Repunte de importaciones de gas por parte de China puede impedir a la Unión Europea garantizar suministro

Fráncfort (Alemania), 16 feb (EFE). – «Un repunte de las importaciones de gas natural licuado por parte de China podría limitar la capacidad de la Unión Europea (UE) para garantizar el suministro de gas durante 2023», advierten los economistas del Banco Central Europeo (BCE).

En un artículo del boletín económico, publicado este jueves, los economistas del BCE analizan los riesgos mundiales para el mercado de gas natural de la UE.

En 2022 fue posible aumentar las importaciones de gas de la UE, en parte porque se pagaron precios más altos por este combustible, pero también porque la demanda china registró una caída significativa y fue 22 bcm (miles de millones de metros cúbicos) más baja que en 2021.

La UE pudo importar mucho más gas natural licuado que el año anterior tras el descenso del consumo en otros países y el aumento de la exportación, sobre todo en EEUU.

La caída de las importaciones de gas de China en 2022 interrumpió una década de incrementos de la demanda de gas por parte de este país.

En parte porque China optó «por generar más energía en centrales de carbón» debido a la preocupación por la seguridad energética y sobre todo por la reducción del consumo de gas en el sector industrial, que se vio muy perjudicado por los confinamientos durante 2022.

«China abandonó su política de COVID cero al final de 2022 y, como consecuencia, el aumento de la actividad económica impulsará probablemente el repunte de la demanda de gas natural licuado , lo que añadiría presiones significativas sobre el mercado internacional de este combustible», prevén los economistas del BCE.

También consideran que «es improbable que se registre un sustancial incremento en la capacidad exportadora de gas natural licuado hasta 2025».

Esto podría limitar la capacidad de la UE para atraer importaciones de gas, según el BCE, «sobre todo porque China tiene derecho a decidir si compra un volumen acordado previamente de gas natural licuado que representa una proporción sustancial de los cargamentos mundiales de este combustible».

En 2023 China incrementó su volumen de importaciones de gas acordado previamente hasta los 100 bcm, que equivale al 19% de las importaciones mundiales de este combustible.

Los economistas del BCE calculan en dos escenarios hipotéticos para 2023 los riesgos que plantea un repunte de la demanda energética china y una paralización total de las exportaciones de gas ruso a la UE.

El mercado de gas natural de la UE estaría equilibrado en el escenario favorable en el que los flujos de gas ruso a la UE se mantienen en los niveles actuales y la UE se asegurará para sí la mayor parte de la expansión de la capacidad mundial de gas.

Pero el déficit de gas podría representar alrededor del 9 % del consumo de gas anual de la UE en el escenario adverso, que contempla que Rusia no enviará gas por gasoducto a la UE y que la demanda china de energía repuntará, lo que limitaría la capacidad de la UE de asegurarse importaciones de gas adicionales.

«Este déficit podría reducirse hasta el 4% si la demanda china de gas natural licuado permanece sin cambios en los niveles de 2022, o hasta el 2 % si solo se materializan los riesgos para las exportaciones de gas ruso», calculan los economistas del BCE.

Por ello la seguridad de suministro de gas en la UE en 2023 es vulnerable a disrupciones adicionales en el abastecimiento de este combustible o a cambios en la demanda.

«Aunque la UE ha reducido notablemente su dependencia de gas ruso, se ha vuelto mucho más sensible a las fluctuaciones de la demanda de energía por parte del resto del mundo, en particular de China», añade el informe.

Que la UE pueda garantizar un abastecimiento de gas suficiente en 2023 también dependerá de las condiciones meteorológicas y de la disminución de las existencias de gas en lo que queda del invierno de 2022-2023.

En este invierno, la UE ha ahorrado más gas que el contemplado en el plan de ahorro de gas debido a las temperaturas más cálidas que en otros años.

Como resultado, los niveles de gas almacenado se han mantenido altos, pero si las temperaturas caen drásticamente o si se produce una ola de frío prolongada en los próximos meses, las existencias de gas podrían agotarse con mayor rapidez y dejaría a los mercados de gas de la UE en una situación más vulnerable.

Si suben las temperaturas en los meses de verano, aumentará la demanda de gas para generar electricidad para el aire acondicionado, según el BCE. EFE

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