Shanghái (China), 3 feb (EFE). – La economía china crecerá un 5,2 % en 2023 tras el final «antes de lo esperado» de la política nacional de ‘cero covid’ pero aún hay un «alto nivel de incertidumbre» por la evolución del coronavirus o problemas ya existentes como la crisis inmobiliaria, indicó hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su evaluación anual sobre el estado y las perspectivas de la economía china, la institución explicó que el citado repunte -según los datos oficiales, el PIB nacional creció un 3 % en 2022- vendrá también dado por la recuperación del consumo privado.
Sin embargo, debido a los «significativos riesgos a la baja» y a una brecha de producción todavía negativa, el FMI recomendó a las autoridades chinas que eviten un «endurecimiento prematuro» de las políticas macroeconómicas.
El subdirector del Departamento de Asia-Pacífico del organismo, Thomas Helbling, también conminó a Pekín a «volver a acelerar» planes clave de reforma para dar un nuevo impulso a las perspectivas futuras de crecimiento de la economía china, afectadas por las tendencias demográficas -en 2022, la población del país se redujo por primera vez en más de 60 años- y la ralentización del aumento de la productividad.
Entre los riesgos citados por el FMI para el presente ejercicio figuran «posibles disrupciones económicas» derivadas de las distintas oleadas de contagios de la covid y un frenazo «más fuerte de lo esperado» en el sector inmobiliario.
Asimismo, la institución advirtió de que la reapertura nacional tras casi tres años de aislamiento y restricciones podría provocar presiones inflacionistas más intensas de lo anticipado.
Para garantizar la recuperación económica en 2023, el Fondo recomendó una postura fiscal «neutra» en la que el gasto se incline más hacia los hogares y una política monetaria que ofrezca un «acomodo adicional», debido a que la actividad todavía presenta una «atonía significativa» y a que las presiones inflacionarias permanecen «débiles».
MÁS REFORMAS
El informe también ofrece medidas concretas que, en opinión del organismo, podrían ayudar a China a atajar problemas como los del sector inmobiliario, sumido en graves apuros desde 2020, cuando Pekín anunció medidas para frenar las agresivas políticas de apalancamiento que habían servido a las promotoras para crecer con fuerza durante años a costa de acumular altísimos niveles de deuda.
En este sentido, el FMI alaba las medidas de apoyo al sector que Pekín ha anunciado en las últimas semanas, pero va más allá y pide «acciones adicionales para acabar con la crisis inmobiliaria», entre las que destaca una mayor financiación para terminar de construir proyectos con problemas y la promoción de una «reestructuración basada en el mercado».
«Esto también ayudaría a restablecer la confianza de los compradores de viviendas y a contener los riesgos para la estabilidad financiera», apuntó Helbling.
El FMI instó de nuevo a Pekín a profundizar en la reforma de su sistema para abrir todavía más sus mercados o garantizar la neutralidad en la competencia entre las compañías de titularidad pública y las privadas, con el objetivo de apuntalar el crecimiento de la productividad ante la decreciente disponibilidad de la mano de obra.
Acerca de la situación internacional, la institución llamó a China a «desempeñar un papel importante» en la resolución de las tensiones geoeconómicas, en el alivio de las presiones de deuda sobre países en apuros financieros, en el refuerzo de la apertura y la transparencia del comercio global y en la lucha contra el cambio climático.
La previsión de crecimiento reflejada originalmente en el informe -redactado a mediados de diciembre- era del 4,2 %, pero esta misma semana el FMI la elevó al 5,2 % por el rápido desmantelamiento del ‘cero covid’, aunque también pronosticó una caída hasta el 4,5 % en 2024 y una tendencia hacia marcas por debajo del 4 % a lo largo del próximo lustro. EFE