Candidatos indígenas buscan ser voz de sus comunidades en el Congreso paraguayo

Asunción, 26 abr (EFE). – Con menos del 1% de los 9.095 candidatos inscritos para las elecciones generales, un puñado de hombres y mujeres pertenecientes a comunidades nativas busca ocupar por primera vez un puesto en el Congreso de Paraguay, con el apoyo de organizaciones políticas independientes y de oposición.

En Paraguay, según el censo de 2012, existen 117.150 indígenas distribuidos en 19 pueblos que habitan en 13 de los 17 departamentos del país y en Asunción, la capital.

Estas comunidades están divididas en cinco familias lingüísticas: tupí guaraní -la más numerosa-, enxet-maskoy, mataguayo, zamuco y guaicurú.

A continuación, tres candidatos que esperan representar a estas minorías:

ANA ROMERO, UNA INTERNACIONALISTA CON RAÍCES GUARANÍES

Con ya más de una década dedicada al trabajo desde la sociedad civil, Ana Romero, presidenta de la Unión Juvenil Indígena del Paraguay, se echó a la espalda la que describe como «mochila pesada» de ser candidata mujer y, además, indígena por un puesto en la Cámara de Diputados.

«Queremos aportar desde nuestra visión, desde nuestra lucha, desde nuestra trayectoria», describe a EFE la candidata Romero, quien aspira a ser la voz indígena en el Congreso, donde se tratan muchos asuntos que afectan a los pueblos nativos, campesinos y afroamericanos, entre otros.

Romero, de 33 años y cuya lengua materna es el guaraní, asegura que de ser elegida por la Alianza Encuentro Nacional, se ocupará de encontrar soluciones, no solo para los indígenas, sino para la sociedad en general.

«Estamos cansados de lo mismo, estamos cansados de tener que lidiar con este sistema tan corrupto y tan impune, y no hacer nada», se queja esta joven graduada de una escuela marista que cursó estudios como técnica de enfermería y criminalista antes de convertirse en internacionalista.

Es la quinta de seis hermanos y salió de su localidad natal de Mariscal Estigarribia, departamento Boquerón, siendo víctima del maltrato de su padre y por la falta de oportunidades para estudiar en la universidad.

Rememora que sus primeros pasos en el trabajo social los dio con la Mesa de Articulación Indígena del Paraguay (MAIPy), después de descubrir que la institución militar no era lo suyo.

«No podía callar tanta injusticia», replica cuando rememora la estricta disciplina castrense.

De llegar al Parlamento, Romero anticipa que se concentrará en asegurar la tenencia de la tierra, especialmente para los sectores más vulnerables; la recuperación de las tierras mal habidas, y la política ambiental, entre otros ámbitos.

DEL CHACO AL CONGRESO

Con 64 años y maneras afables, Rofino González es uno de los aspirantes a la Cámara Baja por el Partido Socialista Democrático Herederos. Trabajador de una estancia donde ha realizado labores que van desde la veterinaria hasta el manejo de maquinaria agrícola, González se presenta como un orgulloso abuelo de siete nietos y un hombre casado desde hace casi medio siglo.

«Ahora eso cambió», declara a EFE este hombre, que comenta que desde siempre los indígenas han trabajado en el campo, pero que ahora él encabeza una lista de candidatos a diputados por el departamento de Boquerón.

Procedente de la comunidad Xalve Shanga, en la localidad de Loma Plata, González narra que a sus espaldas acumula «muchos años de sufrimiento en el Chaco» paraguayo

Pero esta vez, agrega, están haciendo historia con un partido que postula para la Presidencia a la médica Rosa María Bogarín, la única mujer entre los candidatos que se enfrentan en los comicios del domingo por la jefatura de Estado.

«Se despertó el originario», afirma emocionado este hombre que, además de guaraní, habla enxet.

UNA AVÁ GUARANÍ ASPIRA AL SENADO

Ángela Sales, del pueblo avá guaraní y originaria del municipio de Curuguaty, es una de las integrantes fundadoras y actual coordinadora de la asociación de mujeres Kuña guaraní Aty.

Presenta su candidatura respaldada por la alianza de izquierdas Frente Guasu, después de que no lograran concretar para esta elección su sueño de conformar un movimiento político indígena.

Sales, que además es integrante de la Articulación Nacional Indígena (ANIVID), ha venido trabajando por la participación de mujeres y de las comunidades indígenas en los espacios de decisión y construcción de propuestas políticas.

Posee una maestría en lengua guaraní y otra en Asuntos Públicos y Gobernabilidad, así como estudios en comunicación para el desarrollo.

En su día a día, Sales se desempeña como funcionaria del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia. Además, es técnica superior en Comunicación para el Desarrollo y cursa un doctorado en Derecho Público y Gobernabilidad.

Y si llega a la Cámara Alta, ya anticipa que la propiedad de la tierra será una de sus principales reivindicaciones.

«Puedo hacer mucho más si ocupo ese espacio», sostiene refiriéndose al Senado, desde donde espera luchar por el acceso a la tierra e influir en la elaboración del presupuesto de la nación, para incluir rubros como salud y educación, y no solo «migajas para las necesidades de los indígenas». EFE

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