En forma casi unánime, el G100, Núcleo de Estudios Internacional que en Brasil se compone de 100 miembros efectivos y nominados (accionistas, Presidentes y Directores Ejecutivos), más otros 20 miembros (Economistas Jefes y Especialistas Financieros), sostiene que las expectativas basadas en el momento económico y político contienen percepciones bastante negativas, pero convergentes, sobre el mal momento que vive el país. Avizora un agravamiento del panorama económico para el último trimestre del año, sustentado por incertidumbres de carácter político. Según el IBGE, en las grandes capitales se espera una profundización de los niveles de desempleo, actualmente en un 7,6%, que podría alcanzar al 10 u 11% al final del año. La insolvencia también aumentará, impulsada por el bajo nivel de actividad y las altas tasas de interés que se aplican en el país. Los intentos de afianzar el escenario económico se ven perjudicados por la inestabilidad política. Hasta que el ancla fiscal no esté consolidada, será difícil visualizar el fin de este ciclo de retracción. El tipo de cambio ha presentado una volatilidad inusual, con variaciones fuertes cada día, especialmente en el mercado a futuro, donde los descalces son muy grandes. La inflación se reduce, la reserva de divisas se encuentra en un nivel confortable, pero el país no crece.
En sondeos realizados en forma bimensual junto con los miembros de Brasil, al día de hoy los indicadores señalan:
– En lo que refiere a las proyecciones para el PIB, a diciembre de 2015 se ubicaría en un -2,43%; a diciembre de 2016 en un -0,80% y a diciembre de 2017 en un 0,63%.
– En cuanto a las proyecciones para el tipo de cambio (dólar), a diciembre de 2015 se estima en R$ 3,92, a diciembre de 2016 en R$ 4,13 y a diciembre de 2017 en R$ 4,23.
– En lo que refiere a las proyecciones para las tasas de interés (índice SELIC), a diciembre de 2015 se ubican en el 14,25%, a diciembre de 2016 en el 13,00% y a diciembre de 2017 en el 12,25%.
– En cuanto a las proyecciones para la inflación, a diciembre de 2015 se estima en un 9,66%, a diciembre de 2016 en un 7,28% y a diciembre de 2017 en un 6,43%.
La inmovilidad gubernamental alcanzó las áreas de cooperación técnica y de transferencias de tecnologías. Japón firmó un contrato con Brasil para la transferencia de tecnología en el área de procesamiento de aluminio, que fue ratificado por el Ministro Abe en ocasión de su reciente visita a Brasil. Japón cumplió su parte, asignando recursos financieros y llevando a becarios brasileños para su capacitación. Brasil no aportó los recursos prometidos y canceló la beca a los participantes del curso. El programa, considerado como prioritario por el gobierno japonés se encuentra paralizado.
Fuente: G100 Brasil
