Lula da Silva: “Estoy seguro de que alcanzaremos un tratado que tendrá muy en cuenta la realidad de los dos países”

En la foto: Lula da Silva, presidente de Brasil y Mario Abdo Benítez, presidente de Paraguay

Foz de Iguazú (Brasil), 16 mar (EFE). – El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este jueves que Brasil será respetuoso con Paraguay en las negociaciones que iniciará este año para redefinir algunas de las cláusulas del tratado por el que los dos países construyeron hace 50 años la hidroeléctrica de Itaipú.

«Estoy seguro de que alcanzaremos un tratado que tendrá muy en cuenta la realidad de los dos países y muy en cuenta el respeto que Brasil tiene que tener por un aliado, nuestro querido Paraguay», afirmó el jefe de Estado en la ceremonia de posesión del nuevo director brasileño de Itaipú, el diputado Enio Verri.

El compromiso fue asumido en un discurso en la sede de la hidroeléctrica binacional en que se dirigió al presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, invitado a la ceremonia, y ante los ministros de Relaciones Exteriores de ambos países.

«Por parte de Brasil estamos más maduros, más conscientes, y haremos un nuevo tratado más benéfico para la manutención del desarrollo de Brasil y de Paraguay, y para la manutención de la buena convivencia entre los dos países», aseguró.

El líder progresista insistió en que Brasil tiene que tener en cuenta en las negociaciones los derechos de Paraguay y, «como hermano mayor», hacer con que la economía de los países vecinos crezca junto con la brasileña.

«Tengo noción de que no es posible que no tengamos en cuenta los derechos (paraguayos)», dijo al recordar que en sus primeros mandatos fue criticado por haber hecho concesiones para que Itaipú construyera una nueva línea de transmisión eléctrica hasta Asunción y le ofreciera otros beneficios a su socio.

«BRASIL TIENE QUE COMPARTIR SU CRECIMIENTO»

«Un país del tamaño de Brasil, con frontera con casi todos los países de Suramérica, tiene que compartir su crecimiento económico con el de sus socios. No es posible imaginar a un país rico cercado por países pobres por todos los lados», afirmó.

«Como hermano mayor, Brasil tiene la responsabilidad de hacer con que los otros países crezcan junto con nosotros para vivir en un continente de paz y de tranquilidad, y nunca más repetir un gesto ignorante de una guerra entre hermanos, entre naciones, como ya ocurrió entre Brasil y Paraguay», agregó al recordar la guerra de la Triple Alianza (Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay).

NEGOCIACIONES TRAS EL PAGO DE LA DEUDA

Lula mencionó las negociaciones en momentos en que, tras cumplirse 50 años de la firma del Tratado de Itaipú, que permitió la construcción de la represa y de la central hidroléctrica binacional, ambos países terminaron de pagar este mes la millonaria deuda por las obras y se preparan para renegociar el acuerdo.

Los dos presidentes tuvieron una reunión tras la ceremonia de posesión del director brasileño de Itaipú en la que tenían previsto abordar asuntos de la agenda bilateral, con la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú como telón de fondo.

El Anexo C del tratado fundacional de Itaipú prevé que Brasil y Paraguay tienen derecho al 50 % de la energía generada, pero establece que, si una de las partes no utiliza toda su cuota, tiene que venderle el excedente al otro socio a precios preferenciales.

Paraguay reivindica desde años una modificación de este anexo debido a que alega que le vende a Brasil su excedente de energía a un precio muy inferior al del mercado y que podría exportarlo a otros países a valores más competitivos.

Lula destacó la importancia política de Itaipú para los dos países y admitió que actualmente no sería posible construirla debido a las restricciones ambientales y porque en la época no se tenía conciencia de los efectos de la obra en los cambios climáticos.

«El Tratado entre los dos países es un acuerdo civilizatorio. Probamos que es posible hacer acuerdos binacionales y definir reglas que beneficien a los dos países», dijo.

Lula afirmó que regresó a la Presidencia para mejorar la política externa de Brasil, para que el país pueda compartir su crecimiento como forma de garantizar la paz, y para fortalecer el Mercosur «porque está probado que juntos tenemos fuerza para negociar». EFE

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