Hacia un Impuesto a la Renta Personal más justo

Crédito columna: Santiago Peña, ministro de Hacienda.

En los varios intentos previos a su implementación, la intención de aplicar el Impuesto a la Renta Personal (IRP) en Paraguay siempre tuvo resistencia, dejándonos con una imagen de país inequitativo.

La estrategia de su implementación se centró en enfatizar el efecto de formalización que se daría puesto que los nuevos contribuyentes buscarían documentar todas sus compras con facturas legales de manera a reducir la carga efectiva del impuesto.

Sin embargo, mediante la firma del “Acuerdo para Fomentar la Formalidad, la Competitividad, la Equidad y la Responsabilidad Fiscal” en noviembre de 2003, los representantes del Estado y de los gremios empresariales también dejaron plasmado el compromiso expreso de impulsar un IRP equitativo.

En el 2012, para la modificación efectuada con la Ley N° 4673/12 se fundamentó la implementación del IRP como un imperativo de justicia que permitiría que los que tienen más paguen más impuestos, con la expectativa de generar más recursos para la salud, la educación y para el combate a la pobreza.

Es decir, tanto la formalización de la economía, como la promoción de la equidad fiscal y una mayor recaudación fueron los justificativos de la reforma.

Esto es importante hacer notar, porque poner el énfasis solo en el carácter formalizador del IRP conduciría al camino de su erradicación. Los impuestos en todo el mundo se crean para que el Estado atienda las necesidades de la sociedad en materia de seguridad, salud, educación, etc. Lo ideal es que sean recaudados mediante un sistema tributario que sea eficiente y equitativo.

¿Qué hacen otros países? En la región se aplican tasas de impuestos progresivas a la renta de las personas (pagan más los que más ganan). En el caso de Argentina las tasas llegan hasta el 35%, mientras que en Chile hasta el 45%, y en Perú hasta el 30%.

Estas tasas de impuesto se aplican sobre la renta de las personas, es decir, ingresos menos gastos. En todos estos países las rentas exoneradas y la posibilidad de deducción de gastos son muy limitadas.

¿Qué hacemos en Paraguay? En nuestro país, en el 2017 el IRP afectará a aquellas personas que obtienen ingresos mensuales de más de G. 9.500.000, con una tasa del 8% para todas aquellas personas con ingresos anuales hasta unos G. 235 millones y del 10% para quienes obtengan ingresos superiores a dicho monto.

En Paraguay, el pago del IRP podría ser nulo o hasta incluso podría resultar en un crédito fiscal (saldo a favor del contribuyente). Esto se da porque, a diferencia de otros países, los contribuyentes en Paraguay pueden deducir gastos e inversiones personales y de sus familiares.

¿Qué sucede en la práctica? Se pudo constatar que en el 2015 unas 25 mil personas declararon sus ingresos y gastos, pero sólo la mitad de ellas pagó el IRP. Además, al revisar las declaraciones juradas, se verificó que el impuesto efectivamente pagado por los contribuyentes del IRP es menor cuanto mayor es el ingreso declarado (impuesto regresivo), puesto que quienes más ingresos tienen deducen más gastos por inversiones y donaciones.

Con este tipo de actos el Estado terminaba debiendo dinero a estos contribuyentes y no puede ser que el IRP redistribuya dinero hacia arriba, lo cual más allá de ideologías va totalmente en contra de la equidad tributaria.

La nueva reglamentación del IRP establecida en el Decreto N° 6.560/16 busca solucionar este tipo de situaciones, apegándose estrictamente al texto de la Ley N ° 4.673/12, corrigiendo prácticas que vulneraban todos los principios de justicia tributaria y hacían del IRP un impuesto regresivo.

¿La nueva normativa desincentivará la inversión privada? No. La normativa no restringe las inversiones que pueden realizar los contribuyentes, y solo se establece que las mismas no pueden superar el monto de los ingresos, salvo que fueran realizadas mediante algún préstamo.

Además, hay que recordar que están vigentes la Ley N° 60/90 de Incentivos a la Inversión, la Ley N° 117/91 de Inversiones, la Ley N° 1.064/97 de Maquila, la Ley N° 5.542/15 de Garantías para la Inversión, las que propician un ambiente muy favorable para la inversión en materia tributaria y arancelaria.

¿El anticipo de impuesto es ilegal? No. El anticipo del IRP es una facultad administrativa establecida en la Ley N° 125/91, lo cual permitirá distribuir y alivianar la carga financiera del impuesto para los contribuyentes, pues durante el ejercicio irán pagando una pequeña parte del impuesto que deberán pagar al final del ejercicio fiscal.

¿La nueva normativa otorga nuevos beneficios para los contribuyentes? Sí. Entre ellos, cabe resaltar que ahora quienes obtuvieron préstamos con anterioridad a ser contribuyentes del IRP podrán deducir no solo los intereses, sino la cuota de amortización del capital, situación que estaba vedada en la reglamentación anterior.

Además, la nueva normativa otorga más facilidades como la posibilidad de deducir gastos en el exterior realizados con las tarjetas de crédito o de débito emitidas en Paraguay. Quienes prefieran realizar compras en efectivo, igualmente podrán deducir dichos gastos siempre que los comprobantes sean legales.

¿La nueva normativa tiene por objetivo recaudar más para poder hacer frente a los pagos de la deuda? Con la intención de generar una innecesaria polémica algunos han argumentado que lo único que se busca es recaudar más, debido supuestamente a los compromisos en materia de deuda pública.

Este argumento es total y absolutamente falso, puesto que las finanzas públicas son sostenibles con el sistema tributario actual. Además, la recaudación adicional asociada a los cambios introducidos en la reglamentación del IRP es poco significativa, ya que lo que principalmente se pretende es tender hacia una mayor equidad, y evitar el abuso del sistema tributario.

A medida que nuestra cultura tributaria vaya madurando, empezaremos a ver más claramente que un IRP bien diseñado es un impuesto que mucho puede contribuir a mejorar la justicia social en el Paraguay, distribuyendo la carga de los impuestos de una manera más equitativa y generando recursos para las inversiones sociales, sin afectar la competitividad de nuestro país.

Hoy vale la pena el esfuerzo en pos de una sociedad más justa. Es por eso que solicitamos el apoyo de los ciudadanos a los cambios que se plantean en el IRP.

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