Argentina, el único candidato sin hoja de ruta para su adhesión a la OCDE

París, 10 jun (EFE).- Argentina se convirtió este viernes en el único de los seis candidatos oficiales a la adhesión de la OCDE para el que no se ha aprobado una hoja de ruta para el proceso de preparación, porque no ha cumplido con todos los requerimientos que se le habían pedido.

En la foto: Mathias Cormann, secretario general de la OCDE.

El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Mathias Cormann, no quiso precisar cuáles fueron los motivos por los que los países miembros han bloqueado su visto bueno a esa hoja de ruta que sí han aprobado para Brasil, Perú, Rumanía, Bulgaria y Croacia.

Cuando Efe le preguntó por esos motivos en la conferencia de prensa al término de la reunión ministerial anual, Cormann esquivó la cuestión y, con un lenguaje diplomático afirmó que «tenemos compromisos muy positivos con Argentina desde hace tiempo».

«Estas discusiones -añadió- continúan desde que el Consejo (órgano de representación de los miembros) tomó la decisión de abrir el proceso de adhesión y hay algunos temas que no están solucionados. Vamos a solucionarlos de forma constructiva antes de pasar a la etapa siguiente».

Los embajadores de los países que forman la OCDE (son ahora 38, entre los que hay cuatro latinoamericanos: México, Chile, Colombia y Costa Rica) abrieron el pasado mes de enero las negociaciones de adhesión con los seis candidatos, un proceso que va a depender para cada uno de los avances individuales.

El primer estadio de esas negociaciones está enmarcado por una hoja de ruta como la que se ha aprobado hoy para Brasil, Perú, Bulgaria, Rumanía y Croacia, que supone en primer lugar un trabajo con una veintena de comités técnicos y políticos de la organización para adaptar las legislaciones y las prácticas a sus estándares.

Según explicó el mismo Cormann, «se trata de garantizar que los países que entran en la OCDE cumplen con las exigencias que respetan los países miembros».

Por eso, subrayó el secretario general australiano, es «un proceso de transformación positivo y que beneficiará a los países candidatos en las prácticas y en la legislación». EFE

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