El Banco Central de Brasil ignora presiones de Lula da Silva y mantiene elevados las tasas de interés

Brasilia, 22 mar (EFE).- El Banco Central de Brasil decidió este miércoles mantener, por quinta vez consecutiva, los tipos básicos de interés del país en el 13,75% anual, su mayor nivel desde 2016, pese a las insistentes presiones del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para que reduzca el costo del dinero.

El emisor justificó su cuestionada decisión en la inflación aún elevada en el país y en el temor de que la situación se agrave por la negativa coyuntura económica mundial.

«Desde la reunión anterior del Comité de Política Monetaria (del Banco Central), el ambiente externo se deterioró. Los episodios involucrando bancos en Estados Unidos y en Europa elevaron la incertidumbre y la volatilidad de los mercados y tienen que ser monitoreados», alegó el organismo emisor en un comunicado.

La nota agrega que «los datos recientes de actividad económica e inflación global se mantienen resilientes y la política monetaria en las economías centrales sigue avanzando en una trayectoria contraccionista».

De acuerdo con el Banco Central, los indicadores brasileños muestran que la economía continúa una esperada desaceleración pero que la inflación, pese a que viene bajando, aún no está bajo control y amenaza con superar la meta fijada para este año.

Brasil registró en 2022 una inflación del 5,79%, una tasa inferior a la de 2021 (10,06%), pero por encima del techo de la meta que el Banco Central se impuso para el año (5,0%).

La mayor economía latinoamericana llegó a registrar un pico de inflación del 12,13% en abril del año pasado, pero los precios se fueron desacelerando gracias al encarecimiento del costo del dinero y a la decisión del Gobierno de subsidiar los combustibles.

Los economistas prevén que Brasil terminará 2023 con una inflación del 5,95%, con lo que volverá a superar el techo de la meta impuesta por el Banco Central para este año (4,75%).

La decisión del emisor estuvo acorde con las expectativas de los economistas, que prevén que el Banco Central solo comenzará a bajar los tipos en el segundo semestre, con lo que la tasa puede llegar al final del año a un 12,5 % anual.

Pero contrarió las expectativas del Gobierno de Lula, que desde que asumió, en enero de 2023, viene presionando para que el Banco Central reduzca las tasas de interés en Brasil ante el argumento de que el actual nivel impide que la economía crezca.

El martes, en vísperas de la decisión del Banco Central, el líder progresista afirmó en una entrevista a la televisión que seguirá «atizando» al emisor mientras continúe con esa política monetaria restrictiva.

Su ministro de la Presidencia, Rui Costa, fue más enfático y este miércoles acusó a los dirigentes del Banco Central de hacerle un «deservicio a la nación brasileña».

El ministro, brazo derecho de Lula, dijo que «no encuentra explicación a esa posición irreductible» de mantener «una tasa de interés tan exorbitante» pese a que la inflación, que llegó a estar por encima del 10 % interanual, ya está por debajo del 6 %.

El temor del Gobierno es que el elevado costo del dinero agrave aún más la desaceleración que sufre la economía brasileña.

El producto interior bruto (PIB) de la mayor economía latinoamericana saltó un 5 % en 2021, su mayor expansión en varios años, pero en 2022 el crecimiento se limitó a un 2,9 % y las proyecciones de los economistas es que este año se ubique por debajo del 0,9 %. EFE

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