En la era de la información y los avances tecnológicos, ser profesional requiere de mayores capacidades que van más allá del mero conocimiento académico como por ejemplo la adaptación a los cambios, liderazgo, talentos digitales entre otras cualidades.
La globalización de las empresas y también de los negocios exige que las personas sean multidisciplinarias y salgan al mercado competitivo a destacarse por la solvencia e innovación de sus acciones y no simplemente hacer bien el trabajo.
Para estar a la altura de los requerimientos para altos cargos ejecutivos solicitados por importantes compañías, la especialización y capacitación con que cuente el postulante será el valor agregado que éste sume a su favor. En la actualidad existen diversas herramientas de enseñanza y aprendizaje que facilitan en gran manera el perfeccionamiento de las habilidades profesionales.
No obstante, es un error creer que los paraguayos solo sobresalen en su desempeño en un trabajo de producción lineal. Muchos empresarios destacan justamente la capacidad de rápido aprendizaje de los paraguayos en este tipo de labores, como del sector de maquila por ejemplo, pero al buscar directores o gerentes aducen que la oferta existente no reúne el perfil acorde a las exigencias del puesto.
La sed de crecimiento profesional debe nacer de uno mismo pero las empresas también deben fomentar y por sobre todo motivar el desarrollo laboral de sus colaboradores. Numerosos profesionales y emprendedores paraguayos triunfan en el extranjero como directores en firmas multinacionales o al frente de sus propios proyectos. Ellos son el fiel testimonio de que los paraguayos tenemos la capacidad de trascender las fronteras de la mano de una sólida preparación académica y profesional. Tal como lo expresa Aristóteles: «Somos el resultado de lo que hacemos repetidamente. La excelencia entonces, no es un acto, sino un hábito.»
Alma Morán
