¿Cómo salir del laberinto mercosuriano?

* Crédito columna: Ricardo Rodríguez Silvero.

*Publicada en la edición impresa de revista Plus Julio 2016.

En términos de producto, Brasil es 100 veces más grande que Paraguay; Argentina, 20 veces más, mientras que Uruguay el doble.

No se ha logrado crear debidamente ni siquiera una zona de libre circulación de bienes, servicios y factores productivos.

El proteccionismo era y sigue siendo no sólo arancelario sino también masivamente para-arancelario en sentido amplio.

El Mercado Común del Sur ha cumplido 25 años el pasado 26 de marzo. No ha podido alcanzar cabalmente sus objetivos fundamentales. Urge hacer una evaluación de sus fortalezas, para afianzarlas, y debilidades, para superarlas.

Eso pasa por una calibración de sus magnitudes y potencialidades, por la atenta relectura del Tratado en sus primeros artículos y por las salidas posibles del laberinto. Todo apunta a la necesidad de que el Mercosur se abra al mundo, fomentando su inserción competitiva en la globalización. Condición sine qua non es voluntad política de los Estados-Parte.

1. DE QUÉ MANERA SE DIMENSIONA EL MERCOSUR

De acuerdo con la estratificación de países hecha por organismos multilaterales, combinando población, producto interno en dólares y su proyección per cápita, puede decirse lo ya sabido: según el mix de indicadores, cuando se trata de población y producto en América Latina, Brasil es el mayor país.

Tomando sólo Sudamérica de referencia, Argentina es el segundo mayor país, obviamente también en el Mercosur. Si se toma sólo el producto o el ingreso por cabeza, Uruguay es frecuentemente el mejor posicionado. Depende de las épocas y del método utilizado en la cuantificación.

En un contexto planetario, Brasil pertenece en términos de población y producto a los estratos superiores de la clase media mundial; Argentina se halla en los estratos intermedios de la misma.

¿Y DESDE EL PUNTO DE VISTA PLANETARIO?

En un enfoque global y siempre tomando de referencia el producto, EEUU es 7 veces más, China 4 veces más, Japón 1,9 veces más y Alemania 1,6 veces más que Brasil.

Procediendo de esta manera y en comparación con Argentina, dichos mega-países, los más poderosos del mundo, son respectivamente 35, 20, 9 y 8 veces más que ella. Con ese contexto e indicador y en comparación con los países seleccionados, Uruguay y Paraguay son a ojos vistas países diminutos (ver cuadro).

BRASIL A LA CABEZA DE LA REGIÓN

La media histórica del PBI en la segunda mitad de la década anterior (2005-09) entre los países fundadores del Mercosur: Brasil aportaba un 70%; Argentina 27%; Uruguay 2% y Paraguay 1%.

En términos de producto y con los datos 2014 del Banco Mundial, redondeando cifras, Brasil es 5 veces más que Argentina; este último país 10 veces más que Uruguay y este último a su vez 2 veces más que Paraguay. Puesto en otras palabras y con ese indicador, Brasil es 100 veces más grande que Paraguay; Argentina, 20 veces más.

Y EN CUANTO AL “PODER ADQUISITIVO”

En términos de paridad del poder adquisitivo, los EEUU representaban hace un par de años el 21% del producto mundial y la China el 18%. Si extrapolamos estas relaciones porcentuales al mencionado ránking de países del Banco Mundial, puede colegirse que Brasil participaba en esos años con algo másdel 3%; Argentina menos del 1%. Uruguay y Paraguay representaban ya dimensiones casi insignificantes, respectivamente 10 y 20 veces inferiores a este último porcentaje.

Si juntásemos estos últimos porcentajes de participación en el PIB mundial, podría decirse que los países fundadores del Mercosur (esto es sin incluir a Venezuela ni a Bolivia) se hacían cargo de apenas 5% del producto a nivel planetario.

Incluyendo a Venezuela, hoy en día de membresía plena en el Mercosur, y a Bolivia –país en proceso de adhesión-, la sumatoria resultante comprendería menos del 7% del producto mundial. Si se incluyera además a todo el resto de América Latina y el Caribe, la participación de este subcontinente apenas llegaría al 12% del mismo, más o menos.

2. TRATADO DE ASUNCIÓN, FIRMADO EL 26 DE MARZO DE 1991 (EXTRACTO)

Artículo 1: Los Estados Partes deciden constituir un mercado común, que deberá estar conformado al 31 de diciembre de 1994, el que se denominará “Mercado Común del Sur” (Mercosur).

Esto implica:

– La libre circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países, a través, entre otros, de la eliminación de los derechos aduaneros y restricciones no arancelarias la circulación de mercaderías y de cualquier otra medida equivalente;

– El establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común con relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados y la coordinación de posiciones en foros económicos-comerciales regionales e internacionales;

– La coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales entre los Estados Partes; de comercio exterior, agrícola, industrial, fiscal, monetaria, cambiaria y de capitales, de servicios, aduanera, de transportes y comunicaciones y otras que se acuerden, a fin de asegurar condiciones adecuadas de competencia entre los Estados Partes;

– El compromiso de los Estados Partes de armonizar sus legislaciones en las áreas pertinentes, para lograr el fortalecimiento del proceso de integración.

Artículo 6: Los Estados Partes reconocen diferencias rituales del ritmo para la República del Paraguay y para la República Oriental del Uruguay, la queconsta en el programa de Liberación Comercial (Anexo I: Programa de Liberación Comercial).

3. QUÉ NOS DEJARON LOS 25 AÑOS DEL MERCOSUR

El 26 de marzo de 1991 se firmó el Tratado de Asunción, por el cual se dio forma jurídica a la creación del Mercado Común del Sur (Mercosur). Países fundadores fueron Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, aquí en orden alfabético.

En 2012 se agregó Venezuela como miembro pleno y en 2016 Bolivia entró en proceso de adhesión. En este cuarto de siglo de existencia no se ha cumplido ninguno de sus objetivos fundamentales, consignados en ese Tratado.

NO EXISTE ZONA DE LIBRE COMERCIO

No se ha logrado crear debidamente ni siquiera una zona de libre circulación de bienes, servicios y factores productivos en sentido amplio. El proteccionismo recurrente de parte de Argentina y Brasil, ha convertido en letra muerta los artículos en ese acuerdo integrador que debían conducir a la vigencia de un mercado común.

Restricciones arancelarias y para-arancelarias de sus mayores socios estuvieron siempre a la orden del día.

NO EXISTE COORDINACIÓN DE POLÍTICAS PÚBLICAS

No se han coordinado políticas macro-económicas ni armonizado legislaciones internas. Por el contrario, cada país hace lo que más conviene a sus intereses, sobre todo en materia de política fiscal y monetaria, en contra de la letra y el espíritu del Tratado de Asunción.

Las masivas devaluaciones puestas en práctica por Argentina y Brasil sin decir “agua va” así como las discriminaciones fiscales realizadas por Brasil para hacer su economía más atractiva a inversores extranjeros son ejemplos patéticos de su actitud anti-integracionista.

TAMPOCO DELEGACIÓN CONJUNTA DE SOBERANÍA A INSTANCIAS SUPRA-NACIONALES

Brasil no reconoce ninguna supra-nacionalidad. Sin ella, no son posibles ni armonización de legislación interna ni coordinación de políticas macro-económicas. El PIB de Brasil es aproximadamente 20 veces más grande que el de Argentina y casi 100 veces más que los de Paraguay y Uruguay.

Si Brasil no acepta ninguna instancia supra-nacional en el Mercosur, no existirá ninguna supra-nacionalidad conjunta y por ende ninguna posibilidad de coordinar políticas macro ni de armonizar legislaciones.

LA SUPREMACÍA DEL EJE BRASILIA-BUENOS AIRES

Argentina y Brasil, por su peso ponderado relativamente grande en relación con los países pequeños, en forma individual o conjunta han logrado imponer frecuentemente visión y actitudes anti-integracionistas violando recurrentemente el Tratado de Asunción.

Esto ha hecho que sólo 12 años después de haberse firmado se reconociera oficialmente por primera vez la gran asimetría existente ante los países y se diese luz verde a la creación del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM).

A pesar de los notorios progresos logrados con el mismo, hasta hoy en día no está dotado de presupuesto suficiente para acometer debidamente los programas establecidos en la norma que lo rige.

Para acelerar su vigencia, debe mejorar la voluntad política aplicada. Para colmo, la gran recesión en Brasil durante 2015 y 2016 así como la recurrente oscilación de Argentina entre recesión, estancamiento y leve crecimiento en los últimos años restan capacidad presupuestaria para la financiación del Focem.

GOLPE DE TIMÓN: NO TODO ESTÁ PERDIDO

No obstante, todavía es posible echar a andar el Mercosur en cumplimiento de su principal mandato múltiple: mercado común, coordinación de políticas macro-económicas y armonización de legislaciones internas. Ello será posible sólo con supra-nacionalidad conjunta. A tal efecto, hay que empezar reconociendo realidades:

– Como la experiencia acumulada en el esfuerzo integrador ha sido negativa por saldos, en los medios de comunicación, en los líderes gremiales del sector privado así como en las autoridades político-partidarias y gubernamentales de los países del Mercosur reinan decepción y escepticismo. Se ha instalado en la región una predisposición psico-social nada propensa a ese tipo asimétrico de integración internacional experimentado hasta ahora.

– En estas condiciones reales y psicológicas, es aún más difícil el cumplimiento del Tratado de Asunción. A menos que en los países mayores se articule voluntad política entre dirigentes gremiales, político-partidarios y en funciones oficiales que haga primera prioridad de los mencionados objetivos del Tratado y del Focem, en consenso con los países pequeños.

Imprescindibles serán mayorías así como presupuestos suficientes para implementarlos. Piedra de toque de voluntad integracionista será el reconocimiento y puesta en práctica efectiva de una instancia supra-nacional, sobre todo en Brasil.

– Y naturalmente habrá que esperar reactivación económica en los mayores países.

4. MERCOSUR: ANTE INCUMPLIMIENTO DEL TRATADO, CAMINOS POSIBLES

Dada la no observancia del Tratado de Asunción por parte de los mayores países fundadores, Argentina y Brasil, a los países pequeños, como Paraguay y Uruguay, no les queda otra alternativa que la de evaluar posibles salidas del laberinto. Igual tarea tienen por delante Venezuela, miembro pleno del Mercosur, y Bolivia, en proceso de adhesión.

Se define “no observancia del Tratado” el no cumplimiento del mandato múltiple establecido en su Artículo 1º, a saber el mercado común, la coordinación de políticas macro-económicas y la armonización de legislaciones internas. Tampoco se ha instalado la supra-nacionalidad conjunta, requisito previo de todos esos fundamentales objetivos contractuales.info-mercosur

 

ESCENARIOS

Se entiende en este contexto por caminos posibles para salir del laberinto los siguientes escenarios:

1) Los países mayores del Mercosur demuestran en los hechos que pueden deponer de inmediato su espíritu y actitud anti-integracionistas a favor de pasos concretos en prosecución de los mencionados objetivos. En el ínterin y con apoyo de Argentina y Brasil, los demás países podrán dar simultáneamente los siguientes pasos.

2) Cada uno de los países, que rechaza la actual integración asimétrica por el no cumplimiento del mencionado mandato múltiple del Tratado, debe tener la posibilidad, en derecho y en los hechos, de poder asociarse a otros esfuerzos regionales o hemisféricos o intercontinentales de integración.

3) A tal efecto, debe evaluarse la posibilidad de realizar una modificación del Tratado de Asunción para fortalecer legalmente tales asociaciones extra-Mercosur. Esto es a nivel de países, individualmente considerados.

4) Posteriormente, se analizará conjuntamente la viabilidad de superar el esquema actual del Mercosur, asociándose colectivamente a otros esfuerzos regionales de integración mediante un nuevo acuerdo internacional, bajo un nombre a ser adoptado en conjunto.

LAS CLAVES

La necesidad de dar tales pasos se funda no solamente en la evidencia empírica de que hoy el día el Mercosur como esfuerzo integrador sigue existiendo sólo en sus comienzos, sino además en que se ha comprobado lo siguiente:

a. Los países pequeños tienen una capacidad de producción que supera ampliamente la capacidad de consumo de sus pequeños mercados internos.

Ese exceso de producción actualmente no puede ser vendido libremente a la economía de Brasil por el proteccionismo practicado allí y a la Argentina sólo desde 2016 se están reduciendo algunas de las barreras proteccionistas vigentes años pasados.

El proteccionismo era y sigue siendo no sólo arancelario sino también masivamente para-arancelario en sentido amplio, a los que hay que agregar la devaluación masiva del real brasileño en la actualidad y del peso argentino en el pasado reciente.

b. Todos los países del Mercosur, independientemente de su tamaño, necesitan poder comprar y vender en mayor escala en los demás países de América Latina y el Caribe así como en los países del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de la Unión Europea como también en otros mercados interesados en relaciones económicas con los países del Mercosur, tales como la China, el Japón, los de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático más Rusia, Sudáfrica, Australia, Nueva Zelanda así como otras economías emergentes.

c. Por otro lado, se ha demostrado que las exportaciones intrarregionales en América Latina y el Caribe fomentan la utilización de tecnologías intensivas en mano de obra así como la producción de pequeñas y medianas empresas.

La mayor demanda de mano de obra y el fortalecimiento de las pymes se hallan en relación directa con mayores exportaciones intrarregionales.

Por lo tanto, debería estar en interés de los países latinoamericanos aumentar la proporción del comercio y de las inversiones intrarregionales porque esa es la forma más directa de crear masivamente puestos de trabajo y de afianzar mayor integración entre sí mismos.

Del lado opuesto, las exportaciones a mercados de extra-zona, es decir a economías fuera del Mercosur, se siguen concentrando en la venta de materias primas, agropecuarias y mineras, así como de productos de escaso valor agregado. En consecuencia, las exportaciones extra-zona afianzan modelos perimidos que poco benefician a economía y sociedad de América Latina y el Caribe (ALC).

d. He aquí el resultado de recientes investigaciones con datos de 2013: las ventas intrarregionales representaron apenas el 19,2% de las exportaciones mundiales de ALC. Los otros bloques económicos a nivel mundial superaron ampliamente esa proporción: en la Unión Europea el 59,1%, en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte 49,6% y en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático 49,8%.

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