Renault secciona su actividad de coches eléctricos, con la que espera crecer

París, 8 nov (EFE).- Renault ha separado su actividad de coches eléctricos en una entidad propia en la que pone lo esencial de sus esperanzas de crecimiento, separada de su negocio de vehículos térmicos en otra filial a partes iguales con la compañía china Geely.

Esa primera entidad de las tecnologías eléctricas, bautizada Ampere, «es la forma en que vamos a dar energía a la marca Renault», destacó este martes el consejero delegado, Luca de Meo, al presentar en París una actualización de su plan estratégico ‘Renaulution’.

Ampere está básicamente constituida por la plataforma de eléctricos que ha concentrado en sus plantas del norte de Francia con 10.000 empleados, 3.500 de ellos ingenieros, con una capacidad de producción inicial de 400.000 vehículos, pero sobre todo con la ambición de fabricar un millón de vehículos anuales en 2031.

De momento, su gama se limita a un solo modelo, el Mégane E-tech Electric, aunque se han definido otros tres para los que ya se han hecho el grueso de las inversiones (Renault 5 Electric, Renault 4 Electric y Scénic Electric) y a esos se sumarán dos más de aquí a 2030.

De Meo se esforzó en subrayar que «Ampere es una compañía autónoma, pero no está aislada», sino que está plenamente insertada en el ecosistema del grupo automovilístico francés y con un gran potencial en el contexto del fin de la comercialización de vehículos térmicos en Europa en 2035.

AMPERE DEBE CRECER A UN RITMO DEL 30% ANUAL

De hecho, Renault espera un crecimiento anual del 30% en el próximo decenio y un margen operativo de al menos el 10% en el horizonte de 2030 para esta filial, para la que prevé su salida a bolsa, como muy pronto en el segundo semestre de 2023, pero conservando la mayoría del capital.

Lo que no está claro por ahora es si sus socios de Nissan y Mitsubishi participarán en Ampere ni de qué manera, algo de lo que se negó a hablar el responsable ejecutivo de Renault, que remitió a los anuncios que se esperan de todas las partes «en las próximas semanas».

Anuncios que podrían incluir, además, una modificación de la estructura de la propia alianza en forma de reducción de la participación de Renault en Nissan (43,4%) o de incremento del capital que tiene el socio japonés en el francés (15%).

Junto al gran vector de crecimiento en que se quiere convertir Ampere, los otros negocios tradicionales de Renault se englobarán en un conglomerado al que llama Power, y que incluirá en primer lugar la nueva filial común con Geely, el proyecto Horse.

Ese proyecto, en el que cada socio tendrá inicialmente un 50% gracias a la aportación de activos propios, dispondrá de 17 fábricas, centros de I+D en España, Rumanía, Suecia, China y Sudamérica, y una plantilla total de 19.000 empleados.

Ahí se fabricarán cinco millones de coches anuales que deben generar desde el primer momento 15.000 millones de euros de facturación.

Geely, que desde 2010 es dueño de la sueca Volvo y que en 2017 se hizo con la mayoría del capital del fabricante británico Lotus, prosigue con esta operación su entrada progresiva en el mercado europeo.

INVERSORES DEL SECTOR DE LOS HIDROCARBUROS

El consejero delegado avanzó que hay negociaciones con otros socios potenciales. Aunque no dio nombres, después de que en las últimas semanas hubiera circulado el del gigante Aramco, la compañía estatal saudí de hidrocarburos, reconoció que «los actores del petróleo y del gas están muy interesados».

Renault espera que, pese a la transición obligada a los vehículos eléctricos en Europa, sus ventas de coches de combustión o híbridos en el mundo seguirán aumentando a un ritmo del 2% anual de media en el periodo 2022-2030.

Dacia, la marca de bajo coste del grupo, asumirá un papel protagonista de ese reto, con el objetivo además de incrementar un margen operativo que ya es ahora superior al 10%, pero que se confía en que suba hasta el 15% en 2030.

Otros complementos de la nueva estrategia es el impulso a su marca deportiva Alpine, que tiene vocación de alcanzar una dimensión global con modelos eléctricos de gama alta; la división de servicios de movilidad Mobilize y la empresa de reciclaje The Future is NEUTRAL.

De Meo insistió en que esta reconfiguración del grupo Renault «no es un ejercicio de reducción de efectivos» ni «una reestructuración», sino que «por el contrario, se podrían crear empleos con alto valor añadido». EFE

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