Por qué gestionar la comunicación en las empresas

Crédito columna: María Liz Viveros, comunicadora corporativa y especializada en RSE.  Socia gerente de Salpin, agencia creativa y de comunicaciones.

En Paraguay todavía son escasas las empresas -del tamaño que sean- que entiendan realmente la importancia de la comunicación corporativa, comprendida como una comunicación integral, completa y compleja que influye y es influida por todas las decisiones estratégicas de la compañía.

En más de una ocasión conversé con directores y gerentes de organizaciones que me han dicho que la comunicación o, mejor dicho, la gestión de la comunicación a través de un área o de una persona, profesional del tema, es un “gasto” que todavía no están en condiciones de hacer.

Esta visión parcial y hasta se podría decir, arcaica, es la que hace que muchas empresas tengan una comunicación desordenada, desprolija, y que no llega a sus públicos, aunque incluso inviertan dinero.

Toda empresa se encuentra en constante comunicación consigo misma y con sus públicos, y del mismo modo, toda empresa proyecta una determinada imagen en su entorno. Lo quiera o no, lo sepa o no. Esto se da, aunque nadie gestione la comunicación dentro de la empresa, y eso es lo más peligroso.

Más de una vez, las empresas tuvieron que salir al paso con gacetillas y/o aclaraciones en sus redes sociales -que pareciera ser que, últimamente, es lo único que gestionan- para desmentir sobre algún hecho que le ha creado conflictos o incluso alguna crisis que ha puesto en peligro hasta el propio negocio, tomando solamente la punta del iceberg, sin tener en cuenta la cuestión estratégica y la imagen.

Dicho todo esto, es significativo entender que gestionar bien el negocio, no implica automáticamente gestionar bien la imagen de la empresa. Es importante tener en cuenta la gestión simultánea de la empresa y de su comunicación. 

Por tanto, la comunicación corporativa es la suma de todas las comunicaciones -organizacional, institucional y de marketing- de una empresa, planificada de forma tal y armonizada tan efectivamente con los objetivos de la compañía y con los intereses de sus públicos, que se logra una relación favorable con el entorno y la proyección de una imagen deseada, fortaleciendo así la buena reputación de la empresa.

Comentarios