El huevo o la gallina: la falsa dicotomía de los créditos hipotecarios en Paraguay

¿Y si es que estamos fallando en el diagnostico? Acerca de alternativas a la crisis de la vivienda.

Crédito columna: Alejandro Kladniew, socio gerente de Paraguay Development SRL.

En la última década, con altibajos respecto a su repercusión, encontramos a diferentes voces a nivel nacional que proponen acrecentar los fondos para poder, potencialmente, otorgar más créditos hipotecarios a quienes tienen necesidades de vivienda y de esta forma, paliar parte del déficit habitacional del país.

Hay quienes proponen mayores fondos que emanen de organismos multilaterales, de organismos nacionales y/o de la banca privada. En todos los casos, consideran en forma genuina que por este camino se podría dar una alternativa interesante al público.

Considero que esta posición merece incluir otras variables de la realidad a los fines de analizar si es este (el camino del crédito hipotecario), es un camino propicio que ayude significativamente a mejorar la situación de quienes requieren de viviendas.

En primer lugar, no podemos dejar de señalar que, a diferencia de otros países de la región, Paraguay nunca llegó a tener un banco oficial dedicado esencialmente al tema, como si lo tuvieron y lo tienen, Argentina y Uruguay.

En estos países el crédito hipotecario ha sido y es parte de la cultura de diferentes generaciones que han accedido a la vivienda a través de esta herramienta financiera.

En Paraguay no contamos con esa herencia, ni con esa tradición que desemboca en que, para nuestros habitantes, este producto aun sea poco conocido y amigable.

A mi juicio, se está subestimando la falta de información al cliente sobre qué es y qué beneficios tiene un crédito hipotecario y se insiste en la creencia que el problema es contar con más fondos. Es decir, necesitamos primero personas más sensibles, proclives e interesadas a esta opción. Conseguir hoy el dinero para financiar los créditos, no parecería ser por dónde va el problema en un planeta tan líquido de fondos.

Otro tópico que poco se considera y entendemos fundamental, es que gran parte de la economía del país está fuera de la formalidad. Esta situación obstaculiza cualquier acceso al crédito formal, porque los requisitos de cualquier banco se basan en los ingresos que el cliente puede demostrar de forma oficial.

Estoy convencido que si hubiera una demanda realmente natural y creciente de crédito hipotecario, se podrían conseguir fondos privados para financiar los mismos. No creo que haya necesidad alguna de recurrir a organismos públicos o privados existentes que están hoy invirtiendo en otros rubros o negocios.

Vivimos en un mundo donde sobra el dinero y faltan negocios redituables y garantizados como lo son muchos de los créditos que se podrían otorgar en un país como Paraguay con una macroeconomía estable.

Hace más de 6 años que en nuestra propia empresa hemos difundido e intentado comercializar masivamente créditos hipotecarios para viviendas de gamas media y media alta, de 10 a 20 años de plazo en dólares, compitiendo a la menor tasa local de cualquier banco; y la cantidad de consultas y de créditos otorgados ha sido extremadamente baja, siendo que nuestros requisitos son considerablemente menores a los que generalmente solicita una entidad bancaria para otorgar un crédito.

Para no caer en una falsa dicotomía, debemos tener y obtener la mayor cantidad de fondos para dar créditos hipotecarios, pero si no trabajamos en difusión y educación para con la población a la que podría serle útil esta propuesta, es posible que nos quedemos a mitad del camino, habiendo hecho la mitad del trabajo y no teniendo los resultados que hubiéramos deseado obtener.

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