La inflación de la eurozona se aproxima a los dos dígitos y presiona al BCE

Bruselas, 31 ago (EFE).- El aumento de los precios en los países de la zona euro se acerca cada vez más a una cifra de dos dígitos, tras situarse en el 9,1 % en el mes de agosto, y presiona al Banco Central Europeo (BCE) para que decida una nueva subida de tipos en su reunión de la semana que viene.

Los datos preliminares publicados por Eurostat apuntan a una inflación este mes dos décimas, superior al anterior, por lo que el indicador no abandona su tendencia al alza marcada todavía por el impacto de la energía, al que se suman con constancia cada vez más categorías.

Aunque lejos del punto más alto de marzo, cuando los precios energéticos registraron un aumento récord del 44 %, las consecuencias de la guerra de Rusia en Ucrania en la cotización de los combustibles fósiles siguen pesando sobre la inflación de la moneda común.

En agosto, la energía se encareció un 38,3 % y el precio de los alimentos procesados, el alcohol y el tabaco escalaron casi un punto para registrar un crecimiento del 10,5 % (9,8 % en julio), una cota inferior a los alimentos sin procesar, cuyo incremento fue este mes del 10,9 % (11,1 % en julio).

Estas cifras llevaron la inflación de agosto a un nuevo récord del 9,1 %, dos décimas más que el dato de julio, pero aun así el mayor incremento de los precios de la serie histórica y, evidentemente, del año, tras el 5,1 % de enero, el 5,9 % de febrero, el 7,4 % de marzo y abril, el 8,1 % de mayo, el 8,6 % de junio, y 8,9 % de julio.

A esto se suma el repunte de los precios a futuro del gas en el índice de referencia en Europa (el TTF de Países Bajos), que a lo largo de agosto han alcanzado niveles máximos y es previsible que sigan ejerciendo presión sobre el nivel de precios durante los próximos meses, a pesar del retroceso en la cotización del petróleo.

Es lo que vaticina el centro de estudios Oxford Economics, que prevé que los precios energéticos «escalen más de lo esperado» y contagien a otros componentes no energéticos, manteniendo elevada la inflación en el corto plazo y ahondado así en la pérdida de poder adquisitivo de los hogares europeos.

De hecho, este laboratorio de ideas o ‘think tank» augura que el Banco Central Europeo (BCE) subirá los tipos de interés en 75 puntos básicos en su reunión de septiembre, la próxima semana, una decisión que se sumará a la subida de 50 puntos básicos de julio, la primera por parte del instituto emisor en once años.

«Sólo vemos un enfoque ‘paloma’ ya en 2023, después de otro movimiento de 25 puntos básicos en febrero, dado que anticipamos que la eurozona caiga en una recesión y las señales de debilitamiento de la inflación subyacente y los mercados laborales empiecen a ser más evidentes», auguran estos expertos.

El BCE de Christine Lagarde seguiría así la senda marcada por la Reserva Federal estadounidense (FED), que en los últimos meses ha encadenado dos subidas de tipos de 75 puntos para que situar el precio del dinero en el rango del 2,25 %-2,5 % y con el objetivo de enfriar la economía, que se encuentra ya en recesión técnica.

Por contra, la eurozona mantuvo su crecimiento económico en el segundo trimestre del año, con una expansión del 0,6 % a pesar del estancamiento de la economía alemana, el motor del euro, cuyo crecimiento se limitó al 0,1 % entre abril y junio.

Pero los precios redoblan su presión de cara a un otoño y un invierno que los países de la zona euro encaran con incertidumbre especialmente por el impacto de la guerra en Ucrania y un eventual corte total del suministro de gas que podría decretar el presidente ruso, Vladimir Putin.

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