Esencialismo: la búsqueda de menos y mejor

Crédito columna: Alexandra Cortese, cofundadora y gerente general de Row Comms.

Que me escriba un correo quien esté leyendo esto y no haya pensado alguna vez lo bueno que sería poder clonarse o aumentar las horas en el día. Mi teoría es que una amplia mayoría alguna vez lo pensó, pero yendo más allá, muchos seguimos actuando como si pudiéramos hacerlo.

Es así como seguimos aceptando nuevos proyectos, tomando nuevos desafíos y cargando con más exigencias y, sin embargo ¿podemos cumplir con todos nuestros compromisos con la calidad que querríamos?

En su libro “Esencialismo”, Greg McKeown habla de la necesidad de elegir las oportunidades que tomamos, ya que, mientras más alto escalamos en nuestra carrera profesional más oportunidades atractivas y tentadoras se nos ofrecen.

Sin embargo, “elegir” significa que terminaremos rechazando algunas y rechazar oportunidades no es algo común ni bien visto en un mundo que nos empuja a buscarlas y aprovecharlas cuando llegan. Y es analizando esta contradicción que me encuentro con la pregunta ¿podemos realmente tomar todas las oportunidades que se nos ofrecen? ¿cuál es el costo?

El esencialismo según McKeown, es la búsqueda disciplinada de hacer menos y mejor; de elegir un norte y de decidir cómo invertir el tiempo de manera a que todo lo que hagamos responda a la construcción de ese norte.

En su libro, el autor menciona que muchas veces caemos en la trampa de aceptar compromisos que nos hacen desviarnos de nuestro norte y que esto deriva en estrés, en baja calidad de lo que hacemos y en vivir una vida desequilibrada.

Decir que si a todo y añadir más pendientes a nuestra ya cargada agenda es una receta para la insatisfacción porque al final del día, si uno mismo no establece las prioridades de su vida, alguien más lo hará.

EL ESENCIALISMO APLICADO

Quien alguna vez visitó mi LinkedIn podría pensar que, si bien estoy escribiendo sobre esencialismo, no siempre lo practico ya que hoy, dirijo dos empresas y a la vez llevo adelante un par de asesorías. Pero, aunque parece -y a veces se siente- mucho, fui aprendiendo formas de aprovechar las oportunidades que construyen a mi “norte” y rechazar las que no, por más atractivas sean.

Cada aprendizaje merece un artículo propio, pero aquí va un resumen:

– Tener un norte bien definido: saber qué es lo que buscamos es muy importante para poder discernir qué actividades nos llevan hacia ese puerto y cuáles nos desvían del mismo. Una oportunidad puede ser atractiva pero la pregunta es ¿suma a eso que quiero construir?

– Armar equipos y delegar: no todo tiene que ser ejecutado por nosotros mismos. Así que ¿puede esta oportunidad ser delegada a un equipo calificado? Si la respuesta es si, es un signo de que podemos considerarla.

– Encontrar el equilibrio: es fundamental entender que el tiempo con familia, amigos y de vacaciones es no solamente bueno sino necesario para nuestra salud mental, así como el tiempo que nos lleva hacer cada tarea con tranquilidad. Así que, ¿a qué voy a tener que renunciar para llevar adelante esta oportunidad?

Estas preguntas nos pueden servir para analizar antes de saltar aceptar ciegamente un nuevo desafío. La búsqueda del esencialismo requiere disciplina y determinación y aunque aplicarlo no siempre es sencillo, esta práctica puede colaborar no solo con nuestra productividad sino también con nuestra felicidad; y al final del día ¿qué es más importante que esto?

Comentarios