Itaú espera una “recuperación gradual” de la economía en la segunda mitad de 2020

La apertura de los negocios avanza de la mano del control de la propagación del COVID-19. 

El banco proyecta una caída del 2,6% del PIB para este año.

ESCENARIO MACRO – PARAGUAY

Crédito: Juan Carlos Barboza, Diego Ciongo. Departamento de Investigación Macroeconómica de Itaú Unibanco.

Más actividades económicas sin restricciones. El relajamiento por etapas comenzó en mayo. La primera etapa contemplaba la apertura de la industria, la construcción, comercios pequeños, servicios de delivery, cobranzas y el transporte público de media y larga distancia. En segunda etapa, el relajamiento se amplió a centros comerciales de hasta 800 m2, oficinas corporativas con personal reducido y construcciones civiles en general. Al 8 de junio se registraron 1.145 casos positivos de COVID-19 y 11 fallecidos, marcando una de las tasas de mortalidad más bajas de la región. El comienzo de la tercera etapa está previsto para mediados de junio.

Política monetaria sin cambios, luego del inicio de la flexibilización. La autoridad monetaria dejó sin cambios la tasa de interés en 1,25% en mayo en línea con lo esperado, luego de una reducción acumulada de 275 puntos básicos entre marzo y abril. En las minutas de la reunión, el BCP destacó la desaceleración de la actividad desde mediados de marzo, mientras que la inflación mantiene una trayectoria a la baja debido a la contracción de la demanda. No esperamos cambios en la tasa de política monetaria en lo que resta del año.

LA DEFLACIÓN ACOMPAÑA UNA FUERTE CAÍDA DE LA ACTIVIDAD

La inflación acumulada en el año es negativa. Los precios al consumidor disminuyeron 0,6% mensual en  mayo luego de una caída de 0,2% en abril. La lectura de inflación de doce meses se desaceleró a 0,7% desde 2,0% en abril, cayendo por debajo del límite inferior del rango objetivo de BCP (4% ± 2%). Los precios de los alimentos y bebidas cayeron por la menor demanda interna y el confinamiento. En el caso de la carne, la menor demanda externa condujo a un exceso de oferta en el mercado interno. Los precios de los combustibles acompañaron la disminución en el precio internacional del petróleo, mientras que las tarifas del transporte se redujeron a fines de mayo (con un impacto pleno en el IPC de junio). La inflación núcleo se ubicó en 0,0% mensual en mayo llevando la inflación anual a 1,5% desde 2,2% en abril. Ajustamos a la baja nuestra proyección de inflación para 2020 a 1,5% desde 2,5% previamente.

La actividad se desplomó en marzo con el comienzo de la cuarentena. El índice mensual de actividad (IMAEP) publicado por el BCP cayó 8,5% mensual desestacionalizado en marzo, llevando a una merma de 1,2% en 1T20. En términos interanuales, el IMAEP se contrajo 1,1% en marzo, pero creció 3,4% anual en 1T20 ayudado por un efecto base, puesto que una sequía afectó la agricultura el año pasado.

Los sectores más golpeados por la cuarentena fueron los servicios, la generación de energía eléctrica y la industria. La caída se acentuaría en 2T20 de acuerdo a datos preliminares. Los consumos con tarjeta de crédito y débito se habrían desplomado en abril (-50% y -20% anual, respectivamente en términos reales) y una dinámica similar habrían mostrado en mayo. De acuerdo al informe de movilidad publicado por Google, el desplazamiento de las personas fue menor en abril que en marzo y si bien aumentó hacia fines de mayo, aún sigue por debajo de los niveles previos al Covid-19.

Proyectamos una caída del PIB de 2,6% para 2020. Nuestra estimación contempla una caída pronunciada en la primera mitad del año y una recuperación gradual de la actividad en la segunda mitad del año. Por otro lado, las cuentas fiscales se deterioraron en abril hasta un déficit fiscal de 4,4% del PIB desde -3,1% en marzo. La recaudación cayó 39% anual en términos reales en mayo, anticipando un aumento del déficit fiscal.

Así, estimamos que el rojo fiscal llegaría a 6,0% del PIB este año y la deuda publica alcanzaría 31% del Producto debido al paquete fiscal anunciado para paliar los efectos del COVID-19 (equivalente a 2,6% del PIB) y la caída de la recaudación asociada al desplome de la actividad. Las cuentas externas mejoraron en el margen debido a que la caída de las importaciones fue mayor a la merma de las exportaciones. Esperamos un superávit comercial de 1,2 mil millones de dólares y de cuenta corriente de 1,1% del PIB explicado por la normalización de la cosecha de soja tras un año de sequía e importaciones débiles. 09 de junio de 2020.

Estudio macroeconómico – Itaú Mario Mesquita – Economista Jefe

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