Adalberto Martínez: “Nuestra acción estará motivada por el servicio y la acogida al más pobre”

Asunción, Agencia IP.- El cardenal paraguayo, Adalberto Martínez, ofició su primera misa en Roma tras su investidura como miembro del Colegio Cardenalicio. Allí reflexionó sobre la necesaria humildad y el servicio hacia los más pobres como motivación de la acción pastoral.

En sus primeras palabras de reflexión en la misa de eucaristía celebrada en la iglesia de Gesù, el cardenal Martínez expresó su alegría en idioma guaraní. «Javy’a ajepa? ha javy’a mandearâ porque Ñandejára oi ñanendive (¿Estamos felices, cierto? Y debemos estar felices porque Dios está con nosotros)», dijo.

También señaló que esta misa de acción de gracias, que tuvo lugar en la mañana de este domingo, se sentía como la primera que preside en su vida. «Siento que ésta es como la primera misa, como aquella primera misa en el año 1985 que he celebrado habiendo sido ordenado por el cardenal Seán 0′Malley, arzobispo de Boston, a quien agradezco su presencia», dijo Martínez.

En alusión a la lectura del evangelio que marca esta fecha, el cardenal reflexionó sobre la necesaria la humildad en la misión evangelizadora. En ese sentido afirmó que su misión estará motivada «por el servicio y la acogida al más pobre porque en ellos vemos la carne sufriente de Cristo y no porque esperamos alguna retribución social, política o económica».

Señaló que la figura del cardenal ha sido muchas veces asociada con la del que manda, del que tiene poder, y por lo tanto debe actuar con sicología de príncipe. «Esa es una actitud que no corresponde ni condice con nuestra vocación de servidores», afirmó.

Recordando la humildad de Jesús quien ha dejado una imagen elocuente de servicio en el acto de lavado de los pies a sus discípulos, el cardenal señaló que «Jesús nos pide que nos dispongamos a ocupar espontáneamente el último lugar, es decir, ser servidores de los demás sin reclamar privilegios. El que quiera ser primer que sea el último de todos, enseña el Señor», expresó.

«Nuestra acción y nuestra opción pastoral debe ser por los pequeños, por los que padecen todo tipo de miseria, por los que son despreciados y descartados por la sociedad, por los que viven en las periferias existenciales», añadió.

Igualmente, Martínez recordó a los «muchos paraguayos compatriotas que tuvieron que migrar por diversos motivos» en muchos países del mundo.

Una iglesia con un significado muy especial

El cardenal también resaltó que, como arzobispo de Asunción y metropolita del Paraguay, celebrar la eucaristía en la iglesia de Gesú, «este templo bellísimo, iglesia madre de la compañía de Jesús, para nosotros adquiere un significado muy especial».

En ese sentido señaló que en esa iglesia reposan los restos de San Ignacio de Loyola, fundador de la compañía de Jesús, «cuya obra evangelizadora y misionera en el Paraguay ha dejado un legado que perdura hasta hoy en la iglesia y en la cultura de nuestro pueblo».

Igualmente destacó la imagen de María Felicia de Jesús Sacramentado en la iglesia, de quien también resaltó que «veía a Jesús en los pobres y se enfocaba en ellos para ayudarles».

Invocación a San Agustín

El cardenal resaltó que su primera misa coincide con la fiesta de San Agustín de Hipona, obispo, doctor de la iglesia, filósofo, escritor, también conocido como el doctor de la gracia, cuya intercesión invocó para que el servicio que inicia como cardenal de la iglesia católica, para que la misma «se nutra de la gracia del Espíritu Santo, la sabiduría y el ejemplo de obediencia a la voluntad de dios de este gran santo».

Padre espiritual

Al finalizar la misa, el cardenal Seán 0′Malley, arzobispo de Boston, se expresó conmovido por este nombramiento «porque el cardenal Adalberto es un buen sacerdote y un buen pastor». Recordó los años de acción pastoral que realizaron juntos en las comunidades de migrantes en los Estados Unidos.

«Yo sé que es fuente de alegría y satisfacción para todo el Paraguay, y también para mí que me considero su padre espiritual», dijo.

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