Cuáles son los desafíos macroeconómicos del gobierno de Mario Abdo Benítez

Crédito columna: MCS Grupo Consultor. Publicado en el Diario 5días de Paraguay.

El nuevo gobierno tomará las riendas del país en agosto y entre los desafíos a los cuales se enfrentará se encuentran los de naturaleza económica, fundamentales para la generación de recursos que financien el desarrollo, aumenten la calidad de vida y reduzcan los niveles de pobreza.

La nueva administración tendrá como marco en el que moverse a una macroeconomía con buenos fundamentos, pero la misma por sí sola es insuficiente. Por ello, desde medidas que garanticen el crecimiento del PIB y la calidad de las finanzas públicas, hasta aquellas que permitan alcanzar el grado de inversión, deberán formar parte de la agenda económica, con el fin de crear una coyuntura favorable para todas las personas que vivimos en Paraguay.

DIVERSIFICACIÓN Y MAYOR CRECIMIENTO

El PIB paraguayo se ubicó en US$ 39,3 mil millones en el 2017, lo que significó un PIB per cápita de US$ 5.657, cuando que el PIB per cápita de Brasil fue de US$ 9.895, el de Argentina US$ 14.467, Uruguay US$ 16.722 y Bolivia US$ 3.353.

Estos datos indican que el Paraguay se ubica en el penúltimo puesto en cuanto a PIB per cápita en el Mercosur bastante por debajo de la mayor parte de los países latinoamericanos, lo que significa que los niveles de expansión del país deben incrementarse en mayor medida para algún día acortar brechas con los países vecinos.

Para que el crecimiento del PIB realmente beneficie a todos es fundamental propiciar mayores niveles de expansión en diversos sectores de la economía. El dinamismo económico del país aún está muy ligado al sector primario, que representa 11,4% del PIB, y al comercio de materias primas, siendo esta una característica de países poco desarrollados, que necesitan adoptar políticas que favorezcan primeramente a la industrialización y luego a la expansión de los servicios formalizados y con valor agregado, de manera a generar mayores beneficios para la sociedad.

Además, estas políticas también aportarían a la sostenibilidad del crecimiento en el tiempo, ya que reducirían la dependencia de limitados sectores, vulnerables a factores externos poco controlables, como el clima y los precios internacionales.

POLÍTICA FISCAL EQUILIBRADA Y PRUDENTE

Otra de las prioridades que el próximo gobierno debería tener en cuenta, se relaciona con la administración de recursos públicos y con la generación de ingresos para cubrir los gastos nacionales.

En el primer semestre del 2018, los ingresos totales del país aumentaron en 9,2% en términos interanuales, impulsados principalmente por los ingresos tributarios, que crecieron 9,6%. La variación de los ingresos tributarios está explicada por la recaudación de la DNA, que experimentó una expansión de 18,5% en un año y en menor medida, por la recaudación de la SET, que se incrementó en 3,5%.

Teniendo en cuenta que los ingresos recaudados por la SET abarcan el 56% de los ingresos tributarios, se puede concluir que para incrementar la generación de recursos públicos sin depender del comercio exterior, resulta fundamental mejorar la eficiencia en la recaudación de la mencionada institución.

Por otro lado, considerando que el IVA registró una participación de 55,8% en los ingresos de la SET, el IRACIS una participación de 33,3% el IRAGRO de 2,9% y el IRP de 0,5%, existe un margen para llevar a cabo modificaciones que conduzcan hacia una estructura tributaria menos regresiva y permitan registrar incrementos en los niveles de recaudación desde los sectores económicos que generan mayores ganancias.

También resulta fundamental mantener un programa prudente de gastos, dado que el gasto total obligado en lo que va del año creció en 11,7%, principalmente como consecuencia de un incremento de 10,4% en las remuneraciones a empleados.

El gasto total obligado sumó G. 14.434,1 mil millones (US$ 2.532 millones) a junio, superando así a los ingresos tributarios que alcanzaron los G. 11.218,3 mil millones (US$ 1.968 millones), por lo que resulta indispensable aumentar los ingresos y disminuir los gastos, y sobre todo avanzar hacia la mejora de la calidad de estos últimos, con el fin de incentivar una política fiscal sostenible y eficiente, que deje atrás el déficit sostenido y mantenga una deuda pública controlada para no trasladar a generaciones futuras el costo de las ineficiencias actuales.

INSTITUCIONALIDAD COMO GARANTÍA PARA LAS INVERSIONES

La imagen país es otra cuestión a considerar. La IED a Paraguay, se incrementó en 11,1% en el 2017, mientras que a nivel regional se experimentó una reducción de 3,6%. A pesar de ello, entre los países de América del Sur, el país fue el que recibió en promedio menores inversiones en los últimos 5 años.

El incremento de la IED en el país y la estabilidad macroeconómica nacional, van en línea con las calificaciones asignadas a Paraguay: Moody’s califica al país como Ba1, a un paso del grado de inversión, mientras que Fitch y Standard & Poor’s lo califican como BB, a dos escalones del grado de inversión.

Sin embargo, los limitados ingresos de inversiones registrados en relación a los países vecinos y el permanecer por debajo del grado de inversión, responden a las debilidades institucionales que tiene el país. Una inflación controlada, bajos impuestos y expansiones del PIB por encima del promedio de la región pueden resultar atractivos para las inversiones, pero los factores más importantes al momento de atraer proyectos internacionales son la seguridad jurídica y la eficiencia institucional, ámbitos en los cuales el país no muestra señales de grandes cambios en un futuro cercano.

Con el fin de planificar un desarrollo socioeconómico sostenible e inclusivo, el gobierno entrante además de fomentar la expansión de diversos sectores económicos y una mejor administración de los recursos, deberá necesariamente mejorar la calidad de las instituciones, solo así podrá garantizar la igualdad de oportunidades para todos.

Tipo de cambio: 1 dólar = 5.700 guaraníes.

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