Una economía poco diversificada lastra el crecimiento económico de Paraguay

Asunción, 3 oct (EFE).- La dependencia de Paraguay del sector primario, en particular la agricultura, se ha convertido en el último año en un lastre para el crecimiento económico del país, que acumula dos trimestres negativos del PIB y una contracción del 2,5 % en el primer semestre, una recesión que el Ejecutivo se resistía a asumir.

El Banco Central del Paraguay (BCP) confirmó esta semana con cifras la nueva realidad, que hasta ahora era rebatida por el Ejecutivo con base en la estabilidad macroeconómica del país y a un pasado de desempeño positivo, muy destacado por los organismos internacionales.

Los últimos datos del BCP muestran una caída del 3 % del Producto Interior Bruto (PIB) entre abril y junio, por debajo del 1,6 % registrado el mismo periodo del ejercicio anterior.

A la divulgación de ese registro siguió la admisión del ministro de Hacienda, Benigno López, de que se había entrado en recesión económica, un escenario que no entraba en los planes del Gobierno de Mario Abdo Benítez, del conservador Partido Colorado, que llegó al poder el pasado agosto.

Hasta el momento, el Gobierno admitía una «desaceleración», como indicó López a principios de junio, y apuntando más al contexto regional que a la propia economía paraguaya.

De hecho, el Ejecutivo seguía escudado en la estabilidad macroeconómica, con un ritmo de promedio de crecimiento anual del 4,5 % entre 2004 y 2017, según datos del Banco Mundial.

En esa época, el país suramericano se benefició de los precios de las materias primas y de los granos, que le permitieron impulsar su economía.

Sin embargo, ese historial fue insuficiente para frenar el impacto de la crisis regional, que ahora también se ha instalado en la economía paraguaya.

Todos los sectores, a excepción de los servicios, registraron en el segundo trimestre del año un desempeño negativo, arrastrado de manera especial por la agricultura, la construcción y la electricidad.

La agricultura, que ya empezó a sufrir en los últimos trimestres de 2018, encadena caídas, con una reducción del 11,4 % en el segundo trimestre de este ejercicio.

Para el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la razón está en los menores niveles de producción de la soja a causa de las condiciones climáticas adversas, como las fuertes lluvias que cayeron sobre el país desde comienzos de año.

El Ejecutivo también ve en los aguaceros el motivo de la paralización de la construcción, tanto del sector privado como público.

La construcción se dejó un 12 % en el segundo trimestre, aunque el Gobierno confía en que las obras públicas dinamicen la economía en este segundo semestre.

El Ejecutivo anunció a principios de junio de este año una inyección de 1.543,51 millones de dólares para reactivar la economía en la última parte del año, con 1.175 millones de dólares destinados a la inversión en infraestructuras.

El único dato positivo de las Cuentas Nacionales Trimestrales lo aportó el sector servicios, con un discreto 2,3 %, que no sirve para aliviar el desplome del resto de servicios.

Y que tampoco contenta si se compara con las cifras de trimestres anteriores, como el 6,7 % alcanzado en el segundo trimestre de 2018.

Conocido el informe del BCP, López publicó en su cuenta de Twitter que «los datos confirman la recesión económica», y citó el clima, la caída de los precios internacionales y la crisis regional como causas del mal desempeño del PIB.

Una crisis regional que ya indicaba un cambio de tendencia.

En este sentido, el informe «Perspectivas Económicas Mundiales» del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicado en abril, rebajó las previsiones de crecimiento de Paraguay para 2019 del 4,4 % al 3,5 %.

Por su parte, el BCP revisó esa cifra a la baja, con un crecimiento del PIB del 1,5 % para este ejercicio.

Ello cuando todavía resonaba el discurso oficialista de un Paraguay presentado como modelo por su estabilidad macroeconómica, su saneada deuda pública y su previsible política monetaria con meta de inflación.

Así como por su Ley de Responsabilidad Fiscal, que establece que el déficit fiscal anual de la Administración Central no superará el 1,5 % del PIB estimado para ese año fiscal. EFE

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