Dubái, 4 jun (EFE).- Un billete de avión en América Latina es más barato que hace 15 años, pero cuando se añaden los impuestos, las tasas y el IVA, se encarece bastante, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Su vicepresidente regional para las Américas, Peter Cerda, ha dicho que el importe de impuestos, tasas e IVA, en muchos casos, supera lo que es el coste de billete. Es una región «sumamente cara».
En América Latina, las tarifas se han hecho mucho más competitivas porque hay más competencias, sobre todo con las compañías de bajo coste, que obligaron a las otras a ser más eficiente y reducir los costes.
A nivel mundial, la media de IVA es del 21%, mientras que, en América Latina, es de un 40% y hay casos que, entre el IVA, el impuesto y las tasas aeroportuarias, alcanzan un 55%, así que los gobiernos y los otros actores de nuestro ecosistema tienen que bajar sus precios porque, si no, no es sostenible.
Se ha visto en todas partes del mundo, no solamente en Latinoamérica, que si un destino se convierte en demasiado caro, las aerolíneas van a salir de ese mercado porque, actualmente, con las limitaciones que hay de aeronaves, prefieren utilizar su avión en otros mercados mucho más rentables.
Latinoamérica alcanzó el año pasado como región los números de 2019, después de que mercados como Colombia, México o la República Dominicana aceleraran la recuperación pos-pandemia.
No obstante, otros mercados como Chile no ha alcanzado los niveles que tenía previamente o tampoco Argentina, aunque está muy cerca de lograrlo este año.
Esto también tiene que ver mucho con la situación económica y social, por ejemplo Perú, que tradicionalmente es un mercado muy atractivo turísticamente y de negocios, por las dificultades sociales y políticas que ha tenido en los últimos años, su recuperación se ha demorado más de lo esperado.
Estamos viendo mucha conectividad internacional y «eso es bueno para nuestra región, para los ciudadanos, porque van a tener más opciones y posibilidades de viaje a precios mucho más competitivos», añadió Cerda.
La gente va a seguir viajando por razones turísticas y de negocios y «tenemos que trabajar más de cerca con los gobiernos para crear ese ecosistema que permita seguir creciendo, dando más conectividad y siendo más competitivos», ha dicho.
Sin embargo, eso solo va a funcionar si los reguladores y los gobiernos reducen los impuestos, no implementan regulaciones y leyes que pueden ser contraproducentes para ese crecimiento que se está viviendo y esa demanda que se ha visto en los últimos años.
Los aviones de pasillo único de largo alcance, en su opinión, van a tener un impacto muy beneficioso para el sector porque van a permitir a las líneas aéreas operar a mercados secundarios que, con un avión de doble pasillo, económicamente no son justificables, o van a permitir reforzar ciertos destinos.
«Lo vemos con gran esperanza en la región porque nos va a permitir operar vuelos a destinos secundarios de grandes ciudades en Norteamérica y Europa que realmente no se podía hacer posible anteriormente», ha concluido. EFE
