América Latina tiene la oportunidad de recuperar terreno en 2023

Enrique Rubio

Londres, 13 dic (EFE). – América Latina contará en 2023 con la oportunidad de comenzar a recuperar parte del terreno perdido en las últimas décadas como destino de inversión extranjera y como un actor global de peso, según el informe anual de perspectivas elaborado por Canning House.

El contexto geopolítico, con Occidente sumido en la pugna por la primacía con China y con la invasión rusa de Ucrania, supone «una gran oportunidad» para una región que ha perdido influencia y poder económico en las últimas décadas, según el análisis de este foro de encuentro entre el Reino Unido y Latinoamérica con sede en Londres.

La transición energética y una larga historia de valores compartidos hacen que haya un argumento muy convincente en favor de una mayor implicación de Estados Unidos y Europa en la región, donde China ya se ha convertido en la potencia dominante, se destaca en el informe.

«Hay señales de que esto está siendo reconocido por cada vez más políticos y expertos en Washington, Bruselas y Londres. Queda por ver si la nueva generación de líderes izquierdistas de la región aprovechará las oportunidades de una mayor implicación», subraya uno de los autores del documento, el editor de Latinoamérica del «Financial Times», Michael Stott.

En cualquier caso, el estudio recuerda que Estados Unidos y Europa llegan ya muy tarde. «China se ha adelantado a Occidente para garantizarse metales fundamentales para la transición energética como el litio o el cobre y comprando una gran parte de las exportaciones alimentarias de la región», subraya.

El 58 % de las reservas identificadas en el mundo de litio -metal fundamental para las baterías- se halla en América Latina, así como el 41 % del cobre, el 24 % del níquel o el 39 % de la plata.

«Una posible razón para el optimismo es la presión sobre las cadenas de suministros globales y la necesidad de EE.UU. de crear cadenas más locales», se señala en el informe.

«El creciente impulso político en EE.UU. para que las empresas relocalicen las cadenas de suministro más cerca de su mercado, así como los elevados costes de transporte desde Asia y el mayor riesgo de turbulencias geopolíticas, están animando a las compañías a relocalizar su producción en México, Centroamérica e incluso Sudamérica», se agrega.

Pese a ello, no pasa por alto la complicada situación macroeconómica, que hace que haya «poco espacio fiscal para los programas de alivio», lo que «beneficiará a los actores de fuera del ‘establishment’ político».

REGIÓN ATRACTIVA

En la presentación del estudio, en la que participaron numerosos miembros de la comunidad diplomática en Londres, Stott pronosticó que «América Latina se va a convertir en mucho más atractiva para las inversiones en la próxima década que en las dos anteriores».

La prueba de ello es que el continente ha logrado superar la pandemia de la covid-19, que le azotó especialmente, con unas instituciones sólidas y una democracia consolidada, que, pese a todo, se ve amenazada por los populismos.

Para Stott, en medio de la turbulencia política como la que afecta a Perú y de líderes radicales, los países latinoamericanos han conseguido levantar bancos centrales independientes e instituciones capaces de resistir los ataques.

«La democracia electoral sigue siendo fuerte, pero hay una desconfianza creciente en las instituciones. Hay una frustración creciente con la calidad de la democracia», alertó Alejandra Soto, directora asociada de la consultora Control Risks en el mismo acto.

Aunque también auguró que la tendencia a relocalizar las cadenas de suministros impulsará la inversión directa en la región, Soto consideró que «la resistencia de la democracia será puesta a prueba» a lo largo del año que viene, y que «la única forma de sortearlo será a través de las reformas», que ve más factibles en Brasil y Colombia.

Según los datos del Ministerio de Comercio Internacional presentados en la conferencia, los intercambios comerciales entre el Reino Unido y América Latina el año pasado alcanzaron los 22.000 millones de libras (27.000 millones de dólares), con Brasil, México y Perú como principales socios. EFE

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