Inició el segundo semestre del 2019 y las proyecciones macroeconómicas para lo que resta del año son favorables en comparación a los resultados observados desde mediados del año pasado.
Crédito columna: José Meyer, analista económico. Valores Casa de Bolsa.
En un año en el cual el dinamismo de la actividad nacional fue afectado por la disminución de la producción de soja, la incertidumbre internacional, la situación económica de los principales socios comerciales, la menor producción de energía eléctrica y la reducción de las ventas en general; el optimismo de una reactivación en los próximos seis meses se apoya principalmente en programas del gobierno enfocados sobre todo en las obras públicas y en un efecto base resultante de la desaceleración registrada desde el tercer trimestre del 2018.
Sin embargo, teniendo en cuenta las oportunidades de expansión del Paraguay, su estructura económica y las necesidades de la población ante la coyuntura nacional e internacional, se hace indispensable el desarrollo de una industria dirigida a la exportación, que sea consolidada por un fortalecimiento de las capacidades individuales e institucionales, de manera a garantizar la sostenibilidad del crecimiento en el tiempo mediante una mayor productividad.
MEDIDAS PARA COMBATIR A LA DESACELERACIÓN
Si bien es cierto que en los primeros meses del presente año se pudo observar, más que una desaceleración económica, una caída de la actividad en general; también es cierto que tanto el sector público como el privado auguran un mejor segundo semestre. Según datos publicados por la banca matriz, en los primeros tres meses del 2019 el Producto Interno Bruto (PIB) presentó una reducción interanual de 2%, con caídas en sectores como la agricultura, las construcciones y las manufacturas de 11,9%, 3,3% y 2,1% respectivamente. Por otro lado, el indicador de ventas experimentó una disminución de 4,6% en términos interanuales al mes de mayo, mientras que el indicador de actividad económica se redujo en 2,8%.
Ante este panorama, desde el gobierno de Mario Abdo Benítez anunciaron diversas medidas con el objetivo de fomentar un mayor dinamismo, de manera a evitar una caída acumulada de la economía para fin de año, alcanzando niveles de crecimiento menores a los de años anteriores, es decir, experimentando una desaceleración.
Estas medidas incluyen el desembolso de US$ 1.500 millones, de los cuales US$ 1.100 millones serán destinados a obras públicas, la disponibilidad de US$ 100 millones del encaje legal en moneda extranjera para la asistencia a las carteras de los sectores agrícola y ganadero, y la disminución temporal de la carga efectiva del IVA para los productos importados bajo el régimen de turismo, de manera a incentivar al comercio fronterizo. Se estima que estas estrategias podrán estimular el crecimiento mediante la generación de empleos, la financiación de sectores productivos y la reactivación del comercio.
Las políticas adoptadas por el Poder Ejecutivo fueron, en general, bien recibidas por el sector privado como medidas de reactivación, sobre todo teniendo en cuenta que según el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) los proyectos en ejecución y a ejecutarse tienen el potencial de generar 50.000 empleos y según el Banco Central del Paraguay (BCP) la agricultura presentó la mayor incidencia negativa en los resultados del PIB del primer trimestre, que llegó a -1,4%.
No obstante, considerando las posibilidades que se presentan actualmente y la exposición de la economía nacional a factores tanto internos como externos que limitan el crecimiento, se hacen necesarias estrategias de desarrollo que sean resilientes a las adversidades climáticas, a los precios internacionales y a la situación de los países vecinos.
Estas estrategias se denominan industrialización y exportación, para respaldar una expansión elevada y sostenida mediante la capacitación, la institucionalización y la diversificación. Considerando los acuerdos internacionales que tuvieron lugar recientemente y la posible apertura de nuevos mercados, se pueden presentar interesantes oportunidades en los próximos años.
APUNTAR A NUEVOS MERCADOS Y FOMENTAR LA INDUSTRIA
Así como desde la oferta, la mayor incidencia negativa en el PIB del primer trimestre tuvo origen en la agricultura; desde la demanda, el mayor impacto provino de las exportaciones netas, cuya incidencia fue de -1,7% en los primeros tres meses del 2019. Observando la composición de los resultados del comercio exterior de los años 2016, 2017 y 2018 se puede afirmar que en promedio, los envíos de granos de soja, carne y energía eléctrica, presentaron una participación de 61,2% en las exportaciones registradas de los mencionados años. Por otro lado, del total de las exportaciones registradas en los últimos tres años, en promedio el 48,6% fue destinado a Brasil y Argentina.
Esta concentración tanto de productos como de destinos, deja abierto un abanico de opciones que puede ser explotado a futuro, sobre todo gracias a la apertura de nuevos mercados que actualmente se presenta como una posibilidad. Con el Acuerdo del Mercosur y la Unión Europea, se abren las puertas a un mercado con más de 500 millones de habitantes, con US$ 34.000 de PIB per cápita, que abarca más del 20% del producto mundial.
En los últimos 3 años, Paraguay destinó en promedio el 12,2% de sus exportaciones registradas a la Unión Europea, el grupo regional con mayor participación en el comercio internacional, que abarcó 34% del mismo en el 2017 según la OMC (Organización Mundial del Comercio). Además, el mismo año, la Unión Europea registró participaciones de 33,5% en las importaciones mundiales de bienes en general, de 36,6% en las importaciones de productos agrícolas, de 37,4% en las importaciones de alimentos, de 32,8% en las importaciones de manufacturas, de 38,6% en las importaciones de productos automotores y de 38,5% en las importaciones de vestimentas. Estos datos, demuestran las numerosas opciones que se presentan para el comercio exterior ante el mejor acceso al mercado europeo.
DESARROLLO Y ESTABILIDAD
Observando las oportunidades actuales y futuras, se puede afirmar que el Paraguay está apuntando en la dirección correcta, aunque sin duda alguna aún queda un largo recorrido en el proceso de desarrollo. La estabilidad macroeconómica es un factor importante para el crecimiento, pero para lograr una expansión más significativa que permita al país incrementar la calidad de vida de la población, es necesario un aumento de productividad mediante una mayor industrialización de exportación, ya que el mercado nacional no es lo suficientemente grande como para impulsar al país a niveles que pueden ser alcanzados gracias al comercio exterior.
Las empresas maquiladoras, son un ejemplo de los resultados que pueden ser obtenidos mediante incentivos a empresas que apuntan al mercado internacional. Las exportaciones bajo el régimen de maquila experimentaron un interesante dinamismo en los últimos años y si bien aún se encuentran por debajo de los números de los principales productos exportados por el Paraguay, al mes de junio del 2019 alcanzaron el 7,2% de las exportaciones registradas, según el BCP. Por otro lado, desde la Cámara de Empresas Maquiladoras estiman que para el final del presente año, 200 empresas se encontrarán operando en el rubro, lo que generaría en total más de 22.000 puestos de trabajo.
En el mes de junio, el 46,6% de los envíos bajo ese régimen fueron hilos y cables (autopartes) y el 81,6% de las exportaciones tuvieron a Brasil como destino, lo que se interpreta como una fuerte concentración del rubro, que mediante la diversificación puede evitar contratiempos políticos y comerciales como el experimentado con Brasil actualmente, que se busca paliar mediante la implementación de un acuerdo automotor.
Otras oportunidades para el comercio internacional del país se encuentran en las negociaciones del Mercosur con la Asociación Europea del Libre Comercio, con Canadá y con Corea del Sur, mientras que el sector productor del Paraguay solicita al gobierno la apertura del mercado chino y el sector cárnico fija su mirada en Estados Unidos, Japón, Turquía y persigue una cuota de 25.000 toneladas de carne en la Unión Europea.
Con el fin de alcanzar mayores niveles de crecimiento, sostenibles y resilientes a shocks tanto internos como externos, que permitan al Paraguay llegar a un mayor desarrollo que incida en la calidad de vida de la población, se hace indispensable que el sector público y el privado trabajen juntos, incentivando a la industrialización, a la productividad y apuntando al comercio internacional, de manera a aprovechar las puertas que se abren en la actualidad.
Las políticas de expansión deben basarse sobre todo en la industrialización, que debe ser sostenida en el tiempo por mejores sistemas educativos, por una estabilidad macroeconómica y por instituciones confiables.