Crédito columna: Nauta. www.nauta.com.py
Estamos cerrando el 2020 y la pandemia del COVID-19 sigue muy presente en nuestras rutinas. Los encuentros de fin de año se celebrarán de manera distinta con ciertas restricciones para no aumentar las probabilidades de contagios.
Por primera vez para muchas familias, no todos se podrán juntar en esas grandes cenas con los abuelos, tíos, primos, sobrinos y hermanos alrededor de una mesa para brindar.
Sin embargo, este es también un momento muy importante para cuidarnos, ante un contexto nacional en el que superamos los 100.000 contagios, los sistemas de salud no dan abasto y prácticamente todos tenemos algún familiar cercano a quien queremos cuidar de no contagiar.
A través de una encuesta realizada para Unicef Paraguay consultamos a las personas si es que conviven con otras personas en situación de riesgo. El 47% respondió que sí, es decir, casi la mitad de la población. Por cada 2 ciudadanos que andan por la calle, 1 tiene alguien que se encuentran en mayor riesgo de sufrir complicaciones graves si contraen el COVID-19.
Casi el 40% las personas mencionó que la principal situación de riesgo tiene que ver con la hipertensión, 17% con la diabetes y un 14% con la obesidad, y en menor cantidad enfermedades crónicas como asma, problemas cardiacos y epilepsia.
Después de ya casi 9 meses de cuarentena en sus distintas fases y niveles, el sentimiento colectivo de las personas es el de desear ver la luz al final del túnel. Preguntándose cuánto tiempo más tendremos que vivir con un barbijo en el rostro y con limitaciones para salir, encontrarnos y hacer actividades sin preocuparse por el riesgo.
Más allá de las medidas y los cuidados, las personas se adaptaron para vivir estas fiestas de la manera más normal posible, visitando las tiendas y comprando regalos para sus seres queridos, organizando viajes de vacaciones y realizando encuentros de fin de año. Esto de la mano con el sentimiento de hartazgo de la ciudadanía después de varios meses de confinamiento.
Estos datos nos demuestran que cada vez que salgamos y nos reunamos con otras personas fuera de nuestro núcleo familiar debemos de ser más cuidadosos y estrictos con las medidas sanitarias, tratando de reducir también las salidas y los lugares con mucha concurrencia, recordando que la mitad de las personas convive con alguien en situación de riesgo.
