¿Por qué la experiencia del empleado tiene que ver con la human company?

Crédito columna: Fernando Cerutti y Mariano Morresi.

Hace unos días leí un tuit de Marc Vigilante (director de Humannova) donde decía que la experiencia del empleado tiene que ser un objetivo en tu organización. El tuit conectaba a un artículo más desarrollado y, tras revisarlo, lo relacioné con el concepto de human company. 

Las human company no sólo deben ser capaces de diseñar entornos que importen y formar talentos productivos para lograr «engagement». Porque, sin ninguna duda, son los seres humanos los que hacen andar y crecer a las empresas.

También las empresas, entendidas como human company, deben encontrar en el mercado laboral y en la sociedad global, personas que tengan como talento por lo menos tres capacidades que no se pueden comprar. Estas capacidades algunos las entendemos como dones.

La primera es iniciativa, tiene que ver con brotar el sentido de libertad para cambiar las cosas. La segunda es creatividad, para generar las innovaciones tan necesarias para el desarrollo, la transformación y la sostenibilidad de los negocios en el futuro. Y la tercera es pasión, para estar comprometidos a dar ese plus que nos permite seguir trascendiendo las rutinas y los problemas.

Recordemos que la pasión es algo intrínseco al ser humano. El colaborador apasionado necesita sentir autonomía, ese impulso de dirigir su propia acción; responsabilidad, un estado de independencia que nos involucra; y estar en su elemento, es decir haciendo lo que hacemos bien, nos hace bien y podemos hacer un bien -aportar valor y ser creativos. Esta pasión nos anima a actuar, a confiar en nosotros, a pensar distinto e ir más allá las órdenes, la experiencia y el statu quo.

Los mejores talentos generalmente son convencidos por las principales empresas del mundo, es parte de las competencias que debe manejar una gerencia de RRHH para competir en el entorno global. Por eso la forma de jugar a este juego para los que no tienen tantos recursos, es con la serendipia.

No se trata sólo de buscar en agencias de empleo, universidades y redes profesionales como LinkedIn. Será difícil encontrar estos talentos, pero hay que estar ahí donde las cosas pueden pasar, abiertos en todo momento, porque en caso de aparecer, nos perderíamos la posibilidad de encontrarlos, aunque sea por casualidad.

En el artículo de Vigilante, también dice que el liderazgo centrado en las personas es el presente y futuro de las organizaciones. Aquí me permito hacer una diferencia con la frase. No creo que este sea el futuro, creo que debería ser el futuro. Entre la primera expresión y la segunda hay una gran diferencia, y es la acción. Debemos hacer nuestra parte.

Sobre este tema quisiera detenerme y plantear un toque de atención. No me cabe duda que todo lo referido a dar importancia al ser humano, debería ser presente y futuro, pero existen muchos empresarios y dirigentes que no piensan así. Creo que ahí debemos trabajar, como educadores y decisores, para lograr persuadir que debemos cuidar tanto al ser humano como a su hábitat. Generar conciencia es una responsabilidad estratégica.

Ha habido un cambio importante, de la mano de las nuevas generaciones, en la integración de las personas a las empresas.

Antes el expertise estaba puesto al servicio de la empresa, es decir que la institución buscaba gente para obtener ganancias. El ser humano considerado como eslabón para que la empresa funcione, era un recurso más, como la materia prima, un «recurso humano».

Hoy, la pasión está puesta al servicio de la gente. Encontramos individuos en busca de una organización para producir impacto y generar valor para la sociedad. Hoy los talentos se cotizan y debemos como empresarios encontrarlos, convencerlos e integrarlos. Para esto además de serendipia, necesitamos valores y objetivos que combinen lo humano, lo social, lo ambiental e incentivos para dar rienda suelta a la pasión por compartir nuestros dones con la organización.

Las búsquedas de gente que hagamos no deben basarse en que sepan hacer la tarea (pronto la reemplazará una tecnología); que sean obedientes (es mejor hacer lío, como dijo el Papa); o que tengan experiencia (hay una disrupción o un cisne negro a la vuelta de la esquina).

Vigilante dice que, “Lo más importante son las personas que componen tu organización”, pero para que la misma se sostenga en el tiempo, nos deben importar de igual modo los clientes y la innovación.

Para innovar necesitamos pensar en personas, a las cuales resolverles sus problemas, y trabajar con personas, que producirán las nuevas soluciones. En definitiva, las grandes experiencias de los empleados y de los clientes dependerán de ser más humanos. Y ahí es donde la human company puede hacer la diferencia.

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