La Paz, 19 nov (EFE).- Fuertes racionamientos a la venta de combustibles empezaron a aplicarse este martes en las ciudades bolivianas de La Paz y la vecina El Alto, luego de los enfrentamientos entre civiles y fuerzas conjuntas para despejar el acceso a una refinería, que dejaron tres muertos y 30 heridos.
La compra de combustible se restringe a un máximo semanal por vehículo de 100 bolivianos, alrededor de 15 dólares, para gasolina y de 300 bolivianos, unos 44 dólares, para diesel, informó la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).
La entidad estatal prohibió también la venta de combustible en bidones y otros envases, además de restringir a una garrafa por familia la comercialización de gas licuado de petróleo (GLP), un combustible que se usa habitualmente en Bolivia para cocinar.
Las gasolineras de Bolivia disponen de un sistema informático de control de la venta de combustibles, para evitar fraude fiscal y para la lucha contra el contrabando, entre otros fines.
El aviso de racionamiento se produjo después de que en una refinería de El Alto se produjeran graves incidentes, con al menos tres muertos por proyectiles de armas de fuego y treinta heridos al dispersar militares y policías a manifestantes afines a Evo Morales.
Un operativo de fuerzas de seguridad fue desplegado desde primera hora de esta jornada en una refinería de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), para escoltar camiones cisterna con destino a La Paz.
La Defensoría del Pueblo de Bolivia reclamó la desmovilización de las Fuerzas Armadas «a fin de evitar más muertes», al entender que la situación en el país «requeriría sólo la intervención policial con fines disuasivos y de diálogo».
Los militares y policías realizan operaciones conjuntas desde el 11 de noviembre en el país, donde desde los comicios del 20 de octubre han muerto al menos 27 personas y más de 700 han resultado heridas, según datos oficiales.
El 10 de noviembre, Evo Morales anunció su renuncia tras casi catorce años en el poder, forzado por las Fuerzas Armadas, y al día siguiente salió hacia México, donde está asilado.
Las protestas comenzaron al día siguiente de las elecciones entre denuncias de fraude a favor de Morales, que fue proclamado vencedor para un cuarto mandato consecutivo.
Horas antes de la renuncia de Morales, embre un informe de la Organización de Estados Americanos advirtió de «graves irregularidade»s en los comicios.
La renuncia de Morales es calificada de «golpe de Estado» por varios gobiernos y políticos latinoamericanos.
Otros países han reconocido al Ejecutivo interino de Jeanine Áñez, mientras que parte de la comunidad internacional ha instado al diálogo sin pronunciarse sobre la crisis política. EFE