esquema administrativo a pesar de que el Sudameris creció casi 9 veces durante este periodo. Con la llegada de Jerónimo, hemos aprovechado para reforzar la administración y la alta gerencia para liberar tiempo del día a día y enfocarnos en la estrategia a mediano y largo plazo. Estamos muy felices con los primeros resultados. La cartera de créditos de Sudameris creció en el 2017 más del doble del incremento del mercado en un año muy difícil para el sistema.

También hemos logrado atraer nuevos clientes al banco, lo que nos permitió diversificar nuestra cartera. Otro punto de satisfacción es el mejoramiento de la eficiencia de nuestros procesos. Todavía falta mucho por hacer en ese ámbito, pero nuestra hoja de ruta está bien clara. 

PLUS: ¿Cuáles son las asignaturas pendientes que tiene el sistema bancario paraguayo?

Conor McEnroy: Son varios los temas pendientes para el sistema. Yo diría que, en orden de prioridad, el sistema tiene que evaluar un ámbito financiero que sea el mismo para todos los jugadores. Las cooperativas tienen su propia supervisión, las casas de créditos no son supervisadas, las entidades de medios de pagos electrónicos (Empes) buscan más presencia.

También falta mucho en el marco de las casas de cambio y de cierta forma, todos estos factores distorsionan al sistema bancario paraguayo a través de una competencia desleal. Crea confusión para los clientes que no entienden por qué un sistema puede ofrecer un cierto producto a un cierto precio y no el sistema bancario. Necesitamos una supervisión más amplia de todos los actores que están en el ámbito financiero.

De forma más específica y urgente, necesitamos arreglar el error de la ley de las tarjetas de crédito que cedió la fijación de las tasas de interés desde el Banco Central del Paraguay (BCP) hacia el Parlamento. También necesitamos impulsar la regulación de los fondos de pensiones públicas y privadas para que estos fondos puedan ayudar al desarrollo del país a través de financiación de muy largo plazo dentro del sistema bancario.

PLUS: ¿Qué es lo que más resalta del desempeño de la economía paraguaya en los últimos 13 años (2004/2017), es decir desde que compró Sudameris Bank?

Conor McEnroy: Lo que no deja de sorprenderme es la capacidad que tiene la economía paraguaya a adaptarse. Durante estos 13 años en el país conocí el boom de los comodities, para luego ver la caída brutal de sus precios. Conocí una crisis brutal en sus mayores clientes y vecinos que son Argentina y Brasil.

El guaraní se fue desde los 6.000 contra el dólar hasta los 3.500 para regresar a 5.900. Conocí la destitución de un presidente y una aislación internacional muy brutal como consecuencia. Enfrentó la crisis financiera mundial del 2008 y a pesar de todos estos eventos muy significativos, la economía paraguaya siempre continuó creciendo excepto en un año.

También la calidad del crecimiento es algo que resaltar. De un país altamente agrícola en 2004, Paraguay ha logrado diversificar su economía de forma muy rápida: la contribución de la industria y de los servicios al crecimiento del país pasaron del 18,6% en el periodo 2007-2011 hasta el 28,8% en el periodo 2012-2017.

La agricultura cambió fuertemente con un impulso grande, también la ganadería por la alta genética y calidad. Además el desarrollo de la transformación de la materia prima para los granos (en muy poco tiempo). Todos estos cambios fueron logrados sin atacar el modelo macroeconómico conservador que sigue ubicando a Paraguay como un país con los mayores índices macro de la región.

Es cierto que falta mucho, pero los logros son muy importantes y muy rápidos y se podrían concretar con la obtención del grado de inversión dentro de los próximos dos años.

PLUS: ¿Cuáles son los principales riesgos a los que se enfrenta Sudameris?

Conor McEnroy: Los riesgos para un banco en general son siempre duales: no leer la economía y los vientos de cambio que puedan surgir; y no escuchar a los clientes es otro problema. Paraguay es un país con gente muy joven. El banco siempre tiene que adaptarse muy rápidamente a la demanda de las personas.

Eso requiere estar fuera de la oficina, visitando los clientes, escuchando nuevos proyectos, desafíos, ideas y adaptarnos lo más rápido y seguro posible para cuadrar con esta evolución. El desafío tecnológico es lo más grande hoy porque mucha de esta adaptación pasa en ese ámbito. El principal riesgo es equivocarse en analizar la evolución de la demanda y no tener la plataforma adecuada.

PLUS: ¿Qué opina de las fintechs y su desembarco en el negocio bancario?

Conor McEnroy: Las fintechs tienen un papel muy importante para el negocio bancario. Actúan como órgano de investigación y desarrollo para nuevas ideas, productos o procesos para mejorar los servicios bancarios. Es muy importante no confundir los papeles. Un banco es una institución regulada que actúa como actor principal de la intermediación financiera.

Tiene una responsabilidad muy grande con sus depositantes que tienen confianza en la institución, en parte gracias al ámbito regulatorio que la controla. Una fintech solo puede actuar fuera de la intermediación propia y en ningún caso puede ser un lugar de depósitos de fondos del público.

* Publicada en la edición impresa de Revista PLUS Marzo 2018.Revista PLUS 12 años: 2006/2018

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