Santander y BBVA pasan con sobresaliente el nuevo examen de liquidez de la regulación mundial

Muchos bancos españoles lo repiten en privado a todo aquel que quiera escucharlo: la liquidez ya no es un problema para la mayor parte del sistema financiero nacional y europeo. Pero eso es ahora. La liquidez fue un problema, y grande, durante los primeros años de la crisis mundial y solo la intervención del Banco Central Europeo (BCE) evitó que los males que ya sufrió la industria fueran incluso mayores.

«La crisis mostró que las instituciones financieras no mantenían activos líquidos en cuantía suficiente», asegura un documento de la Comisión Europea. «Cuando la crisis golpeó, muchas entidades estaban escasas de liquidez. Eso contribuyó a la desaparición de varias de ellas», añade.

Y no fue un problema exclusivamente europeo. Estados Unidos y otras áreas financieras occidentales pasaron por lo mismo. De esa experiencia nació una petición: la que las grandes potencias del G20 hicieron al Comité de Supervisión Bancaria de Basilea para que ideara una serie de nuevas reglas para prevenir los colapsos de liquidez. La ratio de cobertura de liquidez (liquidity coverage ratio o LCR) fue la respuesta y este año le toca entrar en escena. En Estados Unidos lo hizo el pasado 1 de enero; los bancos europeos tienen la bendición de la Comisión Europea para retrasar su implantación hasta octubre.

Para evitar impactos negativos en el negocio bancario, se ha optado por una introducción paulatina de la ratio de cobertura de liquidez. La idea es que los bancos deben hacer acopio de los suficientes activos líquidos de alta calidad (efectivo, depósitos en bancos centrales, deuda cotizada, acciones…) en sus colchones de liquidez como para cubrir la diferencia entre las previsiblemente altas salidas de efectivo (fugas de depósitos, sobre todo) y las muy mermadas entradas durante un periodo de crisis de 30 días. El objetivo ideal es que los activos líquidos superen el 100% de esa diferencia, pero en Europa eso no se exigirá hasta enero de 2018. Por ahora, el requerimiento en octubre es que esté al 60%.

La afirmación que hacen muchos bancos españoles de que la liquidez no es un problema en estos momentos lleva a pensar que las entidades nacionales pasarán el examen cuando llegue. Hasta que no se publiquen las cifras, eso sí, no hay nada seguro, pero hay al menos dos bancos que no solo llegan al mínimo sino que superan ya la exigencia de liquidez que se les hará en 2018.

Se trata de Santander y de BBVA, los dos mayores bancos españoles y los que las autoridades mundiales consideran sistémicos. Aunque no sea necesario, estas dos entidades han decidido dar a analistas e inversores información anticipada sobre la evolución de su ratio LCR. Y en ambos casos está por encima del 100%, según consta en documentos oficiales. BBVA afirma que cumple el coeficiente más allá del 100% y Santander dice que es superior a esa cota tanto «en el grupo como en las principales filiales».

De todas formas, estas cifras no son definitivas: los cálculos se han hecho con la regulación provisional que partió de Basilea y que el pasado mes de octubre fue retocada por la Comisión Europea. Pero tampoco eso debe ser motivo de preocupación, porque lo que hizo Bruselas fue endulzar la normativa, así que Santander y BBVA saldrán incluso más favorecidos en la nueva foto.

La situación de los dos bancos españoles cuadra a la perfección con lo que sucede en el resto de Europa. Ya sea como lección aprendida de la crisis financiera o por el impulso de adelantarse a la regulación, la Autoridad Bancaria Europea (la EBA, por sus siglas en inglés) ha detectado que las entidades han ido aumentando sus colchones de activos líquidos para mejorar su posición y que lo han hecho, sobre todo, incrementando sus depósitos en bancos centrales.

El resultado es que la ratio LCR agregada de los bancos europeos está en el 116,7% con el criterio de Basilea (sube al 130,6% con el europeo) y que el 74% de las entidades ha alcanzado ya la plena implementación de este coeficiente, con una cobertura de liquidez superior al 100%, según se refleja en el estudio sobre este requerimiento realizado por la EBA con datos de 2013 y publicado la semana pasada. Pero hay incumplidores. Un 14% de los bancos europeos todavía no llega ni al 60% que se pedirá en octubre y eso implica unas necesidades brutas de 39.000 millones de euros.

Han sido 322 los bancos estudiados y la EBA no identifica cuáles son los que se quedan cortos. En el informe participan nueve entidades españolas. Habrá que esperar a octubre o hasta que cada una se decida a hacer pública su ratio para saber si el resto del sistema financiero nacional sigue los pasos de Santander y BBVA o está más bien en la zona del suspenso.

Fuente: Expansión

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