Crédito columna: Alejandro Kladniew, socio gerente de Paraguay Development SRL.
Hace unas semanas atrás los medios locales informaron acerca de una estafa millonaria en dólares, realizada en Paraguay bajo el sistema llamado ponzi. El esquema ponzi es una operación fraudulenta de inversión que implica el pago de intereses a los inversores de su propio dinero invertido o del dinero de nuevos inversores.
Esta estafa consiste en un proceso en el que las ganancias que obtienen los primeros inversionistas son generadas gracias al dinero aportado por ellos mismos o por otros nuevos inversores, que caen engañados por las promesas de obtener -en algunos casos-, grandes beneficios. El sistema funciona solamente si crece la cantidad de nuevas víctimas.
Según diferentes fuentes, en el caso que nos ocupa se encontrarían perjudicados por esta maniobra decenas de personas, empresas y organizaciones; en las que se incluyen financieras y bancos.
El sistema ponzi nos puede indicar que parecería ser, que la ambición desmedida y la idea de conseguir ganancias de manera rápida y fácil, son instintos primarios que para muchos nublan el más mínimo sentido común y las normas básicas de garantías sobre el manejo del dinero, incluso cuando nos referimos a personas y organizaciones que suponemos inteligentes y precavidas.
Por este tipo de conductas y otras más complejas aún, son las que sostuvieron el criterio para que en las últimas décadas se entregara el premio Nobel a investigadores del rubro economía que pudieron demostrar como la psicología influye en los procesos económicos.
Cuando se ofrecen tasas de retorno totalmente superiores a las que brindan la mayoría de las colocaciones en un mercado, generalmente es porque el riesgo es coherente con el nivel de retorno prometido.
Para decirlo de otro modo más simple, mayoritariamente quienes colocaron plata en este sistema eran totalmente conscientes del riesgo que estaban asumiendo, aunque obviamente desconocían que era un esquema de estafa, pero en ellos habitaba un sentimiento que superaba a la razón; tal como pasa con las adicciones que a pesar de que, los que las llevan adelante saben que les hace mal, no las pueden controlar. En este caso, las víctimas del sistema ponzi, podríamos decir que ¿son adictas a la codicia?
Debemos también decir que el sistema ponzi y lo que ha pasado en el país, no es más que uno de los tantos atajos que se intentan hacer de maximizar resultados sin hacer los esfuerzos correspondientes.
Hay algunos filósofos y pensadores que han desarrollado la idea que lo que evoluciona en la historia, es la tecnología y no el hombre. No es un tema fácil de abordar y seguramente es altamente controversial. Pero el deseo de tener mucho haciendo poco, es propio de la característica de la humanidad desde el comienzo de la historia.
Sobre ese sentimiento que ha invadido a millones de personas a lo largo de los tiempos, quizás no es mucho lo que se pueda hacer para que comprendan que es altamente excelente tener deseos de tener mucho, si se tiene auténticamente la disposición de hacer el esfuerzo para lograrlo.
Por eso, quienes envidian, en general envidian los resultados, jamás el proceso o el esfuerzo que llevo arribar a ese resultado.
Por ultimo y a modo de reflexión ¿No serán las víctimas del sistema ponzi y otras estafas similares referidas a propuestas de altísimas rentas, víctimas de estafadores, pero y sustancialmente, también victimas de su propia ambición desmedida?