David Malpass, el jefe del BM perseguido por las dudas sobre su postura climática

Washington, 15 feb (EFE). – El presidente del Banco Mundial (BM), el estadounidense David Malpass, que anunció este miércoles que deja el cargo en junio, se marcha del organismo que había criticado ferozmente antes de llegar a él, después de protagonizar el año pasado una polémica sobre sus posturas respecto a la crisis climática.

Propuesto en su día por el expresidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021), Malpass se va de la institución tras haber llegado a ella en abril de 2019 con una amplia experiencia previa en Washington y Wall Street.

Deja el liderazgo del BM en un momento en que el banco ha apostado claramente por la lucha contra el cambio climático, que en su página web define junto a la pobreza y la desigualdad como los «problemas definitorios» de la era actual.

De hecho, el banco se vanagloria de ser el mayor financiador multilateral de inversiones climáticas en países de desarrollo.

Pese a esta declaración de intenciones del BM, Malpass protagonizó en septiembre una controversia después de que evitara en varias ocasiones responder si reconocía el consenso científico de que los humanos que quemaban combustibles fósiles estaban «calentando el planeta rápida y peligrosamente» durante un panel de discusión.

«Ni siquiera lo sé, no soy científico y esa no es una pregunta», señaló en un encuentro celebrado por The New York Times en la Semana del Clima en Nueva York, una respuesta que llevó a algunos activistas climáticos a solicitar su renuncia.

Malpass reconoció posteriormente que sus palabras fueron desafortunadas y que cuando le preguntaron si era negacionista del cambio climático debería haber dicho claramente que «no».

Aun así, Malpass siguió siendo cuestionado sobre sus posturas climáticas durante la conferencia de la ONU sobre la crisis climática, COP27, celebrada en noviembre pasado en Sharm el Sheij (Egipto.)

El estadounidense llegó a esa cumbre con la misión de demostrar que tanto él como su institución estaban completamente comprometidos con los esfuerzos para poner freno al calentamiento global y ayudar a las naciones menos desarrolladas afectadas por la crisis climática.

«Abordamos la crisis climática con acción e impacto», dijo Malpass en la COP27 ante los ministros de finanzas del mundo, al tiempo que destacó que el BM tenía intención de aumentar el número y el tamaño de los proyectos para reducir el efecto invernadero.

Sin embargo, poco después de su discurso, el líder del BM tuvo que responder a cuestiones de un periodista del diario británico The Guardian, que le preguntó varias veces «¿es usted un negacionista del cambio climático?», a lo que Malpass contestó: «Usted sabe que no lo soy».

Más allá de cuestiones climáticas, Malpass ha estado acompañado por la polémica desde antes de llegar a la presidencia del BM por sus críticas contra esa institución, ya que en el pasado había afirmado que los únicos que se benefician de los créditos del banco son quienes vuelan en primera clase «para dar consejos a los Gobiernos».

Esas declaraciones las hizo en su testimonio de confirmación ante el Congreso de EE.UU. en 2017 como subsecretario del Tesoro para Asuntos Internacionales, donde tuvo que responder a preguntas sobre el BM y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Gastan mucho dinero, no son muy eficientes, a menudo son corruptos en sus prácticas de préstamos y no hacen llegar los beneficios a la gente en los países», afirmó en aquel entonces.

Como subsecretario del Tesoro, la suya fue una de las primeras designaciones por parte de Trump al poco de llegar a la Casa Blanca y formó parte del consejo de asesores económicos de la campaña electoral del magnate neoyorquino.

En su etapa en el Tesoro, Malpass dio ciertas muestras de compromiso, al ser uno de los responsables de que Washington aprobase una ampliación de capital de 13.000 millones de dólares para el BM, algo a lo que se había opuesto en un principio Trump.

Bajo las Presidencias de los republicanos Ronald Reagan y George H.W. Bush, a finales de 1980 y principios de 1990, ocupó cargos de responsabilidad en el Tesoro y el Departamento de Estado.

Posteriormente, dio el salto a Wall Street donde trabajó como economista jefe entre 1993 y 2008 en el banco de inversión Bear Stearns, cuando sus pronósticos eran de los más influyentes.

Malpass es recordado también por haber escrito un artículo en el Wall Street Journal en verano de 2007 titulado «No haya pánico sobre el mercado de crédito», pocos meses antes de que Bear Stearns colapsase en marzo de 2008 y fuese rescatada por la Reserva Federal, en un preludio del estallido de la crisis financiera alimentada por la burbuja de activos basados en hipotecas tóxicas de finales de ese año.

Con su marcha del BM, se abre ahora una oportunidad para la Administración del presidente Joe Biden de nombrar a alguien más cercano a sus propias posturas, comprometidas, entre otros, con la lucha contra la crisis climática.

El BM fue instaurado en 1944, junto con su institución hermana, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el marco de los acuerdos de Bretton Woods. La tradición establece que es Estados Unidos quien nombre al presidente del BM mientras que Europa escoge al del Fondo. EFE

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