OCDE: La frustración del mundo en desarrollo con el multilateralismo va a más

París, 25 oct (EFE). – La frustración de los países en desarrollo hacia el sistema multilateral se está agravando porque la crisis del COVID-19 ha aumentado la brecha entre el Norte y el Sur, que además considera que es el que más está sufriendo los costes del cambio climático, del que solo es responsable de forma marginal.

Este es uno de los grandes retos de cara al futuro planteados este martes en una conferencia en París para conmemorar el 60 aniversario del Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El presidente de la junta de Gobierno del Centro de Desarrollo y embajador español ante la OCDE, Manuel Escudero, destacó la «frustración» manifestada desde los países en desarrollo hacia el sistema multilateral internacional, algo que se ha acentuado con la pandemia.

Escudero añadió que esa desconfianza hacia la eficacia del multilateralismo también tiene que ver con el hecho de que los países ricos no están contribuyendo a la atenuación del cambio climático como se esperaba.

Los organizadores de la conferencia destacan, en un documento preparatorio, que mientras las economías avanzadas habían prometido aumentar hasta 100.000 millones de dólares anuales para 2020 la financiación de medidas para hacer frente al cambio climático en los países del Sur, en realidad sólo se llegó a 83.000 millones en ese año.

El grueso de ese dinero llegó de la financiación pública (bilateral o multilateral), que aumentó un 80 % entre 2013 y 2020 hasta 68.300 millones de dólares.

La mayor parte de esa financiación ha ido destinada a la mitigación de los efectos del cambio climático, mientras que las medidas de adaptación se quedaron con cantidades menores (20.000 millones de dólares en 2019 y 29.000 millones en 2020).

Los donantes prefieren dedicar sus fondos a la mitigación porque eso les ofrece la posibilidad de medir el éxito de su ayuda y la rentabilidad de inversiones en forma de plantas de producción de energía solar o de vehículos eléctricos.

Los beneficios de los dispositivos de adaptación son más difíciles de evaluar y, además, los riesgos climáticos evolucionan y cambian.

Los países en desarrollo piden que al menos un 50 % de las partidas vayan a la adaptación y hay muchas críticas a que el dinero llegue en forma de créditos y no de donaciones, ya que eso aumenta la presión que sufren por unos niveles de deudas ya elevados.

Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia también están creando un aumento de la brecha entre el Norte y el Sur por la capacidad de unos y otros países para afrontarla.

De acuerdo con las estimaciones de la OCDE, los países de altos ingresos han podido desplegar planes de estímulo en respuesta al covid que son 700 veces superiores, en términos de renta per cápita, a los que han sido capaces de poner en marcha los países de bajos ingresos. EFE

Comentarios