Qué significa Vaca Muerta para el futuro económico de Argentina

Natalia Kidd

Buenos Aires, Julio 2019 (EFE).- Vaca Muerta, uno de los mayores reservorios mundiales de hidrocarburos no convencionales, se ha convertido en un imán para multinacionales como Shell y ExxonMobil y su desarrollo masivo, aún en pañales, promete ser clave para el futuro económico de Argentina.

La gigantesca formación, que ocupa 30.000 kilómetros cuadrados del suroeste del país, con epicentro en la provincia de Neuquén, sumó en 2018 inversiones por 4.000 millones de dólares, desembolsos que este año ascenderían a 7.491 millones de dólares.

Vaca Muerta comenzó a estar en boca de todos en 2011, cuando YPF, la mayor petrolera de Argentina y por entonces controlada por la española Repsol, anunció un hallazgo significativo de reservas.

La expropiación a Repsol hizo decrecer la inversión privada en detrimento de la de YPF, una tendencia que comenzó a revertir en 2015.

Con el interés internacional en alza, el año pasado -pese a que la economía argentina entró en recesión- fue decisivo para el desarrollo de varios proyectos dentro de la formación, que se extiende por cuatro provincias argentinas.

La ola de anuncios no se detiene: en mayo la angloholandesa Shell anunció que invertirá 3.000 millones de dólares en cinco años para el desarrollo masivo de tres áreas de Vaca Muerta que hasta ahora eran solo de exploración.

Y hace tres semanas la estadounidense ExxonMobil comprometió desembolsos por 2.000 millones de dólares en cinco años para el desarrollo de un área dentro de la formación, ubicada en la cuenca Neuquina.

Una treintena de empresas ya posee concesiones en Vaca Muerta, con YPF, ahora controlada por el Estado argentino, a la cabeza, y los gigantes globales del sector pisando fuerte en la que es la segunda mayor reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo de este tipo.

Estos «jugadores de ligas mayores» están en Vaca Muerta con proyectos ambiciosos, cuyo retorno sobre la inversión puede demorar varios años en llegar, y en un entorno macroeconómico y político siempre complejo en Argentina.

«El potencial energético argentino es muy grande y tanto actores privados como públicos se dan cuenta de que es sumamente aprovechable», dijo a Efe Martina Gallardo Barreyro, analista de la calificadora Moody’s que sigue de cerca el fenómeno de Vaca Muerta.

La experta sostuvo que, pese a la incertidumbre que generan las elecciones presidenciales de octubre, «las empresas quieren estar, no se la van perder».

Pese al «boom» de inversiones, Vaca Muerta aún está muy lejos de dar todo de sí: su desarrollo masivo apenas alcanza al 5 %.

Con todo, Vaca Muerta está cambiando poco a poco el mapa energético de Argentina, que desde hace cinco años viene recuperándose de años de sucesivas caídas en la extracción de hidrocarburos gracias a un gradual crecimiento de los no convencionales.

Además, el desarrollo de Vaca Muerta es clave para la economía del país, que en los últimos años sufrió verdadera escasez energética, sobre todo de gas natural, viéndose obligado a restringir el consumo y realizar millonarias importaciones que minaron sus cuentas.

Ahora este «oasis» petrolero promete garantizar el autoabastecimiento y generar a futuro un significativo ingreso de divisas por la exportación de excedentes.

Según datos del Instituto Argentino de Energía, en 2018 las exportaciones de combustibles y energía ascendieron a 4.190 millones de dólares, con un salto interanual del 69,2 %, mientras que las importaciones de combustibles y lubricantes, aunque llegaron a los 6.529 millones de dólares, crecieron a un ritmo menor (14,1 %), con lo que el déficit, por 2.339 millones, se redujo un 27,9 % frente al rojo de 2017.

«El año pasado tuvimos un déficit de balanza comercial energética de 2.300 millones y este año vamos camino al equilibrio. El primer cuatrimestre, de hecho, tuvimos un pequeño superávit», aseguró el secretario de Energía argentino, Gustavo Lopetegui, en un coloquio empresarial sobre Vaca Muerta realizado hace dos semanas en Neuquén.

Según un reciente estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario, en un escenario conservador, las exportaciones de hidrocarburos argentinas podrían llegar a 8.200 millones de dólares en 2023, cerca de un tercio de las colocaciones actuales del potente sector agroindustrial, que rondan los 25.000 millones.

Pero si Argentina logra una agresiva política de inversiones en Vaca Muerta, podría alcanzar en 2030 exportaciones de hidrocarburos por 25.400 millones de dólares. EFE

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