Los líderes UE encargan a Bruselas propuestas «claras» sobre gas en 15 días

Praga, 7 oct (EFE). – Los líderes de la UE han encargado este viernes a la Comisión Europea propuestas «claras y concretas», y no «vagas», para intervenir el mercado del gas y limitar su precio para abaratar las tarifas energéticas, que la institución presidida por Ursula von der Leyen presentará en un plazo de dos semanas.

Los Veintisiete han acercado posiciones sobre esta cuestión en un debate en su cumbre de Praga, que se prolongó durante unas tres horas, con el diagnóstico compartido sobre la necesidad de actuar urgentemente, pero también divididos sobre las medidas que serían más efectivas o menos perjudiciales.

«Las cosas se están moviendo», ha resumido a los medios el todavía primer ministro de Italia, Mario Draghi, quien ha precisado que los jefes de Estado y de Gobierno han pedido a Bruselas propuestas «claras y concretas», y no «palabras» o iniciativas «vagas», antes de la cumbre de Bruselas, que tendrá lugar el 20 y 21 de este mes.

La jefa del Ejecutivo comunitario ha confirmado que presentará «propuestas más detalladas», en línea con las ideas que ya trasladó a las capitales esta semana: negociar precios más bajos con proveedores «fiables», actuar sobre el mercado del gas en general o evitar que el precio de la electricidad se dispare por el uso del gas.

La Comisión, que recientemente sugirió ampliar la llamada excepción ibérica a todo el continente, considera que «desacoplar parcialmente» la influencia del gas en los precios de la electricidad «puede ser el primer paso para la reforma de mercado», una tarea «muy complicada» que Bruselas afrontará a inicios de 2023.

Von der Leyen, en cambio, ha sido menos explícita sobre cómo actuar para reducir el precio de las importaciones de gas en la UE.

Los socios comunitarios llegaban a la cita del Castillo de Praga para encontrar puntos en común sobre un asunto que ha dividido a las capitales durante las últimas semanas, con un grupo de quince países (con España dentro) partidario de limitar el precio de todas las importaciones de gas; y otro, liderado por Alemania y Países Bajos, reacio a llevar tan lejos la respuesta a la crisis energética.

Con la intención de tender puentes, Bélgica, Grecia, Italia y Polonia han propuesto una idea que va ganando apoyo entre los jefes de Estado y de Gobierno, según han informado a EFE fuentes diplomáticas.

Pasaría por establecer un tope flexible al precio de todo el gas, que variaría en función de varios índices, en parte para evitar que los barcos con gas natural licuado (GNL) con destino a Europa viren hacia Asia por ofrecer cotizaciones más elevadas.

«Se está forjando un consenso en el Consejo Europeo de que debe haber una respuesta comunitaria conjunta a la crisis energética», ha subrayado el primer ministro de Grecia, Kyriakos Mitsotakis, quien se ha declarado «optimista» de cara a la cumbre de dentro de dos semanas.

El belga, Alexander De Croo, ha reconocido «cierta impaciencia» por el hecho de que la UE no haya actuado antes sobre el gas, pero ha añadido que «eso ha cambiado claramente» y ahora «hay 24 países que han comprendido que es la única manera de avanzar».

En la cita de la capital checa se han colado también las dudas sobre el plan anunciado por Alemania para destinar hasta 200.000 millones de euros en medidas para abaratar la factura energética de su industria y hogares, que el canciller Olaf Scholz ha vuelto a defender.

El macropaquete es diana de muchas capitales por el peligro que supone para la integridad del mercado único europeo, puesto que solo aquellos países con capacidad fiscal para adoptar un estímulo de ese calibre favorecerán la competitividad de sus empresas en detrimento de los socios que cuentan con menos margen presupuestario.

El más crítico con esta medida ha sido el polaco Mateusz Morawiecki, que incluso ha instado a «detener el egoísmo alemán», pero Berlín también se ha encontrado con el apoyo de socios habituales dentro del bloque como Países Bajos o Austria.

El debate sobre el plan energético alemán también ha abierto la puerta a otra discusión, la posibilidad de crear otro fondo común europeo, alimentado con deuda conjunta, que corrija la desigualdad entre la potencia de fuego de las capitales para ayudar a su tejido industrial.

Este guante, lanzado en una carta conjunta al principio de la semana por los comisarios Paolo Gentiloni y Thierry Breton (aunque sin ser una propuesta oficial de Bruselas) fue recogido por países como Francia, Italia o Luxemburgo, mientras que otros como Suecia, Alemania o Países Bajos lo rechazaron. EFE

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