En 5 de cada 10 personas predominan sentimientos de incertidumbre e inseguridad

A través de un estudio realizado para Unicef Paraguay, desde Nauta analizamos el estado de ánimo de las personas 8 meses después del primer caso positivo de COVID-19 en el país.

Crédito columna: Nauta. www.nauta.com.py

A través de esta radiografía, podemos conocer la actitud con la que enfrentan las personas este escenario tan complejo que nos sacudió a todos y desde qué lugar toman sus decisiones diarias.

Entre los resultados obtuvimos que en 5 de cada 10 personas predominan sentimientos de incertidumbre e inseguridad por lo que pasará en los próximos meses. Estos sentimientos generan más preocupación, intranquilidad y algunas veces hasta impotencia por no tener resueltos los problemas o no encontrar salidas para resolverlos.

En segundo lugar, vemos que un 48% de las personas se siente angustiado y desmotivado en este momento. En los últimos meses, muchas personas se quedaron sin trabajo, negocios cerraron por faltas de ventas, los ingresos económicos de muchas familias disminuyeron y todo eso generó un sentimiento colectivo de preocupación.

En menores porcentajes, podemos observar que algunos afirman estar con menos energía que cuando aparecieron los primeros casos, asustados y ansiosos. Los niños y adolescentes están en sus últimas semanas de clases, el aislamiento social que parecía durar unos meses terminó con el año escolar en casa y se vienen unas “vacaciones” con los chicos en la misma casa sin actividades las 24 horas al día.

Todos estos sentimientos son los que comúnmente paralizan a las personas, que no te hacen avanzar o no te dejan ver más allá del problema. Otros sentimientos como la frustración pueden aparecer también en situaciones como estas y las personas muchas veces bajan los brazos por no encontrar otras alternativas, se cansan de buscar.

Es ahí donde podemos conectar estas emociones con la realidad nacional que nos toca vivir hoy. En una economía que se mueve lentamente, que aún no se reactiva para todos y en un contexto en el que 7 de cada 10 paraguayos se vieron afectados económicamente por la pandemia.

Más allá de las medidas de reactivación económica que se están impulsando, es necesario reparar el ánimo colectivo de nuestra sociedad para volver a generar esa confianza y certidumbre de que en el futuro podemos encontrar algo mejor.

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