Sandra Noguera: “Si el Estado toma nota de la realidad, los años venideros serán de crecimiento constante”

Para la gerente general de Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro), el 2019 fue un año muy difícil para toda la cadena agroindustrial, con caídas tanto en la producción como en la industrialización, lo que afectó a toda la actividad comercial y de servicios asociada.

Aun así el gran desafío para las agroindustrias en el 2020 es recuperar el terreno perdido y retomar la senda del crecimiento.

* Publicada en la edición impresa de Revista PLUS diciembre 2019

La inestabilidad generada por la discusión de nuevos cambios en las reglas fiscales para el sector también impactó de manera negativa en la actividad. La incertidumbre ocasionada durante el tiempo que llevó el estudio y posterior aprobación de la reforma tributaria contribuyó en la formación de expectativas negativas por parte del sector empresarial y menor previsibilidad para el normal desarrollo de las actividades.

“Si bien hay variables que no podemos manejar, como el clima y los precios de referencia internacionales, sí podríamos avanzar en el fortalecimiento de las industrias procesadoras de oleaginosas y cereales a través de compromisos entre el sector público y privado. Paraguay tiene todos los recursos naturales y humanos para convertirse en un proveedor global relevante de alimentos de calidad con valor agregado”, analiza Noguera.

La ejecutiva enfatiza que el primer año de gestión del presidente Mario Abdo Benítez, se desarrolló en un escenario muy desfavorable, con un quiebre de cosecha de aproximadamente 1.050.000 toneladas -menor procesamiento de soja- lo que significó una reducción muy significativa de ingresos de divisas al país, dejando de percibir US$ 870 millones hasta el mes de octubre. Un golpe económico tan importante que obviamente repercutió en todos los sectores y dejó la sensación amarga, de que no se hizo nada.

“Considero, sin embargo que el presidente y su equipo están haciendo los esfuerzos para sortear esas dificultades y adoptar medidas que mitiguen las consecuencias de un mal año agrícola, y que llevará por supuesto un tiempo antes de comenzar a ver los resultados”, reflexiona.

En lo que respecta al sector, observa la directiva, que es tiempo de reconsiderar el modelo actual, que da énfasis a la exportación de productos en estado natural y priorizar la venta a los mercados internacionales de productos paraguayos con mayor valor agregado. Esto permitirá generar más empleos y obtener mayores ingresos al país, además de dar la posibilidad de abrir nuevos mercados.

La visión sobre la actividad agroindustrial en los próximos 5 años, se basa en definir una política clara de apoyo a las industrias con seguridad jurídica, que podría generar condiciones de crecimiento sostenido para el sector. La demanda mundial de alimentos de calidad está en aumento y Paraguay puede ocupar un lugar preponderante en este contexto, aprovechando las oportunidades que se presentan.

“Seguir vendiendo granos en estado natural es un negocio de frazada corta para el país, porque deja menores ingresos y es más dependiente de unos pocos países que definen el mercado. Si el Estado toma nota de esta realidad y trabaja en estrecha relación con las agroindustrias, seguramente los años venideros podrán ser de crecimiento constante”, afirma la ejecutiva.

La misión del gremio, es impulsar la industrialización de oleaginosas y cereales en el país, de modo a aprovechar mejor las potencialidades que tiene Paraguay como gran productor agrícola y convertirlo en un proveedor de alimentos con valor agregado para el mundo, explica.

Finalizando, la gerente general de Cappro, expone los desafíos que conlleva dirigir una compañía y obtener éxito profesional. “Aunque existan muchas herramientas tecnológicas disponibles que ayudan con la gestión, ser un buen líder tiene mucho de artesanal, porque en definitiva se trata de humanos interactuando con humanos. Soy muy autoexigente, considero que un líder debe inspirar con el ejemplo personal y no ordenar desde la comodidad del cargo que ocupa. Mi esfuerzo diario pasa por ser la primera en servir; mantener la coherencia entre pensamiento, palabra y acción; tener templada mi fuerza de voluntad; y ajustar la visión para ir más allá del corto plazo”.

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