China está anteponiendo ideología a economía, lamentan las empresas europeas

Shanghái (China), 21 sep. (EFE). – China está anteponiendo la ideología al crecimiento económico y se está «alejando» del resto del mundo, algo que podría enturbiar el entorno para los negocios, lamenta la Cámara de Comercio de la Unión Europea (UE) en el país asiático en su informe anual, presentado hoy.

El dossier, que lleva por título ‘La ideología se impone a la economía’, asegura que este último año ha supuesto un «importante cambio» en la manera en la que las empresas europeas evalúan a China, moviendo el foco desde las oportunidades de inversión a otros aspectos como la resistencia de las cadenas de suministro, la dificultad de hacer negocios o los posibles riesgos de reputación.

Las empresas que operan en China, apunta la Cámara, se están enfrentando en sus países a una presión pública cada vez mayor en materia de transparencia, y leyes de reciente acuñación les obligan ahora a demostrar, por ejemplo, que sus cadenas de suministro están libres de trabajos forzados.

La postura más firme de los gobiernos occidentales frente a China viene dada de una opinión pública cada vez más crítica con Pekín en numerosos países, lo cual «aumenta las posibilidades de problemas de comunicación y entendimiento», algo que se une al hecho de que «no es posible» que los líderes chinos entiendan mejor Europa que antes de la covid debido a su «cuarentena autoimpuesta».

«Europa y China (…) están alejándose cada vez más. El resto del mundo ya ha vuelto a niveles prepandémicos de ‘normalidad’, pero China se mantiene reacia a reabrir sus puertas», afirmó el presidente del club de empresas europeas, Jörg Wuttke.

Asimismo, la UE está «reevaluando y actualizando» su postura política, «tomándose más en serio» los mensajes que llegan de Pekín, entre los que la Cámara cita la campaña de autosuficiencia anunciada ante las tensiones geopolíticas con Occidente, que también hacen que las empresas europeas «analicen muy cuidadosamente los riesgos» ante el temor a devenir en «víctimas de una disputa política».

CHINA, AISLADA POR EL ‘CERO COVID

En clave interna, el gran problema que siguen señalando las compañías europeas en China es la política de tolerancia cero contra el coronavirus, que se ha traducido en confinamientos estrictos en diversas partes del país, un cierre casi total de las fronteras y obstáculos para los negocios como unas «desconcertantes» normativas para cuarentenas o desinfección de paquetes llegados del exterior.

Esta situación «ha dado un impulso adicional al éxodo de extranjeros (…) que ya estaba en marcha», denuncia la Cámara, que habla de un «efecto devastador» sobre la atracción y retención de talento para trabajar en China y de un «mayor aislamiento» del personal que se encuentra en el país, que no puede viajar a las sedes centrales de sus empresas.

El dossier pronostica que China no reabrirá sus fronteras hasta, al menos, la segunda mitad de 2023.

En este sentido, el informe también advierte de que los directivos de las compañías no están pudiendo tener «experiencia de primera mano» en China, lo que reduce su entendimiento del país y su interés por él: «Serán cada vez más reacios a comprometerse a invertir en un país del que cada vez entienden menos, especialmente cuando perciben un aumento de los riesgos políticos, económicos y de reputación».

La organización reclama a China «más transparencia y previsibilidad», ya que, pese a que el país asiático «todavía tiene un importante potencial de crecimiento y unas bases manufactureras y polos industriales de nivel mundial difíciles o incluso imposibles de replicar en otras partes», el compromiso de las firmas europeas «ya no puede darse por sentado».

Como ejemplo, el informe cita estadísticas oficiales chinas que muestran que, pese a que la inversión extranjera en el país aumentó en 2020, la proveniente de la UE cayó un 11,8 % interanual, y que la proporción del influjo de capital europeo sobre el total cayó al 3,8 % desde su máximo histórico del 11,1 %, registrado en 1999.

¿UNA NUEVA OPORTUNIDAD?

Según Wuttke, los obstáculos para la entrada en el mercado dificultan la llegada de nuevas empresas y, aunque las que ya están establecidas en China no tienen intención de marcharse, sí que están planteándose cada vez más la posibilidad de mover inversiones a otros mercados que parecen ser menos impredecibles.

El directivo también advierte del creciente debate sobre la diversificación ante el cierre de China: «Las empresas europeas ven una necesidad de hacer que sus cadenas de suministro sean más resistentes».

«Pese a todos los desafíos, China es experta en reaccionar y adaptarse a los movimientos tectónicos, y en convertir crisis en oportunidades», indica el informe, que asegura que «se han sentado las bases» para que lo haga, dadas las lúgubres perspectivas económicas para la mayor parte del mundo en lo que queda de este año y el que viene.

Para la Cámara, China vuelve a tener ahora una oportunidad para «utilizar sus herramientas contrastadas en los 90» y volver a centrarse en la tendencia de reforma y apertura que inició a finales de los 70 para reafirmarse como un mercado «fiable, predecible y eficiente». EFE

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