Antony Silva: «Paraguay va a pelear un lugar en el Mundial del 2026»

Puebla (México), 22 abr (EFE). – Con la autoridad que le da haber sido líder de su selección, el guardameta paraguayo Antony Silva cree que su país tiene una generación de jugadores con el talento suficiente para regresar a los Mundiales de fútbol.

«Paraguay va a pelear un lugar en el Mundial del 2026, el equipo ha tenido un avance y llegará a la eliminatoria con jugadores de experiencia», aseguró este sábado en entrevista a Efe el guardameta del Puebla del fútbol mexicano.

Es uno de los mejores porteros de su país en la última década, al que le sobran historias para en el futuro contarles a sus nietos, pero a los 39 años se aferra al presente, con la meta en mantenerse como uno de los mejores extranjeros de la liga de México y como un fijo en su selección.

«En los últimos años los paraguayos estuvimos rozando y por detalles no entramos; las eliminatorias de Conmebol son duras, pero estamos optimistas», aseveró.

En febrero del próximo año Silva cumplirá 40 años; el dato no lo asusta porque se ha cuidado y aún da órdenes que su cuerpo cumple.

«Vale mucho la experiencia; todo te hace crecer, te hace fuerte, en una posición que no está hecha para cualquiera», dice.

Nacido en Asunción, ha recorrido mundo. Además de vestir la camiseta de varios equipos de su país, ha jugado en el Talleres y el Huracán, de Argentina; el Marilia brasileño y el Deportes Tolima y el Independiente de Medellín colombianos.

Ya no tiene la energía sísmica de los 22 años, pero adquirió herramientas para recuperarse mejor de las derrotas.

«Con la edad te repones más rápido, sales más rápido de las dificultades; aumentas las condiciones para solucionar los momentos difíciles», confiesa.

Acepta que la portería es una posición en la que uno se va haciendo en el camino porque para ser arquero, lo principal es ser fuerte de mente por tratarse de una posición ingrata.

En marzo del 2017, en la eliminatoria mundialista de Conmebol, Antony le detuvo un penalti al portentoso Neymar; en el 2015 y el 2021 brilló con su selección en la Copa América y a nivel de clubes ha mantenido una estabilidad en su rendimiento.

Llegó a Puebla a sustituir al uruguayo Nicolás Vikonis y, además de mostrar en el equipo de la franja que su flexibilidad, sus reflejos y su velocidad se mantienen casi intactos, se adaptó pronto a la ciudad, donde la gente le profesa cariño.

«Mi familia y yo estamos contentos en Puebla, nos adecuamos a la vida de acá y la gente nos trata de maravilla. Estoy agradecido con la gente del fútbol y con la de fuera; la gastronomía es espectacular, me encanta el mole, aunque es un poco pesado, y las semitas (pan típico del estado, hecho a base de harina de trigo, leche, huevo, mantequilla y otros ingredientes)».

Acepta que ser guardameta es aceptar un pacto con la soledad, algo común en todos los defensores de la portería «Somos así, tenemos un carácter distinto al jugador de campo; un portero tiene diferentes pensamientos. Tiene que ver la forma y cómo se forja la persona en el proceso de crecimiento». señala.

Inspirado por su compatriota José Luis Chilavert, uno de los grandes de la posición en el mundo en el siglo pasado, Silva posee un talento, sin embargo, insiste más en el trabajo, algo que pone en práctica en el Puebla, que el próximo viernes intentará clasificarse al repechaje del torneo Clausura.

«El equipo ha venido peleando en instancias importantes, aunque hoy nos vemos en una situación no acostumbrada. La plantilla es distinta, los números no son los mismos, pero a veces los números son fríos», asegura.

Es un hombre centrado, pese a no ser inmune a los golpes que los porteros reciben varias veces en su carrera. Cuando llegan, se aisla con la familia y amigos bien escogidos.

«El futbolista debe ser selecto en sus amistades porque es tóxico el entorno del fútbol; a veces vivimos en una burbuja», confiesa. EFE

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