Chilavert busca llevar su estilo sin filtro a la política paraguaya

Laura Barros

Asunción, 16 jun (EFE).- Recordado por su estilo combativo en la cancha y más recientemente por sus polémicas declaraciones, el exportero José Luis Chilavert formalizó este jueves su precandidatura a la Presidencia de Paraguay, con la promesa de ser parte de la generación que promoverá cambios en su país.

A sus 56 años, «Chila» confirmó su aspiración política después de que en diciembre de 2020 anticipara en Twitter su intención de competir en las elecciones paraguayas de abril de 2023.

«Es tiempo de cambios, somos la generación que la promoverá», afirmó Chilavert, en un mensaje en su web de campaña.

Deberá esperar, sin embargo, hasta el resultado de las internas de los partidos y movimientos políticos convocadas para el próximo 18 de diciembre, de las que saldrán los candidatos a los diferentes cargos de elección, entre ellos a presidente y vicepresidente

«Chila», como le conocen en su país, se presenta arropado por el Partido de la Juventud, una formación fundada en 2007 que estableció en sus estatutos que «dará prioridad a la patria y no al color».

Sin ninguna experiencia política y tras su renuncia «indeclinable» en enero pasado al oficialista Partido Colorado, Chilavert exhibe como su principal carta de presentación su trayectoria pública.

«Yo en mi vida siempre le puedo mirar a los ojos a la gente: Nunca robé nada a nadie, gané todo en mi vida como deportista», declaró Chilavert en una reciente entrevista con Efe.

Aludió así a su dilatada trayectoria deportiva, durante la que fue considerado el mejor portero del mundo en 1995, 1997 y 1998, y a la que describe como su «lucha titánica» por el fútbol en Suramérica.

Pero en su extenso palmarés no todos fueron galardones. Su andar en las canchas estuvo marcado por polémicas, como el episodio en el que escupió en la cara al brasileño Roberto Carlos en un partido de las eliminatorias al Mundial 2002.

Tiempo después atribuiría esa reacción a la impotencia por el resultado ante la Canarinha y a un intercambio de gestos con la figura brasileña que no fue la única con la que protagonizó roces.

Más recientemente y ya lejos de las canchas desde 2004, volvió a las primera planas por una demanda que presentó en su contra el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, por expresiones que publicó en redes sociales entre septiembre y diciembre de 2020.

El juez de sentencia Manuel Aguirre dio a conocer en mayo pasado su decisión de condenar a Chilavert a un año de prisión con suspensión de la ejecución de la pena por difamar a Domínguez.

Tras la decisión, que apeló este mismo jueves, el exportero consideró que al final «ganó Chilavert».

Ya de lleno en la política y tras hablar de su aspiración de construir canchas de fútbol para los niños, Chilavert insiste en su preocupación por la «agenda 2030», que vincula a liderazgos de izquierda y considera un «flagelo» que está sufriendo Suramérica.

«Está en Chile. Puede caer Colombia, ojalá que no. Está también en Perú, en Bolivia, en la Argentina», advierte y confiesa que no le gustaría que Paraguay «cayese en manos de los zurdos anarquistas».

Como uno de sus referentes en política menciona al expresidente del Gobierno José María Aznar (1996-2004), cuya gestión dijo haber conocido durante su paso por el club Zaragoza, entre 1988 y 1991.

Y pese a vivir en Argentina, Chilavert asegura estar al tanto de lo que ocurre en su país, adonde viaja constantemente.

Es por ello que desgrana entre sus prioridades, en caso de llegar al poder, potenciar la educación, mejorar la atención en salud y garantizar una justicia «que funcione».

«Yo entiendo a la gente humilde, porque yo también nací pobre. Yo hasta los siete años andaba descalzo», recuerda el exportero, quien defiende que se le enseñe a la gente a trabajar y tenga la libertad de hacer con su dinero «lo que uno quiera». EFE

 

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