El reloj de arena que se nos acaba ¿Cuánto tiempo nos queda?

Las influencias antropogénicas a la atmósfera, el legado al planeta

Cuanto nos falta para decir basta, a los excesos de una humanidad “contaminada”, el ideal del mundo que queremos, se nos aleja, pero cada vez nos pone más cerca un tórrido futuro, sin un total disfrute de calidad de vida. Aumento en la concentración de gases, el consecuente efecto invernadero, el calentamiento global, el cambio climático y el cambio global son hoy situaciones muy preocupantes para la comunidad científica internacional, pero que al ser humano, le importa ¿Le importa?

Crédito columna: Carmiña Cilia Santomé. Founder & CEO de La Tua Mela, consultoría institucional y RSE.

Es una reflexión a la que debemos llegar todos, si nunca es el día de tomar responsabilidad sobre nuestra contribución, en hacer una parte de este mundo algo peor día a día.

Vivimos la era de los cambios climáticos más perversa de los últimos 10 años, y es que este efecto lo provocamos todos, creando anomalías en el comportamiento del clima. El aumento de la temperatura, el crecimiento del nivel del mar, la mayor ocurrencia de sequías e inundaciones, son algunos de los fenómenos que más han llamado la atención en los últimos años, sin contar las innumerables consecuencias para la salud que trae consigo toda esta vorágine de devastación ambiental.

¿Cuánto hacemos por compensar las consecuencias del impacto ambiental, por cuenta de nuestras acciones?

Formamos parte de un “ecosistema” sin conciencia que existe, un ecosistema vulnerable a las irrupciones humanas, los cambios climáticos afectan los procesos biogeofísicos y socioeconómicos las esperadas consecuencias para el medio ambiente, y para la sociedad.

El incremento abismal de la temperatura determina definitivamente una incidencia sobre la salud humana, el aumento de vectores, las enfermedades causadas por alérgenos y contaminantes, la influencia del clima sobre la producción de alimentos y valor nutricional, debido a sus fluctuaciones; una fauna que necesita un equilibrio entre el agua y alimentos, que pide a gritos lo que no puede esperar, prioridad.

Es claro, que pequeñas acciones, harán que vuelvan las perspectivas más positivas de un futuro alentador, empezando por casa, evitemos el consumo de papel, aprovechemos las innumerables oportunidades nos ofrece la tecnología, apps, y  los formatos electrónicos, la posibilidad de usar para tus desplazamientos una bicicleta, compartir tramos iguales  en coche con otras personas, donde puedas ahorrar costes innecesarios, reciclá papel en casa, usa folios de los dos lados, opta por productos de consumo que no contaminen el ambiente en cualquiera de sus formas, clasifica los desechos según el tipo de residuos en orgánicos e inorgánicos, promové la elaboración de mini huertas en el hogar, con material reciclado que te permita además cultivar alimentos naturales y sin conservantes, de los compuestos orgánicos vegetales puedes hacer el mejor compost.

El tiempo se nos acaba. Ese tiempo por hacer “algo”; ese algo de todos que suma. El ejemplo promueve buenas prácticas a quienes lo ven. Una nueva generación confía en nosotros, otros llegarán con un futuro incierto. Lo único cierto es que hoy, decidimos como van a vivir el futuro quienes más amamos.

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