Grandes empresas comercializan la planta de stevia de Paraguay

Foto: Un sistema de riego para cultivos utilizado por la comunidad indígena Pãi Tavyterã en Capitán Bado Amambay, noreste de Paraguay.

Comunidades indígenas reclaman ser compensadas, mientras que las exportaciones a China caen por la diplomacia.

Crédito reportaje: Karina Godoy, Diálogo Chino. Crédito fotos: Matías Melgarejo Salum.

Del uso ancestral a la industrialización. Ka’a he’ê (hierba dulce) en idioma guaraní; y Stevia Rebaudiana como su nombre científico, es una planta que forma parte de la vida cotidiana del pueblo indígena guaraní Pãi Tavyterã de Paraguay desde siglos pasados.

Fueron ellos uno de los primeros en aprovechar las propiedades curativas y el poder endulzante de la hierba. Esta comunidad, desde hace tiempo, tienen la esperanza de recibir una indemnización por el uso industrial a nivel mundial de lo que ellos consideran como su patrimonio natural.

La exportación de la stevia a nivel comercial se expande en Paraguay a pasos rápidos, con China como principal destino. Sin embargo, la producción todavía no es suficiente para satisfacer la creciente demanda externa

La producción nacional no puede satisfacer la creciente demanda en el extranjero y la infraestructura deficiente y el poco apoyo estatal para el cultivo de la stevia en comparación con cultivos como la soja presentan grandes desafíos.

Miembros de la agrupación Pãi Tavyterã observan la invasión de otros cultivos en el área utilizada para el cultivo de stevia.

EXPANSIÓN DEL CULTIVO

El crecimiento natural de la stevia se dio principalmente en el departamento de Amambay, norte de la región oriental de Paraguay, donde está asentado el pueblo Pãi Tavyterã. Hoy la planta crece sólo en áreas puntuales.

Los Pãi Tavyterã están constituidos por más 15.494 personas, según el último censo de población indígena del Paraguay. Representan el 13% del total de grupos indígenas en el país. Están distribuidos en varias asociaciones. Una de ellas es Pãi Rekove, en Amambay, área fronteriza con Brasil.

Los representantes de esta organización se muestran un tanto herméticos. El temor a que vuelvan a ser engañados es lo que los obliga a actuar con cautela, argumentan.

“La planta ya se reprodujo en distintas variedades en otros países y la usan empresas farmacéuticas y de bebidas. Ellos reclaman la indemnización porque el origen es de esta tierra”, aseguran desde la coordinación de la asociación Pãi Rekove.

Para Nelson Benítez, docente y supervisor del área educativa del lugar, el pueblo ya fue engañado demasiado. “Desde que empezó el interés a nivel mundial recibimos una gran cantidad de visitas de personas y organizaciones que prometieron ayudarnos. Permitimos que ingresen a nuestras comunidades y llevaron las plantas, pero después todo pasó al olvido”.

El profesor Nelson Benítez sostiene que las grandes empresas no han compensado a las comunidades por llevarse la planta de stevia.

Los Pãi deben recibir parte del beneficio que gozan los usuarios industriales de la stevia, cuya primera catalogación como planta útil la establecieron los indígenas, considera Luis Lovera, quien investigó el vínculo entre la stevia y los guaraníes.

El argumento de Lovera se basa en la Convención sobre Diversidad Biológica de las Naciones Unidas y el Protocolo de Nagoya, el cual se refiere al acceso a los recursos genéticos y la participación equitativa en los beneficios que deriven de la utilización.

“El área endémica de la stevia siempre estuvo en el territorio de los Pãi Tavyterã. La reserva genética pudo quedar extinta, si no la conservaran en el escaso territorio que ahora ocupan, por la expansión agropecuaria en la zona”, sostiene Lovera.

USOS Y APROVECHAMIENTO

El uso de la stevia es clave para tratar problemas digestivos, molestias en los ciclos menstruales y también actúa como cicatrizante, comentan los indígenas. Lo consumen en infusiones y también como endulzante de bebidas.

“Cuando es su época y traemos de donde hay casi no usamos el azúcar”, sostiene Juana Recalde, representante de mujeres indígenas de la Asociación Rekove.

La planta combate la diabetes y la presión arterial y es cinco veces mejor como antioxidante frente al té verde. También el uso del tallo es bueno para todo tipo de alimento balanceado para animales. Además es fertilizante y recuperador de suelo degradado.

“Las hojas son 30 veces más dulces que el azúcar y el extracto 300 veces más. Es un endulzante natural no calórico. Se emplea para sustituir a la sacarina, el ciclamato y otros edulcorantes artificiales. La planta contiene varios compuestos glucósidos que otorgan el sabor dulce natural”, expresa el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep).

Juana Recalda (centro), representante de las mujeres en la asociación Rekove.

La presencia de la stevia en nuevos productos se ha disparado tras recomendaciones de organizaciones de la salud como la Organización Mundial de la Salud (OMS) de reducir la ingesta de azúcar. Esto por su relación con el sobrepeso, obesidad, diabetes y caries dental.

A nivel mundial el uso de la stevia aumentó más del 31% en 2018, en comparación con un crecimiento de más del 11% en 2017, según la empresa PureCircle, productor de edulcorante de stevia.

El endulzante es utilizado en helados a base de lácteos y yogurt congelado, té helado, aderezos y vinagres. Es ingrediente de refrescos con gas, sustitutos de comidas y otras bebidas. También de productos cosmetológicos y odontológicos.

Empresas como Calbee Foods, The Coca-Cola Company, Groupe Danone, Nestlé, PepsiCo y Unilever son algunas de las empresas que incluyeron a la stevia como ingredientes en sus productos.

PRODUCCIÓN Y DESAFÍOS

La especie en estado silvestre fue considerada en peligro de extinción en el 2006, por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES) de Paraguay. Las amenazas son la expansión de los cultivos de soja y maíz y de la ganadería, de acuerdo a las comunidades.

Los pequeños productores consideran este cultivo como un desafío. La falta de infraestructura que demanda la producción y la ausencia de acompañamiento estatal son factores que juegan en contra, menciona Marcial Gómez, secretario de la Federación Nacional Campesina de Paraguay.

La infraestructura usada en el área donde está presente la planta silvestre en el noreste de Paraguay es deficiente.

“Para tener media hectárea con las infraestructuras necesarias, sistema de riego, cobertura de carpa y media sombra, se precisan cerca de 35 millones de guaraníes (US$ 5.636). Para un pequeño productor eso es mucho porque no hay facilidad de créditos ni acompañamiento técnico del gobierno”.

A nivel país el área de cultivo abarca 2.370 hectáreas, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) en base a datos de la más reciente cosecha. La capacidad de producción es de 3.900 a 4.000 toneladas de hojas secas promedio al año.

La demanda internacional supera a la producción local. Para satisfacer el mercado mundial se necesitan aproximadamente unas 12.000 hectáreas de su plantío en el país, de acuerdo a CADEP.

La siembra de stevia es mucho menor comparada con la caña de azúcar, utilizada para elaboración de azúcar y bebida alcohólica, principalmente. La caña registra una superficie de 110.000 hectáreas y una producción de 6.160.000 toneladas, en el mismo periodo de cultivo que la stevia.

La soja y otras plantaciones ocasionaron gran deforestación en el entorno de la comunidad indígena.

El cultivo de stevia ocupa a siete personas de manera permanente por hectárea en el ciclo completo de producción, indica el informe de la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), organismo dependiente del Ministerio de Industria y Comercio del Paraguay.

MIRANDO AL EXTRANJERO

De toda la stevia que se produce en Paraguay, el 50% es exportado. La otra mitad queda en el mercado local, asegura el presidente de la Cámara Paraguaya de la Stevia, Juan Barboza.

“Es necesaria una campaña de concientización para que los paraguayos consuman más la stevia”, agrega.

El mayor volumen de stevia, en hojas, iba a China, quien además es el principal productor en el mundo con 18.133 hectáreas cultivadas. Pero la falta de acuerdo diplomático entre el país asiático y el sudamericano hizo que los envíos disminuyan en el 2018 y por ahora sean nulos este año, según los exportadores.

La misma dificultad se da con otros productos agrícolas de Paraguay. Esto es debido a que el país mantiene relaciones con Taiwán, quien actúa como nación independiente de China Continental. Es el único aliado sudamericano de la considerada provincia rebelde.

La exportación de stevia a China desde Paraguay se inició en el 2012 con 288.129 kilos. El mayor volumen de exportación fue en el 2017 con 950.144 kilos. Durante el año pasado, último periodo de comercialización, la remisión solo fue de 74.313 kilos, de acuerdo a datos del Banco Central del Paraguay (BCP).

La facilidad de exportación de stevia se daba porque el volumen es mucho menor al de la soja (producción paraguaya que llega a China a través de otros países), pero cuando empezaron a aumentar las toneladas ya se pusieron en alerta, relata Mariano Demaria, representante de PureCircle Paraguay.

La idea de la compañía, cuando se asentó en Paraguay, era producir hoja y procesarla en la fábrica que tienen en China. Este último vuelve a exportar el 80% de la producción, comenta Demaria.

“El ministro de Relaciones Exteriores, Luis Castiglioni, debería sentarse a negociar. Así como se recibe todo tipo de productos de China, sin ninguna restricción, debería pedir que haya una contrapartida de lo que son las exportaciones de stevia, que no va a ser algo complicado para la balanza comercial”, indica.

“La estrategia consiste en que el Gobierno paraguayo logre abrir nuevamente la frontera con China”, concluye.

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