Viena, 5 oct (EFE).- La OPEP y otros díez productores de petróleo, entre ellos Rusia, decidirán probablemente hoy en Viena un recorte de su producción de crudo, en un contexto muy complejo en el que se mezclan la caída del precio, dudas sobre la evolución de la demanda, problemas de producción y las sanciones al petróleo ruso.
Tras más de dos años de reuniones virtuales debido a la pandemia, los 23 países de la alianza OPEP+ mantienen su primera reunión presencial a nivel ministerial, un gesto en el que se ve la determinación de mandar una clara señal de fortaleza a los mercados.
Aunque los ministros de Petróleo que fueron llegando ayer a Viena no quisieron adelantar qué ocurrirá, los analistas y medios especializados adelantan que el recorte de bombeo cuenta con un amplio respaldo.
Menos claro está cuán rotundo será, con especulaciones que van desde los 500.000 a los 2 millones de barriles diarios, una cifra esta que supone el 2 % del suministro global actual.
La discusión sobre el recorte del bombeo llega cuando los precios del crudo han bajado un 25 % respecto a sus niveles del pasado junio.
Además, persisten las dudas sobre cómo evolucionará la demanda, sobre todo en China, uno de los mayores consumidores de crudo, que impone restricciones y confinamientos en algunas ciudades debido a rebrotes de la covid-19.
Asimismo, la incertidumbre sigue marcando los pronósticos sobre cuánto crecerá la economía mundial y, por tanto, el consumo de crudo.
También hay problemas al otro lado de la cadena, en el suministro. La OPEP+ no es capaz de cumplir con sus actuales cuotas de bombeo y entre los 23 países del grupo, sólo Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos tienen capacidad para aumentar más la producción.
Johannes Rauball, de la agencia de análisis energético Kpler, estimó en declaraciones a Efe que la OPEP+ produjo en septiembre 4,1 millones de barriles menos de su objetivo para ese mes.
En el ámbito político, diversos analistas creen que la decisión del G7, que agrupa a los países más ricos, de imponer un tope al precio del crudo ruso, y los planes de la Unión Europea (UE) de hacer lo mismo, han tenido el efecto de fortalecer la alianza entre la OPEP y Rusia.
Los productores ven ese tope como un precedente peligroso de los países consumidores intentando controlar el precio.
De hecho, entre las decisiones que se tomen hoy podría incluirse la de prolongar más allá de fines de año la alianza entre la OPEP y esos diez países productores que se forjó en 2016.
Paralelamente, Estados Unidos sigue presionando a sus aliados de Oriente Medio dentro de la OPEP, Arabia Saudí, Kuwait y Arabia Saudí, para que no recorten la producción, una estrategia que comenzó cuando el presidente Joe Biden visitó Riad en julio.
Según la cadena CNN, el Gobierno estadounidense ha estado en contacto con funcionarios de esos países para pedirles que no rebajen los suministros de crudo, al considerar que un recorte provocaría una subida de los precios y un choque para la economía que podría perjudicarle de cara a las elecciones de noviembre, en las que se renueva parte del poder legislativo. EFE