El pinkwashing no ayuda a la lucha contra el cáncer de mamas

Crédito columna: Pamela Hickethier, consultora de marketing y publicidad.

Estamos a solo la primera semana de octubre y hay una explosión de color rosa en nuestros muros en las redes sociales y en las vidrieras de los shoppings. Si tan solo poner el lazo rosado en nuestros avatars hiciera la diferencia, sería una lucha ganada.

Y si la cantidad de marcas que tiñen su logo de rosado fuera directamente proporcional a su inversión en investigación de potenciales curas o acciones concretas para oportunidades de acceso a estudios de detección temprana, me ahorraría mis comentarios.  

Si ves una oportunidad para tu marca de asociarse con una causa noble, te quiero dejar unos puntos para que tengas en cuenta y que tu marca no caiga en el ruido por el simple hecho de querer hacer ruido.

Como leí hace poco en un artículo: “El problema con las marcas y las causas nobles es que no siempre tienen los mismos intereses”.

– Diseñá en conjunto con tu equipo una estrategia coherente con tu propósito de marca y que realmente beneficie a los y las principales protagonistas de esta causa.

– Analizá si estás promoviendo a nivel interno la causa los 365 días del año.

– Destiná tu inversión en ayudar a fundaciones que trabajen activamente por la causa.

– Preguntate si lo que vas a decir o hacer como marca, está sumando a la causa.

– Definí cuál es tu territorio como marca y desde dónde podés aportar valor real.

Y si todavía te quedaron dudas, te dejo las conversaciones más frecuentes de las que participé. Espero que te de mayor claridad sobre mi punto:

– Comentario frecuente N.º 1: “Pero, todas las marcas están haciendo algo ¿Y yo que hago? ¿Voy a ser el único en mi rubro que no está diciendo algo al respecto? ¡Van a pensar que no me importa!”

Si no tenés nada relevante para decir, o una estrategia coherente para acompañar, quedate callado/a. No necesitás subirte a cada ola. El arte de hablar sin decir realmente nada, es un talento que muchas marcas vienen perfeccionando en los últimos años y es una costumbre que, ojalá vayamos sacando de nuestro sistema -me incluyo- porque también fui víctima de querer unirme a la tendencia-.

– Comentario frecuente N.º 2: “Pero, en nuestra empresa le damos a todas nuestras colaboradoras los permisos para que se realicen sus estudios y controles anuales, ¡Claro que apoyamos la causa!”

¿Te referís a lo que tu empresa por ley está obligada a hacer? Bajo ese criterio, saquemos una gacetilla de prensa cada vez que pagamos el salario a nuestros colaboradores.

– Comentario frecuente N.º 3: “Pero, así ayudamos a generar mayor conciencia”.

¡Totalmente! A veces el simple hecho de visibilizar algo ya es un paso gigante, pero no tener acciones concretas que respalden el apoyo a la causa es sumarse a la habladuría y más nada. No dejes que tu marca caiga en el oportunismo.

Para ir cerrando, tené en cuenta que se gasta más dinero en las publicidades de las campañas de concientización, que en las donaciones en sí. Ninguna campaña de marketing debería justificar la incoherencia.

Ojalá que, este 19 de octubre podamos ver más campañas coherentes, comprometidas, reales y que sumen valor a la causa.

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