Dibujemos: Las expresiones artísticas como método para expandir la creatividad en las universidades técnicas

En muy poco tiempo voy a ser odontólogo, digo ser porque se supone que la profesión que elegiste ejercer en tu vida te define, no creo que sea mi caso, pero dejemos el “ser”.

 

Cuando en el 2009 ingresé a la universidad estaba totalmente metido en la que será mi profesión universitaria, no fue hasta el tercer año en el que empecé a plantearme algunos problemas profundos.Lo que más llamó mi atención esque el problema que veía no se limitaba a mi facultad.Tuve la suerte de empezar a recorrer otras y veía siempre lo mismo replicándose, tanto en mi carrera como en otras. El problema es y sigue siendo el poco valor que se da al desarrollo de la creatividad al estudiar algo técnico.

 

En el 2011 me di cuenta de que estaba metido en una carrera que tiene una constante innovación. De alguna manera miles de odontólogos a través del mundo se las ingenian para encontrar nuevas técnicas, nuevos materiales, nuevos métodos para cumplir el fin que ellos deseaban, pero eso no pasaba en Paraguay y sigue sin pasar.

 

La falta de formación cultural integral en las universidades paraguayas hace que los alumnos desarrollen poco su ingenio creativo, dejando a la camada de profesionales recibidos: médicos, odontólogos, ingenieros y otros, como aplicadores de técnicas ya establecidas por otras personas.¿Es de verdad un problema?. Sí, es un problema. Para avanzar como ciencia, para avanzar como humanidad necesitamos de la creatividad, es la chispa que nos permite saltar al siguiente nivel.

 

Una investigación rápida me demostró que no soy el único preocupado por la falta de incentivo en esta área.OlenaKlimenko, Magíster en Ciencias Sociales de la Universidad de Antioquia, lanzaba en 2008 un trabajo titulado “La creatividad como un desafío para la educación del siglo XXI” donde detalla el problema en el que nos podemos encontrar de no desarrollar esta faceta en los alumnos de las instituciones educativas y describe que “la creatividad emerge como una fuerza constituyente para el cambio social, permitiendo a todos los ciudadanos participar activamente en la construcción de alternativas desde todos los ámbitos”.Llega incluso más lejos diciendo que el siglo XXI  es sin duda el siglo de la creatividad.

 

¿Realmente estamos en un siglo creativo?. La humanidad pasó de crear industrias a desarrollarlas, luego fue desarrollando tecnología y lo sigue haciendo, pero en un punto del siglo XXI eso dejó de ser lo más importante. Domingo Motta se refiere a esto diciendo“los nombres que asignamos a las cosas están agotados. Todo debe ser renombrado a la luz de los nuevos conocimientos y los nuevos desafíos”. Explica claramente que más que descubrir las cosas, hoy la humanidad pasa por redescubrirlas y darle nuevo uso, cosa para la que un proceso creativo es indispensable.

 

Entonces, ¿por qué las universidades paraguayas siguen sin ampliar sus horizontes y crear espacios dedicados a la creatividad?. Capaz solo por falta de interés. A Paraguay aún le está costando salir de la enseñanza tradicionalista, esa en la que el profesor era el centro de todo y los alumnos simples tontos sin cerebro. En ese marco y viendo que los que ahora dirigen las universidades y centros de estudio son personas formadas con la concepción de que lo único importante es la carrera en cuestión, es uno de los factores que determinan la falta de interés en la creación de estos espacios.

 

Este tipo de educación anterior también puede explicar el motivo por el cual en el año 2012, un poco después de haber lanzado mi primera novela, un profesor universitario me invitaba a “salir de la facultad si quería dedicarme a escribir” y me decía que en las facultades técnicas no hay lugar para las artes.

 

La Magíster paraguaya MirtiaTessada es contundente al afirmar que es necesario revisar el plan de estudio de los docentes e invertir mayores recursos del Estado en la capacitación de formadores con pensamiento fresco. “Es hora de aumentar las exigencias para ser maestros, así como las horas de lectura de nuestros profesores. También es importante romper los esquemas tradicionalistas.”

 

En la facultad a la que voy tenemos dos años de anatomía dentaria, en el segundo año de esta cátedra los alumnos se dedican a tallar pequeños bloques de yeso y darles formas dentarias. Ni yo mismo hubiese pensado que mis nociones básicas de tallado en madera y las horas que me pasé con lijas y cinceles en la pequeña mueblería que tenía mi madre hasta hace poco me hubieran ayudado un montón a comprender el yeso y no tener problemas a la hora de tallarlo. O que de alguna manera, estar metido en fotografía (como hobby) me ayudase a pasar un examen que no había estudiado y estaba seguro de que no pasaría o me de una visión completamente diferente a la que tienen otros odontólogos de la sonrisa de un paciente y de la importancia de la armonía dentaria.

 

¿Cómo podríamos ayudar a desarrollar la creatividad?.Dibujar, cantar, bailar, esculpir, son actividades que nos permiten tomar el control y crear algo bonito de materia inerte y que de a poco nos van dando una visión mucho más grande del mundo, permitiendo incluso desarrollar nuestro lado creativo en la carrera técnica que tengamos. Si nos abocamos al desarrollo de espacios artísticos dentro de las universidades estamos  desarrollando el proceso creativo de los alumnos y ayudando a mejorar su interés por la investigación, incluso dentro del área científica.

 

Actualmente una universidad privada del Paraguay desarrolla esta faceta en su casa de estudios, interesante sería que las otras universidades también vayan hacia ese lado y que no paren ahí. Creo que es completamente necesario desarrollar cátedras que fomenten la creatividad e introducirlas en los programas de estudio de todas las carreras. Incluirlas de verdad, como parte del plan de estudio, podría marcar una diferencia brutal en la forma de ver la carrera que cada alumno elije ejercer.

 

El manual “Políticas de creatividad” de la Unesco podría ser un buen punto de partida para empezar a desarrollar estos espacios y ampliar más el conocimiento sobre la importancia de la creatividad en la educación y en otros sectores sociales.

 

Invertir en estos espacios es sin duda algo elemental para mejorar la calidad de formación de los alumnos y empezar a crear personas capacitadas, que no solo vean su área de acción como un ente separado de la humanidad y que puedan entender que la correlación entre el trabajo de sus vidas y los aspectos culturales de su civilización están tan unidos que solo pueden funcionar juntos.

 

 

Rubén Viveros

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