Argentina como aliada de Paraguay

Crédito columna: Juan Pablo Fernández Bogado, analista internacional. Twitter @jpferbo

Venimos desarrollando este año un análisis sobre las relaciones entre países con los que el Paraguay tiene relación directa en todos los niveles. Pero más en lo económico que hace a la real dimensión de uniones sólidas entre naciones, con intereses que se traducen en compartir riquezas y buscar el beneficio mutuo.

Hoy nos adentraremos a la relación con la hermana República Argentina, que no solo limita territorialmente con nosotros, sino que tiene una historia rica en territorio, población y hermandad que a veces desconocemos y pensamos que estamos más distanciados que unidos.

La República Argentina mantiene una estrecha y dinámica relación bilateral con Paraguay. La cercanía geográfica, el idioma y la cultura compartida son algunas de las características que favorecen el relacionamiento entre los representantes del sector público y privado de ambos países. Estos elementos positivos promueven el fortalecimiento y la diversificación de los vínculos.

Como dato a tener en cuenta, el volumen de comercio entre Argentina y Paraguay, reflejó un aumento sustancial del 30% respecto al año anterior. Esta tendencia positiva se profundiza cada vez más -que ahora a causa de la pandemia lastimosamente está suspendida- teniendo como afectados directos a los comerciantes fronterizos.

Mirando un poco la historia, podemos decir que las relaciones diplomáticas entre estos dos vecinos se remontan a 1811, con la firma de un acuerdo sobre amistad, asistencia y comercio. Ambos países estuvieron en contienda durante la Guerra contra la Triple Alianza entre 1864 y 1870 (con el Paraguay solo contra la Argentina, Brasil, y Uruguay), y no volvieron a tener conflictos desde entonces.

Argentina tiene una embajada en Asunción y 2 consulados generales, uno en Ciudad del Este y el otro en Encarnación. Paraguay tiene una embajada en Buenos Aires y 7 consulados: uno en Clorinda, en Corrientes, en Formosa, en Posadas, en Resistencia, en Rosario y en Puerto Iguazú, debido a los millones de paraguayos que viven en este país.

Ambos países son miembros de pleno derecho del Mercosur, la Unión de Naciones Suramericanas, la Organización de Estados Americanos, la Organización de Estados Iberoamericanos, el Grupo de Río, Grupo de los 77, Sistema Económico Latinoamericano y Asociación Latinoamericana de Integración. Ambos son copropietarios de la represa hidroeléctrica de Yacyretá.

Cabe destacar que existe un enorme interés entre los empresarios de incrementar el comercio y las inversiones entre ambos países, hecho que la representación Argentina en Paraguay verifica a través del crecimiento de consultas, visitas de negocios y misiones comerciales de diversas cámaras sectoriales y provincias, me refirió el cónsul paraguayo en Mendoza, Guillermo Yaluff.

Los sectores privados de ambos países trabajan en crear números positivos de comercio e inversiones. En 2017, el volumen de comercio entre Argentina y Paraguay alcanzó los US$ 2.400 millones, con un crecimiento del 30% respecto al año anterior.

Prepandemia, en el 2018, se cerró con cifras de intercambio comercial bilateral que superó los US$ 2.700 millones, con un crecimiento del 72% respecto al mismo período del año anterior.

Como instancia de intercambio existe la Red Global de Emprendedores Argentinos en el Exterior, creada por la Cancillería argentina con el objetivo de relevar a la comunidad de emprendedores argentinos residentes en el exterior, fomentar la interacción y la posibilidad de generar oportunidades de negocios con una fuerte mirada hacia el Paraguay.

Debemos mejorar nuestra imagen país para que el capital, resentido por la crisis económica que vive el vecino, encuentre en el nuestro un territorio fértil para venir a invertir, como lo están haciendo muchos en bienes raíces aparte de los tradicionales rubros con los que tenemos histórica relación, como también el de explorar las empresas de servicios que también podrían afincarse en Paraguay.

Argentina es un aliado estratégico que tiene un afecto de hermandad que debemos de aprovechar y dejar atrás los complejos de inferioridad que podamos tener, para empezar a escribir una nueva página de crecimiento económico juntos entre países. Es hora de empezar y volvernos fuertes en el proceso para retroalimentar nuestras economías e incidir con fuerza en las mesas de discusiones internacionales donde nos toca participar.

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