Argentina duplica su inflación en un año al escalar un 94,8% en 2022

Buenos Aires, 12 ene (EFE). – La inflación en Argentina casi se duplicó en 2022 al cerrar con un 94,8% interanual, según difundió este jueves el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina (INDEC), trepando a una cifra inédita desde la salida de la última hiperinflación del país suramericano, hace 30 años.

La inflación acumulada a diciembre de 2022 tuvo como base el alto nivel de 2021, de 50,9%, y se aceleró de forma notable -en noviembre último fue de 85,3%- por el impacto de la guerra en Ucrania en los precios de los alimentos y energía sobre un deterioro macroeconómico interno y una incertidumbre política provocados por cambios en el Ministerio de Economía a mitad de año, según coinciden analistas privados.

En términos mensuales, la inflación de diciembre de 2022 avanzó a 5,1%, respecto del 4,9% registrado en noviembre último, discontinuando el camino descendente en relación al pico mensual del año, de 7,4% alcanzado en julio pasado, y el 6,7% de marzo del año pasado, debido al impacto de esos ‘shocks’ internos y externos.

Tanto los bienes como los servicios tuvieron el mes pasado una variación positiva del 5,1% en comparación con noviembre, unos datos que ascienden al 97,9% y al 86,8%, respectivamente, en la comparación interanual.

Los sectores que subieron en diciembre por encima del promedio fueron «Restaurantes y hoteles» (7,2%), seguido por «Bebidas alcohólicas y tabaco» (7,1%), a su vez que los incrementos del servicio doméstico impactaron en «Equipamiento y mantenimiento del hogar» (5,9%); de los combustibles, en «Transporte» (5,8%), y la medicina privada, en «Salud» (5,7%).

En tanto, la suba de «Alimentos y bebidas no alcohólicas» (4,7%) fue la que más incidió en la mayoría de las regiones, destacó el INDEC, un rubro que sufrió un incremento interanual del 95%.

ESTRUCTURALMENTE ALTA

Otro factor que, según los analistas, fue clave para la aceleración de la inflación en 2022 es el límite que le puso el mercado a la financiación del sector público, que forzó al Banco Central a actuar como prestamista de última instancia.

«Hay baja demanda de pesos, la moneda local. Nuestra moneda no es refugio de valor. Y cualquier exceso monetario que se genera por la necesidad de emitir para el fisco o para comprar dólares fácilmente se convierte en presiones inflacionarias que se suman a otros factores que causan la inflación», explicó a EFE la responsable del Equipo Económico de Abeceb, Elisabet Bacigalupo.

La inflación de Argentina es estructuralmente alta y se despega de la suba global actual: «Esa historia recurrente de malas políticas macroeconómicas genera, en definitiva, una fuerte desconfianza en el valor de la moneda», indicó Bacigalupo.

ALTAS EXPECTATIVAS

La proyección del Gobierno de Alberto Fernández en el Presupuesto de 2023 es el de una inflación del 60 %; en tanto, el ministro de Economía, Sergio Massa, declaró el fin de semana último que «el objetivo es poner el 3 (por ciento mensual) adelante en abril (próximo)».

Pero el último relevamiento hecho por el Banco Central entre los analistas privados señaló que Argentina cerrará 2023 con una inflación del 98,4 %, en tanto las expectativas para la inflación mensual en abril próximo son del 6%.

Los expertos destacan que 2023 empezó con un piso elevado de suba de precios y no prevén un programa de estabilización que ordene la política fiscal y monetaria para contener las expectativas de inflación del mercado.

«La inercia es la gran enemiga» de un proceso de mayor contracción del gasto público y menor asistencia del Banco Central al Tesoro que intenta llevar adelante el equipo económico, según indicó el jefe de Research de la consultora Ecolatina, Santiago Manoukian, porque seguirá siendo alentada «con ajustes en función de la inflación pasada» por parte de empresas, individuos y sindicatos para protegerse de la inflación crónica, lo que «no hace más que consolidar esta dinámica».

Manoukian agregó que «no han tendido a desaparecer del todo las expectativas de devaluación» y «la incertidumbre propia del año electoral» en 2023, porque se llevarán a cabo las elecciones presidenciales, para coordinar las expectativas de inflación a la baja de los argentinos. EFE

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